LED ZEPPELIN

Led Zeppelin, inmensos

 

(Y pensar que por poco se llaman Los Nuevos Yardbirds! No hubiera sido una buena idea, ya que hay algo en el nombre de Led Zeppelin que indicaba que iban a ser grandes, muy grandes. Ya lo dice el nombre: «Enormes, masivos, totalmente heavy, con todas las cartas para dominar sin piedad el mundo con su fuerza, su indecencia y su inmensidad».

 

Aún no se sabía que iban a inventar el heavy metal cuando apareció Led Zeppelin I. Material como «Communication Breakdown» o «How Many More Times» era denso e incluso metálico, llegando la última hasta los ocho minutos y medio. Aunque todavía sonaba como rhytym’n’blues tocado por unos tipos agresivos con el volumen al máximo y el monstruo Yeti detrás de la batería.

 

Faltaba por lo menos un elemento clave. El riff, y Jimmy Page era el hombre que lo iba a crear. Fue la madre de todos los riffs. Se tituló «Whole Lotta Love» y el rock fue lanzado pisando fuerte y a gritos en los 70. No era el único que había en Led Zeppelin II y, además, inventaron con él el solo de batería, los muy capullos.

 

Así que, ¿cuál era el motivo para parir después un disco folk-rock como Led Zeppelin III? «Since I’ve Been Loving You» es una buena balada épica y «The Inmigrant Song» contiene un grito de guerra ya clásico. Pero cuando uno trata de escribir canciones de tributo a Roy Harper es el momento de plantearse adónde se dirige.

 

Claro que lo hicieron, como se puede ver en la apertura de Led Zeppelin IV, con «Black Dog» y «Rock And Roll». Fantásticos riffs eléctricos y el mundo fue suyo. Y aún estaba por venir, por supuesto, «Starway To Heaven». Sí, tonterías de hippies místicos, pero también unas increíbles guitarras. Y por último «When The Levee Breaks» y el ritmo que se comió a todo un continente. Nunca más se han escrito canciones tan grandiosas y excesivas como aquellas.

 

Por entonces el mundo era de Led Zeppelin. Tocan duro, lo beben todo, conocen todas las sustancias, se tiran a los caballos vírgenes, montan las orgías más desenfrenadas desde la época romana… A partir de ahí encadenan Houses Of The Holy, Phisical Graffiti, The Song Remains The Same, Presence e In Through The Out Door. Nada sería ya igual. Por si acaso, cada poco nos recuerdan como fue su reinado. Remasters, una colección de sus mejores canciones, apareció hace ya unos años. Y ahora repiten jugada en un doble compacto a precio de sencillo que sirve de introducción a todo su legado.

Xavier Valiño

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