THE BEATLES

The Beatles, la edad de la inocencia

 

 

            Son recuerdos del blanco y negro. De cuando Londres estaba a ocho horas de Liverpool y los trenes eran todavía de vapor. Elvis Presley trataba de levantar cabeza tras su periplo militar y el flequillo de cuatro jóvenes descarados se paseaba por todos los antros donde se pudiera tocar a cambio de una cerveza, de La Caverna hasta Hamburgo.

 

            Estaban bastante bregados en el arte del directo y entendieron como nadie el poder de los emergentes medios de comunicación. Aún no habían salido de la escuela de arte y ya tenían encandilado a medio mundo.

 

            Directos, sencillos, atacando los clásicos que habían escuchado en los cinco años que les precedieron. Inglaterra necesitaba unos ídolos que encabezaran el potente negocio que se aventuraba. Lejos de estrategias mercantiles, y dentro de la más pura inocencia, los Beatles sólo querían tocar sus canciones.

 

             Tal vez Brian Epstein tuviera algo que ver. O los mismos responsables de la radio pública británica, la BBC. Como siempre en el país de la niebla, volvieron a adelantarse a su tiempo. Lejos de escandalizarse como en la puritana sociedad americana, ofrecieron a los cuatro de Liverpool hacer lo mismo que hacían en cualquier local pero para varios millones de oyentes: tocar en directo.

 

            Qué mejor oferta. Una de las mayores instituciones británicas manejando el cambio generacional. La acogida a los Beatles fue generosa, y la voluntad de la banda de rodear la tierra para salir al aire de vez en cuando era totalmente desinteresada. Trabajaron duro -una vez grabaron 18 temas en un sólo día- pero obtuvieron su recompensa.

 

            Entre marzo de 1962 y junio de 1965, los Beatles intervinieron en cincuenta y dos programas de radio de la BBC, interpretando un total de ochenta y ocho canciones distintas. Al principio, tuvieron su hueco en la única emisión que hacía un sitio al rock and roll: el Programa de Música Ligera. Después de sus primeros éxitos, encabezaron su propio programa, Pop Goes The Beatles. Al final, eran los responsables de la BBC quienes perseguían al grupo para contar con sus actuaciones.

 

            Algo quedaba anticuado. No necesitaban ya de determinados sistemas de promoción y, lo más importante, la época de los sonidos directos estaba llegando a su fin. En los estudios de la emisora, los Beatles habían estado siempre cómodos con el sonido mono, pero en el 65 la experimentación en el estudio era ya algo habitual para el grupo. Con todo lo que vino después del Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band no había lugar para los conciertos en directo ni para más juegos en las emisoras.

 

            Live At The BBC es la clase de disco que todos deberíamos amar y el trabajo que deberíamos exigir a las discográficas. En una época en la que prima la coartada mercantil, hasta los Beatles son recuperados para una campaña navideña. Después de la reedición digitalizada de las colecciones azul y roja con lo mejor de su carrera, se desató la caza y captura de nuevas ediciones de material de la banda.

 

            Lo que podía haber sido nada más que un montaje se hizo, por una vez -y debería servir de precedente- con un excelente gusto. El único material inédito de los Beatles estaba en aquellas viejas grabaciones para la BBC. De todo lo grabado, George Martin, mítico productor de las grabaciones legendarias, escogió cincuenta y seis canciones para remasterizarlas digitalmente y fabricar el perfecto artefacto complementario al catálogo de los Beatles.

 

            Para algunos grupos, un programa que exigía cinco nuevas grabaciones cada semana podía resultar desalentador. Pero a los Beatles se les permitía interpretar sus canciones favoritas, tanto que veinticinco de las aquí recogidas nunca fueron editadas en ninguno de sus lanzamientos oficiales.

 

            Nada como volver a los comienzos para saber que corría por las cabezas de John, Paul, George y Ringo y qué contribuyó a forjar su sonido. Las versiones de clásicos incluyen nueve canciones de Chuck Berry y otras de Carl Perkins, Ray Charles, Phil Spector, Arthur Alexander, Elvis Presley, Little Richard, Roy Orbison… También hay curiosidades, como un tema de Mikis Theodorakis u otros popularizados por Ann Margret o Peggy Lee.

 

            Poco a poco iría quedando atrás la pasión y la energía de los primeros tiempos. Las primeras grabaciones nuevas de los Beatles en casi 25 años nos devuelven a la edad de la inocencia. Bienvenida sea la recuperación.

Xavier Valiño
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