ARCADE FIRE

Arcade Fire, el fuego camina conmigo

 

Ahora son uno de los más grandes grupos del planeta. Hace tres años nadie los conocía. Todo estalló tras editar su debut en 2004, Funeral, un disco amargo compuesto por Win Butler, líder del grupo, entre los 16 y los 20 años, y que hablaba de la desaparición de varios seres cercanos. De los pequeños recintos a los grandes estadios, Arcade Fire convenció a todos con su primer disco y sus incendiarios directos. Neon Bible, su continuación, habla de religión y del mundo del pop, algo que no es precisamente el camino más simple para un grupo que podría convertirse en megaestrella.


La acogida crítica y comercial de Funeral elevó sobremanera las expectativas sobre Neon Bible. ¿Sentisteis la presión extra al hacer este segundo disco?

            – La verdad es que llevamos bastante bien todo lo que nos rodeó. Obviamente, toda esta atención mediática nos cogió por sorpresa, pero creo que la hemos digerido bien. Es importante saber situar bien las cosas. Es un orgullo poder mostrar lo que hacemos como personas. Eso es lo más importante.

 

Neon Bible es un disco iluminado, a todos los niveles. Religioso, en el contenido y en la forma de conseguirlo, ya que comprasteis una iglesia y lo grabasteis allí. ¿Sois los apóstoles de los tiempos modernos?

– Todo esto ha sido producto de pasos que hemos ido dando. Compramos la iglesia en noviembre del 2005 y después hicimos allí una maqueta. No fue fácil grabar Neon Bible allí, ya que fue un proceso algo moroso y complicado en el que íbamos añadiendo equipos e instrumentos y, también, habitaciones y dormitorios a medida que lo hacíamos. Pero hubo una fuerza mayor que nos guió en este proceso.

 

Estudiaste religión, ¿no?

         – Estudié interpretación de las escrituras, que consiste más en cómo la gente toma el significado de los textos, viendo cómo se dan diferentes interpretaciones de los textos del Viejo Testamento por los musulmanes, cristianos, judíos…

 

¿Y eso se refleja en los textos?

         – Un poco. Creo que la Biblia tiene un lenguaje increíble. Lo que más me interesa de la religión es que, comparado a la más moderna espiritualidad, ese pseudo-budismo que la gente sigue en estos días, el Budismo y el Islam han estado investigando en estas cuestiones filosóficas, en preguntas muy profundas, durante mucho tiempo. Hay muchas cosas de las que la filosofía no habla, y en el mundo secular, muchas veces, la gente no habla de esas ideas, lo que es muy interesante para mí.

 

¿Qué cosas en concreto?

         – La idea del demonio, la muerte y el amor. No hay forma científica de hablar de ello. Cuando estás hablando de significado, básicamente… Creo que gran parte de la experiencia humana tiene que ver con entender lo que significan las cosas, y no hay realmente herramientas para hacerlo a menos que pienses en ello desde un enfoque espiritual o filosófico.

 

Arcade Fire son, hoy en día, la prueba de que posible dar el salto de la escena independiente a la relativa visibilidad mediática sin con eso perder la esencia de la creación musical.

– La pasión por lo que hacemos es algo que nunca ha cambiado. Pienso que eso es, por encima de todo, aquello que mejor conservamos desde el primer día en que tocamos juntos. La atención mediática y el mayor número de fans sí que cambió nuestra forma de lidiar con la música. En directo, por ejemplo, todo ha cambiado y, al mismo tiempo, no ha cambiado nada: tocamos ahora para audiencias infinitamente mayores y en los más grandiosos festivales del mundo pero, la verdad, damos lo mismo que siempre dimos, que es el 110%. El gran desafío que nos fue impuesto ha sido, en el fondo, sabernos adaptar a nuestra nueva condición.

 

Es un momento interesante para estar en una banda y llevar algo de ilusión a la gente, ahora que es imposible ignorar el lado oscuro.

– Si lo piensas, es una locura leer a Orwell ahora, porque podría tratarse de hoy en día. Cuando lees los discursos de Martin Luther King sobre Vietnam, ves que son hoy perfectamente válidos. Cambia el mundo, y estás hablando de la misma situación exactamente. En nuestro país estamos causando la muerte espiritual haciendo lo que hacemos. En un momento dado, te vuelves incapaz de hacer el bien en el mundo, porque el país se convierte en algo tan cínico y deprimente, que no hay la fuerza de deseo para intentar cambiar las cosas. Definitivamente siento eso en mi generación, esa clase de fatiga. Y yo también lo siento. Tienes que luchar contra ello.

 

Vuestra música tiene ese lado oscuro. ¿Tiene también algo de humor por ahí al fondo?

         – Eso es parte de la faceta visual, una oportunidad de introducir ideas diferentes. Brazil es mi película favorita; me identifico plenamente con aquello que es gracioso y también muy serio. Las canciones divertidas no son muy buenas generalmente. Es difícil introducir el humor en la música rock y que resulte algo interesante.

 

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