SINIESTRO TOTAL

Las alteraciones psico-somáticas de Siniestro Total

 

            «(Tratamientos infalibles contra las enfermedades del alma (si es que tal cosa existe)! (Consultas y diagnósticos semi-gratuitos para que usted descubra a tiempo por qué siente tan poca cosa! (Cuide su mente desde el lado correcto de la barricada! (Garantía de higiene absoluta: Siniestro Total se hacen cargo de la radioterapia y el electroshock!».

 

            (Uf! Todo eso, nada menos. Así presentan el noveno trabajo en estudio estos cazurros situados a medio camino entre Vigo y Lugo. Por la parte lucense se sitúan el bajista Segundo Grandío y en todas las cuestiones de intendencia Xosé Blanco, o sea, el mánager.

 

            Desde que ambos fueron tomando posiciones en la banda, el sonido de Siniestro se ha ido endureciendo y volviéndose más compacto. Curiosamente, a la vez que Julián Hernández extiende su pasión por el blues y los lleva a grabar a Memphis.

 

            No hay razón para asustarse. Ni los desvaríos con Def Con Dos logran apaciguar los sonidos duros y el humor corrosivo. A estas alturas, Siniestro Total se tienen ganado el título de banda más cazurra del Estado.

 

            Así que todos nos imaginamos que encierra este Policlínico miserable. Diecisiete canciones sin respiro, con sólo dos intervalos instrumentales: «La contribución al jazz de Siniestro Total» y otro que se va a ganar su lugar en el libro Guiness de los récords por su largo título, «Escena de fiesta (en un chalet de la sierra madrileña) de una película de Alfredo Landa en tiempos de Franco».

 

            Dejémosles que ellos mismos se despidan: «La increíble portada y los dibujos de Xulio Daspastoras añaden una interpretación cruel, malévola y alucinada de las canciones y una estética expresionista y cargada de humor negro. Si se leen atentamente los agradecimientos del disco se puede reconstruir la gestación y parto de este catálogo de enfermedades, miseria y pequeños momentos de gloria que es nuestro último álbum. (No lavar en caliente: encoje!»

Xavier Valiño

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