INDEPENDECIA ESTATAL Novedades

Novedades de la escena independiente estatal

 

            Siguen apareciendo discos en el resto del Estado que vale la pena comentar, como ya venimos haciendo con asiduidad. Por ejemplo, el debut de Mercromina, grupo formado por tres de los desaparecidos Surfin’ Bichos (José Manuel Mora, Carlos Cuevas y Joaquín Pascual), junto a la nueva incorporación, también de Albacete: el guitarrista Carlos Sánchez. En su Acrobacia (Subterfuge) hay once canciones imaginativas, delicadas e intensas, tan enrevesadas como «Pájaros», «Encadenados», «Cacharros de cocina», «Amoníaco» o «Mundo paralelo». Subterfuge lo tuvo claro: todo fue oír su primera maqueta y a los cinco meses ya tenían editado este disco. No es de extrañar.

 

            Fernando Alfaro ya no está con sus antiguos compañeros de Surfin’ Bichos, pero mientras medita sus próximos pasos, se ha dedicado a producir -grabar dicen ellos- el primer disco de Kebrantas. Amateur (Radiation) toma su título de la película de Hal Hartley e intenta ser un fiel reflejo de lo que uno se puede encontrar: un disco hecho sin pretensiones, con pasión y con poco dominio de los instrumentos –o, al menos, eso es lo que se pretende mostrar-, pero con algunas grandes canciones: «Calixto’s Journey», «Merry-Go-Round», «Anacordia» o «Psicobaby».

 

            También del Levante son Iluminados, concretamente de Bullas, un pueblo murciano. Gran parte de su repercusión se la deben a los locutores radiofónicos más pendientes de las maquetas interesantes y al sello Jabalina, que creyó en ellos desde el principio. Su presentación se llama Selene 500 (Jabalina) y cuenta con la producción de Juanma Más. Por ahora no son más que el eslabón perdido entre la distorsión pop de Los Planetas y el resto del pop estatal de la década de los 80. «Pálido animal», «Poco a poco», «Especial cariño» o «Júpiter» demuestran que pueden pasar ese listón.

 

            Más experimentales y, tal vez por ello, más atractivos son los zaragozanos El niño gusano. Después de un primer single para Grabaciones en el mar («Palencia EP»), de participar en el recopilatorio 18 canciones acústicas y de ser finalistas en el concurso Villa de Bilbao del 94, llega su primer disco, Circo luso (Grabaciones en el mar). Su título puede darnos una idea de lo amplias que son sus referencias, de sus letras alucinadas, de sus estructuras cambiantes, de una locura muy particular en los genes.

 

            Mucho más veteranos son 091. Comenzaron con la década pasada, viendo como casi todos los de su generación se vendían al mejor postor, mientras ellos han permanecido en un segundo plano haciendo lo que mejor saben: rock de estructura clásica. Muchas compañías les han visto ir y venir, lo suficiente como para dejar pasar discos tan excelentes como Doce canciones sin piedad, Tormentas imaginarias o El baile de la desesperación. Con nueva compañía, se han autoproducido Todo lo que vendrá después (Quark) y, a pesar de momentos tan afortunados como «Sigue estando Dios de nuestro lado», los tiempos no son los más propicios.

 

            Paisanos suyos, de Granada, son Lagartija Nick. Tanto, que fue el propio bajista de 091, Antonio Arias, quien decidió separarse de ellos y dar rienda suelta a su nuevo proyecto. Después de un mini-LP para Romilar-D, ficharon con una multinacional, antes incluso que Los Planetas, y editaron un buen disco, Inercia. Ahora vuelven con Su (CBS/Sony), tan intenso como el anterior, pero sin el mismo acierto con las canciones. Incluso «El próximo lunes» parece haber adaptado el esquema de canciones muy famosas por ahí fuera no hace mucho.

 

            Más gamberros son Def Con Dos. Empezaron con Discos Radioactivos Organizados y, por líos que no tienen nada que ver con ellos, han acabado en una multinacional. Suerte que aún no han decidido a echarlos a la calle, porque en Alzheimer (Dro/East West) hay sobradas razones, de ésas que casi todas las compañías prefieren no saber nada: letras crudas, de las que en otro lado tendrían puesta una pegatina de aviso, ritmos contundentes (¿rap, hardcore, punk?) y un precio más que aceptable para como están los compactos: 1000 pesetas. (Bien por ellos!

 

            Quedan para el final dos sorpresas recientes entre los nuevos grupos que se expresan en inglés. Los más interesantes son Especie Sub, también de Granada. Su primer disco Aeiou (Elefant) es el resultado del primer premio conseguido en el concurso de maquetas de la sala madrileña Maravillas en su segunda edición. La fijación por ciertos sonidos envolventes de las Islas Británicas puede recordar a Echo & The Bunnymen o Adorable, pero cortes como «Falling» o «Happiest Girl» demuestran que Rafael Carrillo, Joaquín González, Carolina González y Pablo Galindo tienen claro que no necesitan que se les nombre a nadie.

 

            Los mallorquines Honey Langstrumpf son la segunda sorpresa. Ya con su primer single, «Perverse Gift», quedó claro que lo suyo son las melodías tipo Gigolo Aunts, Teenage Fanclub, Lemonheads o Catherine Wheel. Con su primer disco Honey Langstrumpf (Elefant) amplían sus horizontes: revisan «Gift» y «Spinnin’ Top Girl» de su primer single, experimentan con la psicodelia en «On A Pig’s Eye» o introducen el violín en «Only Shallow» para luego darle un giro brusco. En el LP aparecen dos versiones de «Dream», aunque sólo aparezca una vez en los créditos, y en el compacto hay otra versión de «Uneasy» grabada con la colaboración del coro de un colegio. Nada menos.

Xavier Valiño

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