BLUR

Blur: 13

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Café y televisión

 

 

        Hubo un momento, justo después del malinterpretado y fallido The Great Scape, en que Blur, visto desde fuera, decidieron dejar de jugar a ser The Kinks y decidieron tratar de ser The Beatles, por lo menos en lo que se refiere al riesgo y la experimentación de la última parte de la carrera de los cuatro de Liverpool. ¡Si hasta llegaron a declarar que dejaban el directo para centrarse en el trabajo en el estudio!

 

        Blur, el disco que abrió la nueva etapa, tuvo muchos aciertos. Sobre todo, dejar atrás una carrera estancada y desprenderse de casi todo lo que sonara a brit-pop. Con aquel álbum se llevaron a sus seguidores de siempre de la mano, descubriéndoles que en el mundo del pop hay algo más que singles fáciles. Lo malo es que desterraron su lado británico para venderse al enemigo americano, y uno nunca sabe lo que hubo de premeditado o de conversión sentida en tal cambio. Pavement e incluso Nirvana -en “Song 2”, su single de mejor respuesta comercial, y el más logrado, junto a “Girls And Boys”- fueron alguno de los modelos a seguir, con el lo-fi USA como mundo recién descubierto.

 

        Y aquí que llega 13. La senda ya desbrozada vuelve a marcar el camino. Si Blur era el comienzo de un nuevo capítulo, 13 no es más que un giro en el guión. De nuevo se muestran valerosos apostando por la experimentación y el riesgo. Sus seguidores vuelven a estar de su lado, dando a entender que, una vez convertidos al universo Blur, tanto les vale una cosa como la otra.

 

        La crítica vuelve a aplaudir su atrevimiento, pero muestra con mayor descaro cierta desconfianza: ¿Es  impostura, ganas de convencer a los medios o, simplemente, arrojo e intentos de abrir nuevas vías para el pop?

 

        Da igual: seguro que hay un poco de todo. A estas alturas, casi todos están más preocupados por descubrir las líneas que Damon le dedica a su ex-compañera Justine Frischmann, mucho más transparente emocionalmente que nunca antes en su discografía. Y, entre tanto ajetreo, seguro que hay tiempo para descubrir que algunas canciones bien valen el esfuerzo, aunque al intento le sobre más de un cuarto de hora.

 

        “Tender”, como si de “Give Peace A Chance” o “All You Need Is Love” se tratara, crece con cada escucha. “Coffe & T.V.”, el único corte pop, es el single perfecto que necesitaban. Y “No Distance Left To Run” una de las mejores canciones que han escrito nunca. Así de rotundo. ¿Será suficiente? ¿Se les perdonará al arrojo? ¿Se olvidarán sus errores?

 

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