SINIESTRO TOTAL

Las alteraciones psico-somáticas de Siniestro Total

 

            «(Tratamientos infalibles contra las enfermedades del alma (si es que tal cosa existe)! (Consultas y diagnósticos semi-gratuitos para que usted descubra a tiempo por qué siente tan poca cosa! (Cuide su mente desde el lado correcto de la barricada! (Garantía de higiene absoluta: Siniestro Total se hacen cargo de la radioterapia y el electroshock!». Leer más

ROCK AMERICANO Novedades

El rock USA del 95

  

            A pesar de la buena cosecha que tendrá este año el pop británico, buena parte del mejor rock con guitarras sigue llegando de los USA. Buena prueba de ello son Red House Painters. Los de San Francisco editan ahora Ocean Beach (4AD – Caroline), un disco que, como los anteriores –Down Colorful Hill, el doble Red House Painters y un tercero con el mismo título-, sigue embrujando con su particular dosis de melancolía casi suicida, aunque algo menos angustiosa. Por suerte, esta vez hay momentos con algo más de color: el instrumental «Cabezon», la alegre y acústica «Summer Dress» o «San Geronimo», dedicada a una ciudad que le recordaba a Mark Kozelek sus días de infancia. Leer más

ROCK AMERICANO Novedades

Aquella melodía americana

 

            Entre el gusto por la distorsión y las encendidas guitarras eléctricas, poco hueco queda en el nuevo y excelente rock americano para las canciones con melodía simple y efectiva. Hasta el mismo Neil Young incluyó en su disco en directo Weld, hace unos tres años, una media hora de pura distorsión. De todas formas, aún quedan algunos buenos ejemplos que equilibran la balanza. Leer más

ULTRASONICA ARTÍCULOS 1995 RECOPILATORIOS La Mala Vida Reggae Cómo Flotas Tío

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Ultrasonica e-zine :: Xavier Valiño

ARTÍCULOS 1995


El auténtico sonido del verano

 

 

            Que no te calienten la cabeza con falsas historias. Georgie Dan no deja de ser un hortera, y Los Diablos o Fórmula V eran la banda sonora del verano de nuestros abuelos. Dicen que hay una lectura para el verano, compuesta de libros más ligeros. Año tras año, además, las televisiones desempluman sus ideas más idiotas pensando que los que se sientan delante en estos meses tienen el coeficiente de inteligencia relajado. Todo muy bonito como para desear que sólo lo sufran sus responsables.

 

            Del mismo modo, gracias a Dios y a quien corresponda, alguna compañía discográfica ha decidido que también el verano es época para escuchar unos sonidos determinados. Por suerte, no se han equivocado demasiado con el planteamiento y tienen dos recopilatorios para probarlo.

 

            Está claro que un poco de reggae viene bien en cualquier momento y es perfecto para acompañar las cervezas en cualquier chiringo de la costa. (Cómo flotas tío! (20 éxitos de reggae para flipar) sólo tiene de desgraciado el título. El resto es una colección de canciones bastante decente. Desde los pioneros jamaicanos -Sly Dunbar, Gregory Isaacs- a sus seguidores a finales de los 70 -The Gladiators, Abyssinians-, pasando por representantes del ska -The Specials- y éxitos más actuales -Shaggy, Pato Baton-. Aunque no está Bob Marley, por cuestión de derechos, su familia queda bien representada con Rita Marley, Ziggy Marley y The I-Threes.

 

            La segunda se ha titulado La mala vida, y empieza y acaba con dos excelentes cortes de Mano Negra un tanto olvidados. Con eso, uno ya puede hacerse una idea de lo que contiene, aunque nunca será exacta. Una colección de veinte canciones dedicadas al mestizaje, donde se va de lo más hortera -Los Amaya, Los Chunguitos, Rumba 3- a lo más puro: el "Fiel amigo" de Antonio González "El Pescailla" es un descubrimiento que vale por todo el disco. De todas formas, lo que domina son los grupos estatales en su versión más latina -Los Rodríguez, Los Mestizos, Rey de Copas, Los Especialistas-, los nuevos flamencos -Ray Heredia, Veneno- y aventuras francesas y sudamericanas -Ricky Amigos, Malou, Paralamas o Los Fabulosos Cadillacs-.

