THE REPLACEMENTS

The Replacements, rock primitivo

 

En 1981, The Replacements grabaron el mejor disco de punk de la historia del rock. -Un inciso: ¿Haremos una excepción con el Never Mind The Bollocks de los Sex Pistols? No será necesario si por punk aquí entendemos la palabra usada en su sentido más primitivo y básico-.

 

Las notas de la portada de Sorry Ma, Forgot To Take Out The TrashPerdona, mamá, me he olvidado de sacar la basura– alardeaban explícitamente de una incompetencia musical total: ‘No os preocupéis, estamos pensando en tomar clases’, alardeaban sus creadores entre lo que se supone unas risas que aún deben estar resonando en las paredes del estudio. Aquel disco no era más que una demostración de la vulgaridad de la inutilidad adolescente. Las bandas de hardcore melódico han estado intentando imitar su rabia durante 16 años y nadie ha conseguido acercárseles.

 

Por desgracia, no se puede encontrar nada de aquel debut único ni de sus tres discos siguientes. All For Nothing, su nuevo recopilatorio, se limita a cubrir los años en los que grabaron para una multinacional, del 85 al 90. Y eso no la convierte en una mala colección, todo lo contrario, pero sí deja sin representación a una parte importante de la historia de The Replacements.

 

El primero de los dos discos repasa sus cuatro álbumes para Reprise en orden cronológico, tomando cuatro cortes de cada uno. El primer grupo proviene del casi perfecto Tim. Estos son los Replacements haciendo lo que mejor saben hacer: canciones todavía desencantadas con la vida urbana («Kiss Me On The Bus») pero que ya van poniendo un cierto orden en su habilidad sonora. «Here Comes A Regular» es la canción de borrachera ideal para acabar con todas de una vez y «Bastards Of Young» se adelantó cinco años a la Generación X. 

 

A partir de ahí, los discos Pleased To Meet Me, Don’t Tell A Soul y All Shook Down muestran la lucha de Paul Westerberg entre su lado más fiero y su obsesión por la dulce melancolía de su héroe Alex Chilton. Al contrario que sus contemporáneos Hüsker Dü, no se separaron en su cima creativa: simplemente su disolución no podía haber llegado antes.

 

La energía de los primeros días se puede encontrar en el segundo disco, Nothing For Al», una colección de rarezas perfecta para los completistas. Los primerizos pueden optar entre esta colección o bucear entre los estantes para tratar de encontrar alguno de sus seis primeros discos. Cuestión de tiempo y/o presupuesto.

Xavier Valiño

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