ULTRASÓNICA 1999 ENTREVISTA CON P18

ULTRASÓNICA 1999 ENTREVISTA CON P18

Ultrasonica e-zine :: Xavier Valiño

ENTREVISTAS 1999


P18, fusión franco-cubana

 

 

         Tras Mano Negra y unas visitas a Cuba, Tomás Darnal vio la luz al juntarse con músicos de la isla caribeña. Las bases electrónicas y los ritmos calientes se funden en P18 como nunca antes.

 

¿Colaboraste en la edición del disco recopilatorio de éxitos de Mano Negra? ¿Con qué criterio se escogieron las canciones?

– Colaboré muy poco. Me quedé en París el último verano y, cuando me llamaron, yo tenía mucho trabajo para acabar Urban Cuban y Rumours Of War. Un disco de éxitos tiene que tener todos los éxitos, y este recopilatorio fue un éxito. Si lo hubiera hecho a mi gusto, la elección de los temas sería diferente, sobre una temática de fusión latin-punk-reggae bailable.

 

¿Cómo es el barrio de París P 18 de dónde habéis tomado vuestro nombre?

– En esa parte de París hay lados diferentes. Está Pigalle, Montmartre y la plaza Dalida en lo que se refiere a la parte turística, y el Mercado de Pulgas de St. Ouen en el que hay gente de los cincos continentes -más de 52 países- que viven aquí con su tiendas de música, de comida, de belleza… El mundo entero vive en paz en el barrio 18, dicho en broma. ¡Somos el futuro!

 

¿Cuándo fuiste a Cuba por primera vez?

– Fui a Cuba por primera vez el 92 con ocasión de la gira ‘Cargo 92’ de Mano Negra, y en esa época conocí a Esther Carlos Miguel, Bárbaro, Niovis y Yamilka cuando estaba perdido por las calles de La Habana. Después de una larga caminata con Raimundito, alias ‘El Temba’, hicimos un descanso en casa de su abuela. Vi dentro de la sala instrumentos de música y fotos de músicos, y nos hicimos rápidamente amigos y nunca partí verdaderamente de aquella casa.

 

¿La colaboración con músicos cubanos en P 18 estaba clara desde el principio o fue surgiendo espontáneamente?

– Cuando comenzamos el proyecto P18, no pensamos incluir músicos cubanos, pero en el 95, en una visita a La Habana, después de una fiesta memorable, habíamos decidido más o menos grabar algo juntos, y Urban Cuban es el resultado de esos dos proyectos.

 

¿P 18 es más una idea abierta que un grupo cerrado?

– P18 es por naturaleza un proyecto abierto, una geometría variable, una arboleda, un espectáculo en vivo, una unidad de producción autónoma, una nación detrás del ritmo.

 

¿Qué relación hay entre el son, la música tradicional cubana y las bases electrónicas que utilizáis en el disco?

– La relación con la música cubana es la fiesta, el baile, el ritmo, la sensualidad, la alegría de vivir. La electrónica, lo digital es sólo un medio, un instrumento de trabajo, que nos hacen descubrir los horizontes nuevos de territorios sonoros inexplorados.

 

¿Por qué estas fusiones no son tan habituales en Cuba y tiene que ser gente de fuera de la Isla la que las impulse?

– Creo que esta fusión viene de Europa principalmente porque con el bloqueo de los EEUU los equipos tipo sampler son muy raros. Pero escuché un grupo genial allí que se llama Sin Palabras, que hace una mezcla inédita de música africana y electrónica.

 

En concierto sonáis menos electrónicos y mucho más directos. ¿Es ahí dónde se nota la parte más clásica del grupo?

– Hasta hoy hemos hecho sólo 5 conciertos y estamos siempre buscando nuevas cosas. Me gustan las bandas con mucha gente. Cuando las máquinas tocan durante todo un concierto, al final es difícil saber quién toca qué.

 

¿Se reciben mejor en Francia o España que en Cuba?

– Cuando el disco llegó a la isla fue un acontecimiento para todas las radios y los cubanos fueron muy sensibles a esta amistad franco-cubana. Además, Esther y Bárbaro son conocidos allá, y al saber que estaban asociados a un proyecto como éste entusiasmó a todos.

 

Tu trabajo parece más la continuidad de aquel grupo que lo que ha hecho Manu Chao en solitario, aunque ambos discos son perfectamente complementarios, ¿no?

– Esta idea de continuidad viene quizás del hecho que dos títulos de nuestro disco hubieran podido estar en un hipotético sexto elepé de Mano Negra, “Urban Cuban” y “La verdolaga”, por la sonoridad de los timbales y de los bongos o por mis teclados. Por lo que se refiere a la complementariedad de Urban Cuban con Clandestino, no lo sé. Podéis intentar pegar los dos compactos juntos y ver lo que ocurre.

 

¿De dónde viene tu interés por la música marroquí?

– Una vez más, de vagabundeo. Me extravié en la Medina de Marrakesh cuando iba a visitar a la madre de mi esposa. Llegamos a un local de músicos. Los marroquíes fueron muy hospitalarios. Nos quedamos un rato bebiendo té y fumando kif en largas pipas finas. Los músicos tocaban percusiones y guembri, una especie de bajo acústico. Más tarde, me enteré que era música de los gnawas, una música sagrada, de zozobra, que de algún modo, disculpa la asociación fácil, me hace pensar en las ceremonias religiosas de santería

 

¿Qué encuentras en este tipo de músicas que no hallas en la música del resto del mundo?

– No tengo vocación de ser el especialista de las músicas del mundo. Soy un ratón de ciudad: me gusta perderme en ella, me gusta la casualidad de los encuentros y lo que hace que me enganche más a una música que otra es cuando se me vuelve familiar. Por lo tanto, escucho de todo siempre. Poco importa la botella, ¡sólo cuenta la borrachera!

 

¿Quiénes son los miembros más estables y quiénes han sido los colaboradores más habituales?

– No hay nunca nada habitual. Actualmente podemos decir que P18 son doce personas: Esther, Niovis y Amilka (voces y baile), Charlotte (manager y mi querida esposa), DJ Sree, Gilles (bajo), Phil y Carlos Miguel (percusión), Daniel (guitarra), Paddy, Christian y Bárbaro (metales).

 

¿Desde el fin de Mano Negra hasta el recopilatorio Rumours Of War habías hecho algún otro trabajo?

– P18 empezó en el 96 con nuestros primeros EPs “Light & Fire” y “Da Weed Da Mike & Da Motherfucker”. Eso por lo que respecta al trabajo discográfico. Desde el fin de Mano Negra, en el 93, toqué con Daddy Yod & The Ruption Crew en gira con Dennis Brown y también realicé el disco de los Moskokids -los niños del barrio que cantan “El Alakran” en Casa Babylon– y el año pasado toqué con Amadou y Mariam, dos cantantes ciegos de Malí. Recomiendo su disco Sou ni tilé.

 

¿Aquél disco es tu trabajo de espíritu más punk y combativo?

Rumours of War salió en agosto del 98. Tiene algo de punk en su agresión sonora y es combativo por su contenido. Pero es un trabajo hecho en un estudio casero, un trabajo doméstico, una guerra virtual. Me siento verdaderamente más al combate con un proyecto en vivo como Urban Cuban.

 

También hiciste una remezcla de “King Kong Five”. ¿Dónde se editó y cómo fue el resultado?

– Esa remezcla de “King Kong Five” fue un compacto-single promocional para acompañar la salida del Best of Mano Negra. Lo hicimos con DJ Sree, en una onda electro rock, y creo que quedó bien.

Xavier Valiño

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