ULTRASÓNICA 1999 ENTREVISTA CON HANK

ULTRASÓNICA 1999 ENTREVISTA CON HANK

Ultrasonica e-zine :: Xavier Valiño

ENTREVISTAS 1999


Hank, hermano pop

 

 

         A la espera de nuevo material de Del-Tonos, el supuesto hermano de Hendrix Roever, líder del grupo cántabro, lo intenta de nuevo con un segundo disco de agradecido power-pop.

 

¿Lo de melodía más distorsión al cuadrado pretende facilitar las cosas a la gente?

– Evidentemente. Eso de que una canción vale más que mil palabras no es suficiente, así que al mismo tiempo hay explicarlo un poco con palabras. Esa fórmula es lo suficientemente variable como para que se ajuste a todo tipo de canciones.

 

Pocas veces una etiqueta estuvo tan bien elegida, ¿no?

– Si lo tomamos en serio, más que una definición o una etiqueta, de lo que se trata en este caso es de una fórmula, la fórmula del rock.

 

¿Es necesario ubicarse uno mismo antes de que lo hagan los demás?

– A mí me gusta la música en general y me gusta inventarme grupos distintos para hacer músicas distintas. En el caso de Hank, llevamos ya cinco años, así que no se trata de algo absolutamente nuevo.

 

¿Qué más hay de formación en Hank que Teenage Fanclub, The Posies, Matthew Sweet o Red Kross?

– Todo eso que dices es lo obvio. Por supuesto que escucho a todas esas bandas, pero también otras cosas de hoy en día como Fountains Of Wayne, Nada Surf, You Am I o Gigolo Aunts, y, por otra parte, está la vertiente arqueológica, de sacar brillo a viejas canciones para que puedan volver a brillar. En el primer single hicimos una versión de “Watching The Detectives” de Elvis Costello y en el segundo single una de Tod Rundgren, que puede hacer que la gente se acuerde de esta gente bastante olvidada.

 

¿Hay alguien en España haciendo lo mismo?

– No sé, pero tampoco me he puesto a buscar para comparar. Como Hank llevamos cinco años en esto y no nos consideramos parte de nada. España me parece más un país de canciones que de grupos, y nadie se toma el tiempo suficiente para asentarse.

 

¿Podrían ser Ross y Australian Blonde lo más cercano, aunque se expresen en otro idioma?

– Lo que sucede es que hay con ellos una gran diferencia y muy evidente: que cantamos en castellano y ellos en inglés. Nosotros estamos convencidos de que la letra es la mitad de la canción y que se merece el mismo trato que la música. Ponemos bastante interés en que las letras sean sugerentes y tengan sentido.

 

¿Es cierto que el diablo vino a ti y te convirtió en el estandarte de su cruzada contra el inglés?

– Eso es un poco un juego que tiene que ver con El exorcista. Una de las principales condiciones para saber si alguien estaba poseído por el diablo era que hablase en un extraño idioma que no conoce y que no ha estudiado nunca. Y eso se puede aplicar a muchos grupos españoles. Y pensamos… ¡Dios mío, Larry, están todos poseídos por el diablo!

 

¿Te parece que el mundo ‘indie’ ha estado demasiado cerrado en sí mismo?

– Sí, como demasiado preocupados por el qué dirán o por salir en la foto, más que en la música. Además eso del ‘indie’, ¿existió realmente? Parece como que un día la gente se levantó y había niebla y, más adelante, la niebla se disipó y ya está.

 

Supongo que escuchas muchos otros tipos de música.

– Todo tipo de músicas. Por ejemplo, me gusta mucho el country, así que acabaré creando otro grupo o dando vida a otro hermano de Hendrix Roever y de Hank para poder hacer country.

 

¿Cómo son vuestras relaciones con la industria que tantos sobresaltos os han dado?

– Con el primer disco de Hank no teníamos tampoco excesivas expectativas a nivel comercial, más que la diversión y que se conociese el grupo. Para este segundo, nos hemos buscado una compañía más grande, que nos diese la posibilidad de hacer promoción y llegar a más gente. Ahora mismo estamos cómodos así.

 

¿Y en qué se nota eso para marcar diferencias respecto de ¡Dios mío Larry…qué demonios es eso! frente a A lo bomba?

– Lo principal son los medios. Lo que sucede es que el disco lo grabamos antes de buscar compañía. Después íbamos por ahí con la oferta de El Padrino: “Tío, tengo una oferta que no podrás rechazar. Escucha esto y dime que no vas a fichar a este grupo”. Ahora estamos pensando en regrabar el primer disco, sacarle lustre y hacerlo accesible a más gente, con caras B o una chocolatina de regalo.

 

¿Qué parte de culpa ha tenido el productor Kaki Arkarazo?

– Tampoco él ha sido el productor, sino más bien el técnico del estudio. Las producciones las hace aquí el menda, aparte de que estaba muy claro lo que queríamos hacer y que estaba todo muy ensayado, y Kaki se dedicó a poner eso en cinta.

 

¿También a Hank le gustan las películas de serie B, sobre todo por el título del disco?

– Eso no recuerdo ya ni de qué película viene, aunque se ha convertido en una frase habitual de nuestro vocabulario, y es algo que se puede aplicar a todo tipo de situaciones. Todos tenemos algo de ese sentido del humor algo especial.

 

¿Es más importante y consciente la imagen en Hank?

– No; parece como si yo me disfrazase por las mañanas para salir como Hank. Ésta es la pinta que tengo. ¿Qué sucede? ¿Qué antes me ponía más camisetas y ahora camisas? No es algo que destacar, lo que importa son las canciones. De todas formas, llegamos al siglo XXI y las camisetas están un poco obsoletas y se van a llevar las camisas. Llevaba ya mucho tiempo con camisetas y con lo cómodo que es llevar una camisa, que la puedes abrochar…

 

Por último, ¿qué sentido tiene hoy en día el pop de guitarras?

– Sigue siendo lo más inmediato y lo que más directamente te puede tocar la fibra sensible.

Xavier Valiño

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