TONY ALLEN & HUGH MASEKELA: Rejoice

TONY ALLEN & HUGH MASEKELA: Rejoice (World Circuit-BMG)

 

 

Hay discos que nacen con la voluntad de ser el testamento de su artista, como los últimos trabajos de David Bowie y Leonard Cohen editados casi coincidiendo con su desaparición. Este no estaba destinado a ello, pero Hugh Masekela falleció en 2018 de un cáncer y Tony Allen lo hizo en mayo de este año, así que…

 

Ambos se conocieron en 1973, por intermediación de Fela Kuti, y ya entonces quedaron en grabar algo juntos. Instalados en Londres, coincidieron en 1984 en unas sesiones con Julian Bahula. En 2010, bajo el auspicio del productor Nick Gold (el responsable de Baobab Orchestra o Afrocubism) pasaron un fin de semana juntos en el estudio. Nueve años después, en homenaje a Masekela y con permiso de sus herederos, Allen y Gold decidieron acabar a sus ocho canciones y dar forma a ese disco que llevaba esperando casi medio siglo.

 

Todo fue creado en el estudio a base de improvisaciones en aquellos dos días, revistiéndose ahora las composiciones con jóvenes músicos de la escena de jazz de Londres como Steve Williamson, Tom Herbert (Acoustic Ladyland, The Invisible), Mutale Chashi (Kokoroko) y Elliot Galvin y Joe Armon-Jones (Ezra Collective), quienes dejan que sea el diálogo entre los dos veteranos el que esté en el centro de la escena.

 

El resultado es, como Allen lo definió, una especie de guiso de swing-jazz sudafricano-nigeriano con sus raíces fuertemente asentadas en el afrobeat. Allen marca un ritmo siempre certero, minimalista, tribal y casi sincopado, y Masekela va improvisando be-bop siempre exuberante, sin levantar nunca la voz.

 

Casi íntegramente instrumental, aunque algunos cortes tienen algo de texto (en inglés, yoruba y zulú en “Jabulani (Rejoice, Here Comes Tony”), el dúo factura jazz (“Agbada Bougou”), fanfarrias exquisitas (“Obama Shuffle Strut Blues”), clásico highlife africano (“Slow Bones”) y puro afrobeat (“Never (Lagos Never Gonna Be the Same without Fela)”). Después de darlo todo, acaban con un mensaje que, este sí, parece su epitafio: “Nuestro tiempo ha pasado, ahora empieza vuestro trabajo”.

 

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *