THE VERVE

The Verve, sinfonías agridulces

 

Lo tenían todo: grandes canciones, una infinita ambición y seguidores convencidos. Un buen día, hace casi dos años, se separaron en medio de una espiral de drogas, choques de ego y problemas mentales. Inesperadamente se reunieron y decidieron que habría un antes y un después en la música de 1997. Su «Bitter Sweet Symphony» es ya el himno del año y casi de la década, y Richard Ashcroft lo explica.

 

Hubo un tiempo en que todos te conocían como el loco Richard Ashcroft.

– Durante una larga temporada se nos ridiculizó. Éramos demasiado como para que pudieran describirnos o entendernos. Lo de ‘loco’ fue orquestado para… desviar la atención. Era muy degradante, muy británico, muy de los conservadores. Y nosotros sabíamos que éramos una de las bandas más importantes del mundo desde que empezamos. A muchos periodistas no se les debería dar la posibilidad de escribir. Todos pueden tener su opinión pero, cuando se convierte en algo personal en contra de mí, cuando no se trata para nada de explicar de que va la música, entonces nos jode.

 

¿Había en aquel momento lugar para vuestra música? 

– La gente quiere música que les haga explotar, pero no tienen acceso a ella porque están cerrados en su maldito coto indie. Así que yo tuve que hacer de bocazas. La gente pensaba que lo nuestro estaba inflado, pero durante mucho tiempo nadie nos ayudó una sola vez. Acabas por sentirte como un predicador en las entrevistas para que todo siga adelante. Lo mismo pasó con Oasis. Cuando empezaron, todos querían hablar de cualquier cosa excepto la música. Pero está acabándose. Hemos enganchado cinco veces más gente con una sola canción de la que nos seguía hace 18 meses, incluso hace siete semanas.

 

Por derechos de autor de «Bitter Sweet Symphony» no cobraréis un duro. ¿Cómo te sienta?

– Ahora mismo estoy demasiado cabreado como para pensar en ello. Fundamentalmente, tomamos un trozo de la cuerda de un arreglo que el manager de los Rolling Stones, Andrew Loog Oldham, hizo para una de sus canciones, «The Last Time», y que incluyó en su disco de versiones orquestales. Lo estiró tanto que ni siquiera suena como el original y nosotros tomamos un poco de la cuerda y unos bongos y construimos la canción a partir de ahí. Con una orquesta, con varias pistas de guitarras, letra, distorsión, campanas, todo, e hicimos esta inspiradora canción que nos sacaron por malditas razones legales.

 

¿Hay amargura por esta situación?

– No estoy amargado por ello: el dinero no lo es todo, pero la reputación si es importante, cuando se merece, y Mick Jagger y Keith Richards no han escrito una canción tan buen como ésta en los últimos 20 años. La cuestión es que este tipo que reclamó, Allen Klein, es uno de ésos de la vieja escuela que no cree en nada de esto y para él la música de los Stones es algo con lo que no se puede jugar. Lo que hicimos es lo que hacen los grupos de hip-hop, y ellos sacan dinero y se les da crédito. Nunca me ha movido el dinero. Para el resto de los tiempos «Bitter Sweet Symphony» ha sido escrita por The Verve en 1997. Todos los que la han oído lo saben, así que punto y final. Tengo que seguir pensando así o perderé mi jodida cabeza.

 

¿Crees que se entiende la letra de «Drugs Don’t Work» -«Las drogas no funcionan»-?

– Para mí esa canción habla del amor total. Dice: «Cariño, estoy jodido pero iré contigo hasta el final». Hay líneas ahí que son personales para mí y para alguien cercano a mí y no puedo decir mucho más. Salió  de mi amor por alguien. La mayoría de nosotros sabe lo que es estar tirado en el maldito suelo y amar a alguien lo suficiente como para saber que si le pasa algo, tú también estarás allí. La idea de que tu amor está predestinado y que, si uno de los dos muere, estáis destinados a encontraros otra vez.

 

¿Es tan evidente la relación con Kate Radley de Spiritualized?

– Amo a Kate y eso es todo lo que voy a decir. Y todo el que siga por ahí es un periodista de tabloide. Si alguien trata de menospreciar a alguien en papel impreso, entonces le abriré la cabeza con un jodido bate de béisbol, así de simple.

 

¿ No resulta curioso que este año hayáis hecho un disco superior al de Oasis, vuestros amigos que empezaron como vuestros teloneros?

– Lo que la gente no se da cuenta es de que aún no hemos tenido ningún éxito, aunque todos creen que sí, así que somos mucho más vulnerables de lo que se puede pensar. Aún hay muchas cosas a las que tenemos que acostumbrarnos, ya que como banda nunca hemos tenido la más mínima recompensa. Cuando History entró en las listas yo estaba de vacaciones escapando del hecho de que la banda estaba disuelta. Mi madre me llamó y rompí a llorar, simplemente por la ironía… Estábamos en las listas y no teníamos la oportunidad de salir y disfrutarlo.

 

¿Será entonces una vuelta con todas las consecuencias?

– La gente nos va a ver por primera vez y para ellos será como ver El padrino o Apocalypse Now a un nivel musical, algo que los va a dejar estupefactos. La gira se planteará de forma que no acabemos asesinándonos unos a los otros. Va a ser a todo volumen, un acontecimiento. Recuerdo que vi a Stone Roses en Blackpool, delante de 3.000 personas, y pensé que había sido el mejor concierto del mundo. Nosotros vamos a hacer cosas que las bandas que nos gustan no han hecho aún o nunca harán.

 

¿Y cómo llevas ahora lo de ser una figura pública?

– Precisamente hablaba con Noel Gallagher de eso el otro día. Sabe que, cuando haces música que significa algo para ti, no es precisamente la clase de vida más fácil. No hay más que preguntarle a… un buen montón de gente muerta. Es maravilloso estar en el escenario, grabar discos y todo eso, pero no lo que se refiere a la intromisión en algo que está completamente puro. Tener que ser el Sr. Entrevistas, tener tu jeta expuesta en la MTV todos los días durante siete semanas… Simplemente no quiero que vaya más allá de la música. Un montón de gente sufre porque su persona se vuelve más grande que la música. Je, je. Creo que nuestra música es tan grande que nunca nos sucederá.

 

¿Y todo esto ha vuelto a afectar a la salud mental del guitarrista Nick McCabe?

– No. Quiero decir que no me creería todo lo que se dice en las revistas sobre Nick porque se trata de periodismo sensacionalista. Si eres un periodista te puedes cebar en las debilidades de los demás. Pero si te interesa ver como sobreviven The Verve, ¿por qué hacerle algo así a él?

No se trata de que se nos consienta cualquier capricho, simplemente que se den cuenta de que éste es un grupo humano serio con todas sus idiosincrasias.

Xavier Valiño

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