WILCO BEING THERE

 

WILCO: Being There (Reprise-Warner, 1996)

 Wilco - Being There

         La carrera de Jeff Tweedy se parece a una de esas películas americanas en las que el chico introvertido va revelando poco a poco su corazón latiente y su mente sensible. Tweedy apareció en público por primera vez con Uncle Tupelo, reverenciados por grupos como R.E.M. Eran una banda de canciones desoladoras: algo así como unos Joy Division cargados con mandolinas y bajo la luna traicionera, un híbrido que Nirvana investigarían después en su disco Unplugged. Tal era su fuerza emocional que en más de un concierto sus espectadores salían llorando. 

Lo que Uncle Tupelo y los dos grupos en los que se desintegraron –Son Volt y Wilco- hicieron fue servir de pioneros en un camino que ha dado gran parte de los mejores discos americanos de los 90: el neo-country o country-rock de esta década, una senda que transitarían también Jayhawks, Lambchop, Smog o Whiskeytown. 

Después de su separación, Jeff Tweedy reapareció con AM, el debut de Wilco. Y después de Being There aún vendría su disco más pop, Sumerteeth, y sus colaboraciones con Billy Bragg para recrear las canciones de Woody Guthrie en los dos volúmenes de Mermaid Avenue

Pero fue con Being There cuando Tweedy se soltó de los estrechos márgenes del legado de Uncle Tupelo para explorar todas las posibilidades del sonido y de las atmósferas en sus canciones. Los 19 cortes del álbum se distribuyeron en dos discos que se podían escuchar por sí solos aunque, juntos, aspiraban a generar la misma respuesta que discos dobles clásicos de la historia del rock como London Calling o Exile On Main Street, álbumes que contenían declaraciones personales expuestos a través de una generosa variedad de estilos. 

No se trataba de un disco al uso de rock & roll. Cuando menos, el viaje no seguía la línea recta. De la acústica al jazz, del soul al honky tonk, todo recubierto de una ambigüedad que era uno de sus principales atractivos. Al final, “Dreamer In My Dreams” mostraba la verdad: “All the good things / they gotta go” –“todo lo bueno se acaba”-, mientras el grupo mantenía un triste boogie que no quería acabar nunca. Tras varios finales falsos, cerca del colapso, Jeff Tweedy anunciaba “That’s it” –“se acabó”-, todavía en lo alto de sus sentimientos tras haber participado en una sesión clásica, un momento para descubrirse. 

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