THE PHANTOM KEYS

The Phantom Keys, saliendo de la tumba

 


La historia de este grupo de O Grove empieza unos cuantos años atrás, cuando un puñado de adolescentes raros y peludos intenta imitar la imagen y el sonido de aquellas oscuras bandas de garage de los 60 que conocemos por recopilatorios como Nuggets, Pebbles o Back from the Grave. Hoy, después de haber recorrido ya media Europa, tienen en calle su primer disco, The Real Sounds of The Phantom Keys, con un sello germano.

Por fin aparece vuestro debut. ¿Cómo os sentís?

– Marky (M): Pues nos sentimos muy satisfechos. Sabíamos que era una responsabilidad muy grande afrontar este LP porque llevábamos un montón de tiempo con la idea en la cabeza, aunque parecía que siempre había algo en contra. Estamos muy contentos en el sentido de que lo hemos grabado en el mejor momento de la banda y como nosotros queríamos. De momento está teniendo muy buena acogida y eso es muy gratificante.

¿Veis en él una evolución el sonido en estos años? ¿Se podría decir que os habéis acercado más al rhythm’n’blues y el beat, con algún elemento más melódico, desde unos inicios más garageros?

– Roi (R): Es cierto que el grupo ha evolucionado y, más que variar de estilo, hemos conseguido un sonido más compacto y natural, y creo que se nota en directo. El giro al R&B ya era evidente desde hace unos años; de hecho, la concepción original del LP tendía a enfatizar estos sonidos. Al final se introdujeron canciones nuevas y estamos contentos porque el resultado final es mucho más variado del que nos esperábamos.

¿Tiene que ver en ello los cambios de formación?

– R: Todos los miembros dejaron su huella en la banda, y el salto de calidad creo que se dio con la entrada de Alberto y Mal Kergan (Thanes, Green Telescope), sustituido ahora por Nacho, que nos dio un soplo de aire fresco difícil de resumir en estas líneas. Los cambios de formación tuvieron mucho que ver. ¡Y lo mejor es que siempre fue para bien!

¿De qué aspecto de la grabación y de qué canción habéis quedado más contentos?

– R: Estamos orgullosos de haberlo grabado en casa, con unos medios muy limitados. En estos tiempos en los que mogollón de bandas masterizan en Nueva York o Los Ángeles, nosotros apostamos por O Barco de Valdeorras. ¡Y salió bien! En cuanto a canciones, creo que “My Last Mistake” es la que más llama la atención, estamos muy contentos con el resultado. Y respecto al sonido, “I Was True” cogió la atmósfera que buscábamos, y no era nada fácil.

¿Cuánto tiene que ver en el sonido que habéis conseguido la producción de Mike Mariconda?

– Alberto (A): Sin su ayuda, esto hubiera sido una tarea muy complicada. Teníamos los ingredientes, pero faltaba el Chef, y en eso Mike trabaja muy bien, es muy profesional. Es una persona que se centra en su trabajo, pone mucha atención siempre a lo que hace, saca lo mejor de cada uno, reparte buenos consejos y tiene un gusto y una colección de discos acojonante. Hemos quedado muy contentos con su trabajo y estamos muy agradecidos por su total implicación en el disco.

– M: Como dice Alberto, hubiese sido muy complicado. Es un auténtico placer trabajar con él y tenemos mucha suerte de tenerle trabajando en España. Mike ha producido muchos de nuestros discos preferidos de los 90 para el sello Crypt. Ha entendido desde el principio lo que buscábamos en este disco y ha quedado muy contento con el resultado final.

¿Qué es lo que no repetiríais en un segundo álbum?

– A: Lo repetiríamos todo menos las canciones, ja, ja… De verdad, hemos quedado muy satisfechos con el disco en general: los temas, el sonido y el buen ambiente de la grabación en casa de Nacho en O Barco… Además, todo esto era acompañado de excelentes licores caseros que su vecino Gonzalo nos ofrecía al término de cada sesión… Sin duda, no cambiaríamos nada.

Si no me equivoco, habéis grabado versiones de Al Saxon, The Master’s Apprentices, The Sorrows o Velvet Illusions. ¿Cuáles más hacéis en directo, que supongo tenéis unas cuantas? ¿Cómo os enfrentáis a las adaptaciones de temas ajenos?

– A: Nos encanta “That’s Your Problem” de Outsiders, hacer el cafre con “Bloodhound” de Downliners Sect y, por supuesto, tocar alguna de nuestros ‘padres’ Chuck Berry o Bo Diddley. Por lo general, solemos ser bastante fieles a la original, somos unos copiones….

 

 

Habéis tocado en varios países, ¿no? ¿Cómo se os recibe? ¿Cambia según el lugar?

