THE WAILERS

The Wailers, babilonia místico

 

The Wailers, aun sin Bob Marley, siguen existiendo. Con una media de 40 semanas de gira al año, el grupo sigue cantando esas canciones reggae que marcaron un estilo, aunque sólo queda en el grupo uno de sus componentes originales, Aston "Family Man" Barreto. Ahora llegan a Compostela, este sábado, para recrear el mítico álbum Exodus.

 

La gente piensa en Bob Marley como un profeta, un místico, un Dios. ¿Cómo era realmente? ¿Qué cosas no se saben del grupo?

            – Realmente era un hombre de lo más normal, pero con un objetivo que cumplir y un mensaje que mostrar al mundo. Pocas cosas no se saben del grupo. Éramos y somos músicos que llevábamos por todo el mundo un mensaje de paz y amor, bajo unas directrices disciplinarias que Bob marcaba. Él era un hombre muy disciplinado y todo tenía que rozar la perfección.


¿Cuál fue la última cosa que os dijo?

– Algo así como que todo estaba bien, aunque todos sabíamos que no era cierto.


¿Cómo intentáis mantener viva la llama de lo que hizo?

            – Bob fue, es y será un gran hombre, pero él mismo pensaría que focalizarlo todo en su figura no sería correcto. Todos éramos The Wailers, aunque comercialmente su nombre iba delante. Así pues seguimos el trabajo que juntos empezamos.


¿Por qué pensáis que el reggae que llega a todos los públicos murió con Bob Marley?

– No es así realmente. Él fue el primero en pertenecer a una multinacional, pero el reggae es y siempre será mucho más que Bob y The Wailers.


Creo que Aston "Family Man" Barrett es el único miembro original que permanece en The Wailers.

            – De vez en cuando Al Anderson y Junior Murvin nos acompañan también. Seeco Patterson, nuestro percusionista y el de la época de Bob, ya no nos puede acompañar por su edad, pero hasta hace unos años también giraba con nosotros. Carlie, mi hermano el batería murió en 1987, y el resto siguen haciendo música por su cuenta.


¿Ha cambiado vuestro mensaje durante estos años?

            – No, en absoluto. Las formas y los personajes cambian, pero mientras tanto el mensaje sigue siendo el mismo, no ha variado en todos estos años.


Hay mucha gente en la música hoy que no tiene la pasión y la entrega vuestra. ¿Cómo lo veis?

Es muy pretencioso hacer un juicio de este tipo. En cada estilo siguen habiendo y apareciendo grandes artistas de gran calidad y que a lo largo del tiempo perdurará su legado. ¿No lo creéis, por ejemplo, de Bruce Springsteen?


Mucha gente habla de la música como una conexión a algo más alto que ellos, algo espiritual, místico. Otros lo llaman una expresión real de la teoría musical. ¿Encajan alguna de estas definiciones en vuestra música?

– Bob Marley decía: “Algo bueno de la música es que cuando te golpea no sientes dolor…” La música, por ejemplo en Jamaica, es la energía de la vida, algo tan necesario como el respirar, es algo vital para toda nuestra comunidad.


¿Creéis que The Wailers, a pesar de haber estado juntos mucho tiempo y de ser una referencia del mundo del reggae, todavía pueden mejorar?

            – En el momento en que no haya posibilidad de mejorar, la música habrá desaparecido de nosotros como grupo. De todas formas, conviene tener en cuenta que la mejora en sí habría que considerarla evolución o cambio, no mejora.


¿Es cierto que en esta gira tocáis Exodus íntegro?

            – Así es, aunque tendrán cabida muchos temas que el público también espera oír… Tendréis que escucharlo por vosotros mismos para saber qué canciones vamos a interpretar.


¿Cuál es vuestra canción favorita de The Wailers y cuál es la que más le gusta a la gente?

– Hay demasiadas canciones nuestras buenas como para elegir, pero lo que si es cierto que “One Love” es algo así como un himno mundial siempre.


¿Podéis recordar alguno de esos momentos mágicos que habéis vivido durante estos años?

            – Pues me gustaría citar ahora la primera gira mundial en 1978, de la cual se publicó el álbum “Babylon By Bus”, y donde presentamos Exodus al mundo. Creo que en España fue la primera vez que tocamos, en concreto en Ibiza ese año.

 

 

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