ULTRASÓNICA 1998 ENTREVISTA CON LOU REED

ULTRASÓNICA 1998 ENTREVISTA CON LOU REED

Ultrasonica e-zine :: Xavier Valiño

ENTREVISTAS 1998


Lou Reed, rock adulto

 

 

 

Perfect Night Live In London no es más que una excusa para escuchar a Lou Reed descubrirse como nunca en sus palabras. Por difícil que parezca, esta vez Lou Reed se ha prestado a hablar y parece completamente honesto.

 

¿Retocas mucho las canciones antes de darles la forma definitiva?

– Generalmente oigo música y canciones en mi cabeza todo el tiempo. Sólo para mí. Y, cuando decido hacer un disco, comienzo a poner en el papel aquello que oigo. Así es. Lo hago porque hay que hacer un disco y es divertido tocar y todo eso. De otra forma, no me preocuparía. Sigue y sigue sonando. A veces se vuelve tan intenso que tengo que escribirlo inmediatamente. No me deja, y si no lo escribo rápidamente, se marcha y no vuelvo a olerlo nunca.

 

Dijiste alguna vez que escribir es como ir quitando palabras para hacer una declaración la más concisa que se pueda.

– Sí, pero yo hago la autoedición en mi cabeza. Es más efectivo por la experiencia, que en mi caso me ha permitido mejorarlo. Es la práctica. Es como practicar con la guitarra. Después de un tiempo, las cosas son más fáciles. Eres más rápido y mejor. Yo edito en mi cabeza mucho mejor. Y después rescribo algo, pero no mucho. Y lo hago todo con el ordenador, porque no puedo ni imaginarme ya no hacerlo con el ordenador. Me ahorra tanto tiempo… Da miedo pensar como solía ser en el pasado.

 

¿Libros de notas y cosas así?

– Sí. Cajas de cerillas, trozos de papel, flechas que remitían a otros papeles… Ahora es la versión uno, la dos, la tres y así hasta el infinito. No se trata de cortar y pegar, no llego tan lejos. Son pequeños cambios. He escrito todos mis últimos discos con el Mac. Puedo escribir en una semana lo que antes me costaba un mes. Puedo leer lo que escribo, hacer nueve versiones y verlas todas. Creo que el secreto está en la reescritura, y para eso está el ordenador: para la velocidad y la precisión. Y eso está hecho para mí. Mi madre me hizo tomar clases de mecanografía porque pensaba que nunca tendría un trabajo, así que ahora sé cómo defenderme con el ordenador.

  

¿Qué te motiva para escribir una canción?

– No tengo ni idea de lo que me motiva, a no ser lo que ocurre a mi alrededor que me hace reaccionar. Sé que no voy a cambiar la forma de pensar de nadie. Sé que no va a afectar a nada. Sé que hablo para los ya convertidos. Sé que es una expresión de algo. Pero estaría bien si cualquiera de las canciones se convirtiera en un símbolo de algo. Aunque no formo parte de ningún grupo, creo que la única forma de parar ciertas cosas es organizarse y hacer algo.

 

¿Qué te parece que quieran censurar los contenidos de Internet?

– No lo entiendo. Creía que esos días ya habían pasado pero, cuando ves lo que pretenden, te das cuenta de que no es tan sorprendente como podrías haber pensado. Y, corrígeme si me equivoco, pero parece que el correo electrónico no tiene tantas garantías constitucionales como el escrito. Se trata de escribir y recibir algo. Es la relación entre dos personas, y dicen que su transmisión no es segura. Y eso sucede porque, corrígeme también si no es así, ellos son los malos tipos que dicen que se trata de una emisión y, por lo tanto, ha de estar sujeto a las mismas reglas que la televisión. ¿Qué le puedes decir a alguien así? ¿Pero de qué hablan?

 

Ya lo intentaron con anterioridad.