 

Xavier Valiño

ULTRASONICA ARTÍCULOS 1995 RAIMUNDO AMADOR

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ARTÍCULOS 1995


Raimundo Amador, viente años después

 

 

            Lo menos que se puede decir de él es que ha sido sincero y consecuente. Sincero por proclamar sus amores y sus defectos a los cuatro vientos. Consecuente por hacer ni más ni menos que lo que se podía esperar de él después de tanto tiempo conociéndolo.

 

            Y es que Raimundo Amador ha estado con nosotros demasiado tiempo, casi sin darnos cuenta, acompañando la banda sonora de la música de raíces más innovadora durante los últimos veinte años, desde antes incluso de alcanzar la mayoría de edad.

 

            Veinte años que ha tardado en dar a la luz a Gerundina, su primer intento en solitario después de que una compañía discográfica de las importantes -recién implantada en nuestro Estado y con Raimundo Amador como primer fichaje de aquí- pusiera en él toda su confianza. Tal era la fe que en él tenían.

 

            Un tanto que se apuntaron conscientes de que no podían fallar, porque Raimundo Amador es, sin duda, la primera figura del nuevo flamenco conocido por su nombre y apellidos más allá de los limitados círculos que se le suponen, la primera figura ciertamente exportable. En la última gira de Kiko Veneno era él quien recibía todos los aplausos y quien escuchaba su nombre coreado por cientos de gargantas.

 

            En su haber queda el mejor disco estatal de los 80 según el parecer de buena parte de la crítica, Blues de la frontera, trabajo que firmó con su hermano Rafael como Pata Negra, grupo que supo dar vida al flamenco-blues durante la década pasada. O el primer disco de Veneno, un hito en la transición política y musical.

 

            No era todo. Hay que sumarle su aportación en más de 30 discos de artistas de todos los estilos, en canciones que sin su guitarra perderían el alma. Que se lo pregunten, si no, a Camarón, Kiko Veneno, Radio Futura, Los Rodríguez, Rosario, Cathy Claret… Y está también en su haber su papel como integrante, siempre indispensable, de grupos forjados alrededor de sus notas: Veneno, Pata Negra o Arrajatabla.

 

            De ahí que no resultara nada extraño que, primero Chuck Berry, y luego B. B. King, el rey actual del blues, encontraran en él a un alma gemela, aunque tan distinta fuera su condición. Puede que no lograse entenderse con B. B. King por la barrera del idioma, pero se comunicaron a la perfección con sus guitarras en las manos, y uno no deja de hablar maravillas del otro en cuanto se le presenta una ocasión.

 

 

            Por eso cuando se supo del comienzo de su aventura en solitario todo sonó a algo que se había aplazado durante demasiado tiempo, algo que era inevitable. Gerundina es el resultado, tan cierto como inesperado. Cierto porque faltaba escucharlo para creerlo. E inesperado porque, aunque podía intuirse su contenido, nadie podía suponer tal facilidad a la hora de conjugar elementos tan dispares.

 

            Por supuesto está la guitarra de B. B. King en dos temas, grabados en una corta sesión en Nueva York. Está la voz de sus amigos -cantar nunca fue el fuerte de Raimundo Amador-: Andrés Calamaro en "Ay que gustito pa’ mis orejas", el reggae del disco, y Nacho García Vega en el corte más rock y, tal vez, el más prescindible, "La viciosa de los gatos".

 

            Cuenta con dos productores sin demasiada experiencia en el mundo del flamenco, Fernando Illán y Arturo Soriano, que no ponen demasiadas trabas a la expresividad del maestro. Hay hasta seis compositores, entre ellos el rey del chiste fácil al frente de los Toreros Muertos, Pablo Carbonell, y la frágil francesa Cathy Claret.

 

            Sorprendentemente, todo casa en un disco de una pasmosa unidad, en el que se impone la desbordante humanidad de Raimundo Amador, ésa que le hace declarar sin ninguna vergüenza su amor a su mujer -"Antonia"-, a su papel de fumar favorito -"Bolleré"- o a su guitarra -"Gerundina"-, según él, su segundo amor.

 

            El paso está dado y la demostración de esta técnica tan particular, tocar la guitarra eléctrica como si fuera una flamenca y la flamenca como si fuera una eléctrica, tiene ya su primer volumen completo. Nos queda la duda de si el nuevo flamenco está completamente asentado, si tiene un público propio o si ha logrado cruzar sus fronteras naturales, pero no se puede dudar de esa realidad llamada Raimundo Amador, veinte años después. Con él, las dudas empiezan a tener respuesta.

 

Xavier Valiño
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