TOOTS AND THE MAYTALS

 

Toots and the Maytals, padrino del reggae

maytals
 

Después de muchos años como uno de los principales defensores del reggae, Toots and the Maytals reivindican su trono en un disco de duetos, True Love, en el que colaboran, entre otros, Ryan Adams, Keith Richards, Jeff Beck, Eric Clapton, Bootsy Colins, Ben Harper, Willie Nelson, No Doubt, Bunny Wailer, Marcia Griffiths…

¿Qué piensas de este proyecto, con todos esos artistas de distintas generaciones y diferentes estilos, de lo que enseña de tus canciones y de tu carrera?

         – Me gustó demostrar que tengo diferentes maneras de hacer música. Gracias a Dios, me permitieron hacerlo de esta manera, porque todos somos como una gran familia. Conocen mi estilo, aman mis canciones y tienen mis discos en sus casas. A algunos no los conocía de antes, pero cuando se presentaron todos reconocían que llevaban escuchando a Toots and the Maytals mucho tiempo. 

¿Qué es lo que has aprendido de estas canciones al trabajar con toda esa gente?

         – He aprendido que la música es algo sin fin, que puede ser modificada y convertirse en algo grande. Todos estos artistas somos amigos. Siento su espíritu y ellos sienten el mío. Y una generación joven podrá descubrir nuestro espíritu. Cuando canten una canción, podrán tener algo mío, algo de los Rolling, algo de Bonnie Raitt, algo de Willie Nelson… 

¿Cómo fue trabajar con Keith Richards? Todos piensan que es el tipo más salvaje del rock’n’roll.

         – Bueno, el caso es que ya lo conocía, así que no ha sido ninguna sorpresa. A él, a Mick, a Ron, a todos los Stones. A ellos les gustan mis canciones y a mí me gusta su estilo. Incluso canto habitualmente alguna de las canciones que escribieron, como, por ejemplo, “Start Me Up”. Lo que recibo de Keith es la energía, el amor y el ánimo de su guitarra. Tocamos en acústico. Con Ben Harper me pasa lo mismo. Con Phish también. 

Sueles decir que tu canción “Do The Reggay” le dio el nombre al reggae.

         – La gente me lo comenta, pero cuando lo hice no me di cuenta. El ritmo estaba en Jamaica, y ya se tocaba mucho antes de que yo empezara a cantar. Era una palabra del argot, como un apodo para alguien que no vestía correctamente. Si alguien iba descalzo, le llamaban “streggae”. Si una chica no llevaba un top, le decían lo mismo. Así que una mañana de martes dijimos vamos a hacer el “reggae”. En aquellos días simplemente tocábamos y componíamos, cualquier cosa. Si un pájaro volaba por la esquina, escribíamos una canción. Así que empezamos a cantar “Do the reggay, do the reggay” y eso fue todo. Sólo unas palabras, ¿sabes? Y nadie le prestó atención hasta que comenzó a extenderse por el mundo. Lo vi en el libro Guinness de los Records. Así que le doy las gracias a Dios por haber hecho algo bueno que ni siquiera planeé. 

“Monkey Man” ha sido un himno para generaciones de grupos de ska. ¿Por qué crees que sigue gustando treinta años después?

         – Son vibraciones. En cien años se seguirá tocando, ya que se trata de palabras lógicas con las que la gente se puede identificar. Si te hace feliz, te hace feliz. 

¿Cuál es la historia detrás de “54-46”

         – Después de grabar “Bam Bam” había mucha política a nuestro alrededor. Alguna gente pensaba que había compuesto la canción para otro partido político. Los artistas no hacemos negocios en la política. De todas formas, alguien intentó pillarnos. Ni siquiera había empezado a fumar marihuana. No tenían ninguna causa, pero la encontraron. La gente intenta hacer cosas para que no avances. Me metieron en la cárcel durante nueve meses y allí escribí la canción. Me dieron el privilegio de usar mi guitarra. No tengo que hacer nada más, sólo tocar mi guitarra. 

En estos días mucha gente del hip-hop cuenta historias así, pero no han tenido tales experiencias.

– A mí no me gusta hablar de ello; me enfado. Pero creo que vale la pena decírselo a la gente. Y si alguien te hace algo malo, no tienes que enfrentarte a ellos; yo escribo una canción y hablo de ellos. Y cuando la escuchan empiezan a pensar que puede que me hayan hecho algo malo.

Xavier Valiño

 

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