– No pudieron hacerlo con los libros, no pudieron hacerlo con las películas, lo intentan con la televisión y ahora con esto, algo fresco. Y si no lo consiguieron, no fue porque no lo intentaran. Éste es un país que censuró Ulises. James Joyce. ¿Estamos satisfechos de ello, este país puritano? ¿Es algo de lo que estar orgullosos? Henry Miller se tuvo que ir a Francia. William Burroughs tuvo que publicar en Francia. En las playas de Europa las mujeres están en topless. Nadie piensa en ello. La gente va a la sauna. Si lo hicieras en Nueva York,  sería considerado pillaje. Dios sabe cómo acabará. Está fuera de toda proporción. Si parpadeas rápidamente, puedes ver al demonio por ahí. Así que no sorprende lo que intentan hacer con Internet.

 

¿En algún momento te ha tentado la novela?

– Al principio tenía intención de escribir una novela, incluso fui a talleres de creatividad literaria. Al mismo tiempo estaba en bandas de rock’n’roll. Y la verdad es que no hace falta dar un gran paso como para decir: ‘¿Por qué no uno las dos?’ Quería escribir palabras simples que causaran alguna emoción y unirlas a mis tres acordes.

 

Es una idea que viene de muy antiguo.

– Yo tenía esa idea desde el principio: mezclar las letras y el sonido de las guitarras. Y recuerda que estás hablando con alguien que ha estado metido en los bares desde los 14 años. Pero que también se ha graduado en Filología Inglesa. Ahora mezcla eso con alguien que ha estado leyendo a William Burroughs y a Delmore Schwartz y que se encuentra con Andy Warhol. ¡Qué mezcla de influencias! Así ha sido desde mi primer disco. Puedo haberme equivocado aquí o allá. Puedo haberme caído, o haberme mantenido en pie, o haber volado, esto o lo otro, pero siempre ha estado ahí, para lo bueno y para lo malo.

 

¿Entonces hay una línea en todos tus discos?

– Eso es lo que he dicho. Si te lo plantearas todo de una tacada, parecería interesante. El otro día vi una revista en la que tenían todos los discos comentados juntos. Alguien diría que no todos son buenos. Tampoco se trataba de eso. Era simplemente alguien intentando encontrar un enfoque desde el principio, desde la nada hasta lo más intenso. Si quieres oírlo, ahí está. Cuanto más lo necesites, más claro es. Hay tantas cosas que suceden y no quiero decírselo a la gente. Me gustaría que… bueno, simplemente se trata de rock’n’roll y, si quieres meterte en las letras, puedes, y si no quieres, pues lo que hay ahí no son más que unos chillidos.

 

¿Crees haber llegado a alguna forma de arte?

– No quiero ser pretencioso y llamarlo arte. Pero espero que lo que hago sea lo suficientemente puro, bueno y honesto, tanto en su concepción como en su expresión para ser…

 

¿Ayuda una nueva relación (con Laurie Anderson) a sentirte vivo?

– Bien, mírame. Me siento muy bien ahora y todos estos días. Pero nunca sabes. Pregúntame dentro de una semana. Ahora me parece como si hubiera entrado en una de esas 40 billones de galaxias que ha encontrado el telescopio Hubble. Así pienso. Soy un tío con suerte. Quiero decir, escribo sobre todo, en mi contra de alguna forma. ¿Cuántos secretos puedes guardar? Por otra parte, soy un escritor. La gente se olvida de eso. Las cosas se vuelven… Ni siquiera yo entiendo el proceso completamente. Pienso que tengo la suerte de -y no quiero sonar new age, pero no puedo evitarlo, es así- tener este talento y esta habilidad. Y, además, he aprendido a tratarlo con respeto, de sacarle el máximo partido.

 

¿Está el sonido depurado en Perfect Night Live In London?

– Tal vez. Pero ten en cuenta que es muy difícil hacer un buen trabajo a la hora de grabar un disco con electricidad. Si quieres conseguir ese ruido, tienes que hacerlo mientras la gente lo toca, mientras está ahí. Hoy he estado escuchando un disco que es lo más triste que se puede ser, algo de lo que ya no se escucha. Lo recomiendo: se trata de una colección de soul del sello Loma Records, y la canción, una de mis tres favoritas de todos los tiempos, es “Stay With Me” de Lorraine Ellison. No me gustaría sonar como un viejo que dice que antes la música era mejor que ahora. Después escucha “Heart Be Still” y tendrás un buen ejemplo de lo que es. Para mí, ésa es la inspiración. Intenta conseguir eso en un disco. Es lo más extraordinario que he escuchado. Pensaba llevarlo conmigo y cuando me preguntaran que escucho, que es lo que me motiva, ponerles la canción. Asombrosa.

