VAN MORRISON

 

Van Morrison, el baile de la luna

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        En What’s Wrong With This Picture?, primer álbum de Van Morrison para el legendario sello de jazz Blue Note, el vocalista y compositor despliega los principales elementos musicales que le han inspirado en toda su carrera. A lo largo de los trece temas que componen el disco, nueve de ellos originales, Morrison abraza con su incomparable voz el soul, el blues, el folk y el jazz que tanto han caracterizado su música en las cuatro últimas décadas.

      Morrison interpreta los temas con la autoridad y libertad que dan la experiencia de toda una vida, con esa voz sonora y distintiva repleta de matices que deja traslucir su placer por cantar. El álbum comienza con el tema que da título al disco, donde Morrison reflexiona acerca de los cambios que provoca el tiempo. Invocando un club de jazz cargado de humo y con ayuda de cadenciosas notas de guitarra eléctrica y cuerdas exuberantes, Morrison canta: “¿Qué hay de malo en esa imagen? / ¿No ve nadie que soy quien todo el mundo pensaba que era?”.  

         Sin embargo, parece que no hay mucho de autobiográfico en sus canciones. “Al principio sí. Pero ahora puede ser algo que dice alguien. También puedo sacar una idea de un libro o de una frase, o de algo que tenía olvidado hace años. Parte de ello es consciente y parte inconsciente,” comenta el cantante y compositor irlandés.

         Y es que, en What’s Wrong With This Picture?, Morrison continúa su progresión musical integrando al mismo tiempo el pasado. La guitarra de jazz y el órgano Hammond despliegan la pensativa melodía de “Meaning of Loneliness”, oda a la soledad y a la faceta de poeta-filósofo de Morrison, mientras que una sección de viento y un toque isleño subrayan el optimista tema de amor “Once In a Blue Moon”.  

         La inspiración, dice, le llega en cualquier momento. “Sí, a menudo surgen en tu cabeza un par de frases que persisten y tienes que decidir si rechazarlas o escribirlas cuanto antes. Algunas veces surge cuando estoy deprimido; en otras ocasiones aparece la inspiración cuando estoy eufórico. Y otras, justo en el medio. No hay una fórmula fija…”

         En varios de los temas, la pasión de Morrison por el blues queda más que patente, desde el jump’n’jive del original “Whinin’ Boy Moan”, donde su síncopa entrecortada marca el swing del tema, hasta el excitante rockabilly de “Stop Drinking”, exultante escaparate de jazz vocal basado en el tema de Lightnin’ Hopkins “You Better Watch Yourself”.  

         “Sí, nací con mis zapatos de gamuza azul,” reconoce. “Eso es de la canción. Bueno, cuando estaba creciendo solían decir que sólo los niños negros podían cantar el blues, porque habían estado oprimidos. Pero otras muchas razas también habían estado oprimidas además de los negros. No tiene que ver si eres blanco o negro. Junior Wells dice: “No me importa si eres blanco, no quiero discutir, no me importa si eres morado, verde, lavanda, turquesa o lo que seas, las personas son personas.”  

         Sin embargo, Van Morrison no cree que el blues naciera en Sudamérica. “No. Se han escrito muchos libros sobre el blues. Un escritor de los más importantes, llamado Samuel Charters, escribió hace cinco o seis años un libro en el que situaba las raíces del blues en Portugal. El blues siempre ha existido en todas las razas. No es una cuestión de raza. Pero puede también que naciera en Irlanda, en el Tibet…

      Aflojando el ritmo en un par de temas, Morrison examina las desventajas de la fama. “Too Many Myths” se desarrolla a ritmo de piano de bar y su propia guitarra acústica, mientras que “Goldfish Bowl” comienza con un ritmo de órgano Hammond y saxo tenor y prosigue con una nota de humor, con el rotundo razonamiento de Morrison: “No tengo ningún disco de éxito / No tengo un programa de televisión  / Dime por qué tendría que vivir en esta pecera”.  

         Ésa es, más o menos, su vida. “Cuando no trabajo, leo. Normalmente leo bastante. Veo la televisión, doy un paseo, escucho música… Sigo trabajando, porque incluso cuando estoy leyendo o escuchando música, aunque no lo parezca, sigo trabajando.”

         Y a continuación en su nuevo disco aparece “Little Village”, un apacible blues, otra composición eterna de Morrison con versos poéticos (“Llueve en el bosque / Lo justo para magnetizar las hojas / nena, pasearemos bajo la luz de la luna que se filtra a través de los árboles “) y un acompañamiento de flauta y mandolina que le dan un toque celta, un sonido muy característico de Morrison. 

      Parece, por lo tanto, que sigue en una posición en la que puede elegir lo que le gusta. “Soy consciente de mi situación actual. He trabajado mucho y he puesto muchas horas en ello. Ahora estoy en una posición en la que puedo elegir si hago algo o no. Ya no estoy controlado por los críticos ni por los medios. Aunque si pudiese elegir, preferiría ser sólo compositor. Componer canciones y dejar que otros canten.” 

Xavier Valiño

 

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