– M: Sí en estos años hemos estado tocando mucho por Europa. Me encantaría decirte que nos reciben miles de adolescentes hormonadas tirándose de los pelos, pero nuestra acogida es muy similar a la que tenemos en España, aunque siempre está guay conocer otras sitios y ver que la gente trae tus discos para firmar y esas cosas, es muy gratificante. Nos mola ir a tocar a cualquier sitio, tanto en España como fuera. Cualquier ciudad tiene su ‘punto’, y en donde hemos estado hemos hecho un montón de amigos que nos encantaría volver a ver. Nos gusto muchísimo Alemania: tienen una escena de rock’n’roll flipante y enormes cantidades de cerveza barata. ¿Se puede pedir algo más en la vida? Esperamos ir a presentar el disco en cuanto podamos.

¿Se puede lograr editar con un sello foráneo y tocar en otros países con el epicentro en O Grove? ¿Es fácil? ¿Alguna desventaja?

– M: En España tenemos también muy buenos sellos independientes, pero editamos con Screaming Apple porque nos ofrecía las mejores condiciones, tanto para el grupo como a nivel promocional, así que después de barajar algunas opciones elegimos lo que creímos más conveniente para el grupo. Es un sello que lleva más de 20 años editando referencias de primer nivel dentro de la escena rock’n’roll en todo el mundo. En nuestras estanterías tenemos muchos de los discos que ellos editan. Desde el primer momento han puesto mucha ilusión y esfuerzo en este disco. Tanto lo de tocar como lo de editar fuera ha sido una cosa muy natural que ha ido surgiendo.

Vivís en diferentes sitios. ¿Es difícil mantener el grupo, ensayar, etc.?

– M: Quizá tener que movernos todos para ensayar sea lo más difícil, sobre todo por temas económicos, pero como hay temporadas en las que no nos vemos demasiado… Los ensayos son una auténtica fiesta: nos reunimos y tocamos todo el día, bebemos cerveza y licor café, vemos pelis de serie Z hasta altas horas de la madrugada, y la verdad es que no nos va tan mal así.

¿Se os podría considerar los herederos en Galicia de grupos como Los Contentos o Los Eskizos e incluso, más recientemente, Los Chavales, aunque estos últimos son más bien coetáneos?

– R: En Galicia siempre hubo grupos de reminiscencia sesentera de buen nivel: Eskizos, Contentos, Elephant Band, Mega Purple Sex Toy Kit… Los Chavales son muy buenos amigos, compartimos cartel en alguna ocasión y birras en unas cuantas más, aunque cada banda pone su énfasis en cosas distintas.

Contadnos vuestros proyectos paralelos.

– R: Por lo que me toca, comparto obligaciones con The Allnight Workers, que tenemos nuestro segundo LP a punto de salir a la calle.

A: Cuando libro, me reúno con unos chicos llamados Os Anais (Ourense) y tocamos versiones de Johnny Cash, Hasil Adkins, Woody Guthrie, Neil Young y Velvet Underground por amor al arte.

Por último, ¿cuál ha sido la mejor anécdota de este tiempo en el mundo de la música?

– R: Tenemos muchas anécdotas, como cualquier grupo de amigos que viajan juntos, se emborrachan juntos y demás… En Italia, por ejemplo, vaciamos un bar por lo legal y por lo ilegal, Marky se dislocó un brazo intentando saltar a la piscina en gayumbos… Lo mejor es que el socorrista se lo intentó impedir: “¡Estás demasiado borracho, no te metas al agua!». La historia sigue, pero que la cuente el implicado…

– M: Ja, ja. Fue una locura. Era en un festival en Italia, Festival Beat, en un pueblo termal súper-glamuroso llamado Salsomaggiore, cerca de Parma, que es donde se celebra Miss Italia. Por la tarde hacían una fiesta en la piscina en un club muy lujoso con pistas de tenis, piscinas y esas cosas… Como dice Roi, nos bebimos el bar, me despeloté y me tire a la piscina en gayumbos en unas condiciones lamentables, con tan mala suerte que me disloqué un hombro y casi me ahogo. Me sacaron los socorristas y me metieron en una ambulancia. Después de recorrer media Italia rural en ambulancia con el brazo fuera de sitio y los calzones mojados, me encontré en un hospital rodeado de enfermeras italianas de grandes senos que no paraban de reírse de mí. Era una mezcla de peli de Russ Meyers y Jaimito. Me metieron unos cuantos chutes de anti-inflamatorios y el brazo en el sitio (aún sigo teniendo problemas con él). En el momento que me quería marchar me dijeron que la ambulancia no podía llevarme de vuelta, que no era un taxi y, claro, yo no tenía ni pasta ni cartera ni nada, así que allí estaba de pie con los gayumbos mojados y las enfermeras que seguían riéndose de mí… Al poco rato llegó a recogerme alguien del festival, pero pasé unos minutos muy angustiosos. Ahora es un descojone, pero en el momento lo pasé un poco mal, sobre todo pensando lo que me estaba perdiendo en el festival. Allí estaba el director malagueño Pedro Temboury, de Karate a muerte en Torremolinos. No hubiera estado mal que me hubiese acompañado con la cámara. ¡Creo que daría para un buen corto! Rockeros borrachos, acción, enfermeras italianas con grandes pechos… ¿Quién da más?

 

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