 

¿Qué te pareció que The Velvet Underground entrase por fin en el Rock’n’Roll Hall Of Fame?  

– Mejor tarde que nunca. Me sentí muy honrado. Es agradable estar incluido entre gente que son mis ídolos y, también, mis colegas. Lo único que siento es que Sterling Morrison no haya estado vivo para pasar por la experiencia. También quería señalar la ironía que hay en que les haya costado tanto tiempo aceptar al grupo. Espero que no les lleve tanto hacer lo propio conmigo.

 

¿Sientes la misma pasión que antes?

– Al igual que la generación previa a la nuestra, espero por lo menos que los músicos hagan cosas nuevas. ¿Por qué no? Lo hace la gente del jazz, la gente del blues. Fui a ver a B.B. King hace tres semanas en un pequeño club. La gente se pegaba por entrar. Y fue increíble, un auténtico maestro. Era sorprendente verlo tocar a través de un amplificador que cualquiera puede comprar. Estaba sentado allí, sintiendo temor y respeto. Tiene setenta años. Cantó cosas que nunca antes le había escuchado. Y otras que ha hecho dos millones de veces antes y parecía estar encantado. Así que, ¿qué debo temer?

 

¿Compartes que el rock es cosa de jóvenes?

– Eso es lo que dicen, para lo que nació el rock. Y yo digo: ‘Está bien, llamadlo la música de Lou Reed. Así me dejareis tocar. ¿O es que me vais a poner a pastar?’ Me hubiera gustado que la generación anterior, en lugar de ponerse a hacer las viejas canciones… Pero eso es lo que hicieron. Y ahora tienes esta generación, con gente que no son, ni quieren, sentirse nostálgicos, que tienen un planteamiento serio: quieren hacer rock. Puede que lo mío no le diga nada a gente de nueve años, pero nunca pretendí dirigirme a los de nueve años, sin ofender a nadie de esa edad que me pueda leer.

 

¿Y cómo se lo explicarías a alguien que aún lo duda?

– Puedes comprobarlo en mis canciones. No es simplemente un rollo que te suelto. Tengo unos discos, puedes escucharlos. ¿Es o no es cierto? Mira como empecé. Todo este tiempo, desde mi primer disco, me han dicho que tal o cual era la mejor canción que había compuesto y que desde ahí sólo me esperaba la caída en picado. Como con “Heroin”. ¡Gracias por lo que decís! ¿Pero cómo podéis saberlo? ¿Acaso componéis? ¿Cómo estáis tan seguros?

 

¿Cómo te enfrentas a la influencia que todos dicen que has tenido ya desde el primer momento?

– Si te digo la verdad, habitualmente no veo eso de la influencia. La gente me lo dice y yo les contesto que si ellos lo piensan así… Pero yo no me lo creo. Y desde luego, cuando la Velvet Underground existía, casi no vendimos ningún disco. Literalmente. Una cantidad ridícula. Todo esto llegó mucho más tarde y empezó a crecer hasta que, de repente, se convierte en algo intocable. Pero no era así al principio, ni después, ni siquiera en el medio de todo, al menos en lo que yo recuerdo. Tal vez fuera una idea que estaba flotando en el éter. No lo sé. No era algo que yo siguiera. ¿Yo una influencia? ¡Si sólo estoy tocando la guitarra! Aunque a decir verdad, lo encuentro muy, muy… me hace sentir bien. Y es halagador, si es así.

 

¿Te mantienes al día de lo que sucede en la música?

– Sí, escucho otras cosas. Pido a la gente que me tenga al día de lo que vale la pena escuchar. El otro día escuchaba a un grupo  llamado The Music. Muy buena batería, muy interesantes. Y también escuché a… Lorraine Ellison, lo que antes te comentaba, que es lo máximo. Es iluminador y revelador. Increíble. No tienes ni idea. Daría cualquier cosa por tener una copia aquí. Te ataría y te haría escucharlo.

Xavier Valiño

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