WILCO 2009

Wilco, el cielo es el límite

 

El próximo 30 de junio se editará el nuevo disco en estudio de Wilco, tal vez la banda de rock más completa de los últimos años. El disco, titulado Wilco, The Album, está ya disponible para ser escuchado en la página web del grupo. Semanas antes de su publicación lo presentar en gira por España, con conciertos en Málaga, Madrid, Granada, Sevilla, San Sebastián, Barcelona y Santiago de Compostela, siendo ésta última su primera actuación en Galicia.

 

El álbum contiene once canciones sin hilo común y que recuerdan a los tres últimos discos del grupo, los más exitosos hasta el momento: Sky Blue Sky, A Ghost Is Born y Yankee Hotel Foxtrot. Entre el pop campestre y primaveral de “You And I”, a dúo con Feist, y la experimentación de seis minutos de “Bull Black Nova”, Wilco siguen buscando ensanchar los límites de su sonido.

 

Jeff Tweedy, su líder, lo tiene claro. “Esta vez el grupo ha perseguido más la experimentación en el estudio. Por ejemplo, en “Solitaire”, una balada sobre la soledad, dominan las guitarras acústicas. Y en “Deeper Down”, que es la canción más ambiciosa del disco, diría que se mezclan Bach y Yes. En este tema, Nels Cline intenta imitar con su guitarra eléctrica un clavicordio clásico, y creo que suena al fondo algo así como una lata de cerveza que se abre”.

 

“Queríamos usar más efectos en el estudio y escapar de la grabación en directo que hicimos en nuestro anterior disco, Sky Blue Sky”, asegura Tweedy, cantante, guitarrista, compositor y líder del grupo. “Además, intento explorar nuevas ideas en los textos. Hay más canciones en este álbum que no salen directamente de mis propias experiencias. Por ejemplo, “Bull Black Nova” es una canción escrita desde el punto de vista de un tipo que acaba de matar a su novia. Y en “You And I”, cantada con Feist, interpretamos a una pareja que canta sobre cómo hacer que su relación funcione”.

 

“Se trata de una gran colección de canciones. Y creo que se debe a que la banda en su actual encarnación lleva ya un tiempo juntos. Es la primera vez que la misma formación graba dos discos del grupo”, continúa Jeff Tweedy, que sigue contando con el bajista John Stirrat, el único miembro que está desde el inicio, el guitarrista Nels Cline, el multiinstrumentista Pat Sansone, el teclista Mikael Jorgensen y el percusionista Glenn Kotche. “Se podría decir que hay un cualidad relajada en la forma en la que trabajamos ahora”.

 

 

En más de una ocasión Jeff Tweedy ha reconocido que incorpora a sus discos aspectos de sus álbumes anteriores que le gustan. “No siempre es consciente. De hecho, no es algo que puedes hacer conscientemente. Simplemente sé que está pasando. Pero creo que no se trata sólo de mí, sino de seis tipos encontrando un mínimo común denominador y la música que es importante en sus vidas. Supongo que hay una sección de nuestras colecciones de discos que se cruza y tenemos en común. Eso es lo que oigo, el periodo que va de 1966 a 1974”.

 

“Creo que es algo a lo que aspiro”, asegura Jeff Tweedy. “Desde los tiempos de Uncle Tupelo siempre hemos tenido la idea de que parece más difícil hacer discos que suenen bien de lo que debiera. Cuando escuchas discos que realmente han tenido impacto sobre ti, siempre parecen provenir de otra era diferente. Y realmente parece que nadie hace ya discos que suenen así. No creo que haya conseguido aún algo tan bueno como ese periodo, y no sé cuál es la razón, pero al menos nos hemos acercado lo suficiente como para sentirnos cómodos escuchándonos”.

 

Pero no se trata de nostalgia de una época, sino de buscar el camino para expresarse. “No hay nada nostálgico acerca de Wilco. No me parece que sea importante en absoluto. Se trata más bien de ser honesto contigo mismo en cuanto al lenguaje y usarlo para decir quién eres. Cada músico tiene que hacer esa contribución a sus discos”.

 

Eso no tiene nada que ver con el apelativo de experimental que se le atribuye al grupo, algo que le llama la atención de Tweedy. “Me parece que la gente no escucha suficientes discos. Seguro que ésa es la causa. Los elementos de nuestros álbumes están en los discos que la gente tiene. Hay algo curioso del término experimental en general. Es algo que no ha cambiado en 50, 60, 70 u 80 años. Avant-garde es un ámbito de la música que nunca ha cambiado. No quiere decir nada, y hay pocos términos que no digan nada. Para mí el rock’n’roll está demasiado trillado y es un cliché. Tampoco me importa, ya que es la única cosa que me emociona. Todo eso del country alternativo sólo tiene que ver con de dónde eres, o no entiendo nada. Se trata de hacérselo fácil a alguien que entra en una tienda de discos sin que tenga que mirar a algo que no piensa que le va a gustar”.

 

¿Y ha pensado Tweedy en cuál será su legado o cómo se le recordará? “No pienso mucho en ello. Mis mayores aspiraciones como compositor son que la gente cante mis canciones o conozca en el futuro temas que he escrito y que yo me encuentre cómodo viéndolo. Eso es lo que hace que mi vida valga la pena. Como compositor te tienes que preguntar por qué lo haces. Ciertamente, el mundo no necesita más canciones. ¿Lo haces por tu ego? Al final llegas a la conclusión que no hace daño a nadie contribuir con algo que un grupo de gente hace en común para expresarse. Se trata de hacerlo público y esperar que alguien haga algo con ello. Es todo lo que puedes esperar”.

 

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