THE WATERBOYS: Fisherman’s Box

THE WATERBOYS: Fisherman’s Box (Downtown)

 

 

 

Permítanme que me eche una sonrisa. ¿Cuántas bandas serían hoy capaces de enfrascarse en unas sesiones durante dos años por el simple placer de hacer música? Al final llegaría el disco –Fisherman’s Blues, 1988- pero dejar fuera unas 100 canciones no está al alcance de cualquiera. ¿Y en 1988? Pues me temo que tampoco nadie estaba por un viaje así. Mike Scott y sus secuaces se aventuraron y, aunque no salieron indemnes del todo, tuvieron material para aquel disco y para que 25 años después aparezca esta caja con 121 canciones, de las cuales 85 son inéditas.

 

El 23 de enero de 1986 tuvo lugar la primera toma de contacto para ese futuro disco. 16 canciones en un día, con unos temas marcados por el góspel, el folk y el ‘gran sonido’ habitual en el grupo hasta entonces. Es el primer CD de esta caja, con 12 temas inéditos entre los que destacan “Saints & Angels”, “Born to Be Together” y las primeras tomas con más protagonismo del piano de “Fisherman’s Blues” y “World Party”.

 

Le siguieron 13 días entre marzo y septiembre de ese año que ahora se documentan en el segundo disco, con 17 cortes nuevos. A recordar las primeras grabaciones de “Too Close to Heaven” o “Will the Circle Be Unbroken”.

 

El salto a California para grabar entre el 2 y el 7 de diciembre dio lugar a parte de la mejor música del grupo (en el tercer compacto), según reconoce Mike Scott, sobre todo por la participación del baterista Jim Keltner. Para probarlo, los 26 minutos de “Soon As I Get Home”, “Blues for You Baby” o “Lonesome Old Wind”.

 

Entre finales de 1986 y febrero de 1987 se registraron otras 20 canciones (cuarto compacto), el germen del disco que vería la luz poco después, con la mayor concentración de grandes momentos: “Higher in Time Symphony”, “Killing My Heart”, “Nobody ‘Cept You”, “You in the Sky”, “A Golden Age” o “Come Live with Me”.

 

Ya en Dublín, entre febrero y septiembre de 1987, el sonido de la banda se volvió más irlandés (en el quinto disco). Junto a muchos bocetos, jams o instrumentales que se podían haber evitado, hay temas redondos como “Higherbound”, “The Grief of Pan” o “If I Can’t Have You”.

 

Para el final, en el sexto compacto, todo lo que grabaron en la primavera de 1988 en Galway, Irlanda con claras influencias celtas, incluyendo 7 de los temas que aparecieron en Fisherman’s Blues y 17 inéditos, que les llevarían a una inmersión más irlandesa en Room to Roam.

 

Este el Santo Grial de la banda. No se me ocurre mejor piropo que llamarlas las Basement Tapes irlandesas, por el único grupo que trató de hacer algo similar a lo que Dylan hizo con The Band en aquel sótano, aunque nunca lo pretendiera.

 

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