THE NEW YORK DOLLS LIVE 2008

The New York Dolls en concierto

 

“Deja esos rollos. Esta gente sólo ha venido a disfrutar del rock’n’roll”. Así de claro se lo dejaba David Johansen, el vocalista, a su hermano de toda la vida -como él mismo lo definió en otro momento-, el guitarrista Sylvain Sylvain. Y no es que este último estuviera largando una historia interminable, sino que había que recordar que habían venido a lo que habían venido y los que allí estábamos habíamos ido a ver lo que habíamos ido a ver, por lo que no se necesitaba nada más.

 

Y así fue el concierto de The New York Dolls. Rock’n’roll sin más. Ni correr por el escenario (aunque Mick Jagger le haya robado todo a Johansen, como asegura su fan número uno Morrissey, quien logró que la banda volviese a la vida hace cuatro años), ni alardes escénicos, ni nada que distrajera de lo principal. Simplemente un quinteto potente, directo a la yugular, seco, sucio como debe ser, rudo, pero que lo disfruta en todo momento.

 

 

“No Fun”, cantaban los Sex Pistols, que también le deben mucho a The New York Dolls.  Pues aquí sí hubo diversión. Mucha más de la que se desprende, por ejemplo, de su disco en directo Return Of The New York Dolls: Live From Royal Festival Hall, del 2004. Escucharlo no hace justicia al grupo. Su razón de ser está en el escenario. Y no hay más que ver la cara del bajista (quien, por cierto, pasa por ser el Paul Simonon del grupo): sonrió todo el concierto y el único momento en que su cara se puso seria, justo cuando tocaron “Pills”, quedó claro que era el instante menos interesante.

 

Porque el batería Brian Delaney y el bajista Sami Yaffa hacen de sección rítmica inapelable, siempre contundentes. Steve Conte es justo el guitarrista que Sylvain precisa de ayuda, y ambos se complementan a la perfección, salvo algún desvarío heavy que no precisan. Y los verdaderos protagonistas son Sylvain Sylvain, siempre arengando al público, simulando obscenidades, riendo sus chistes, intentando hablar castellano, tocando con la chulería idónea. A su lado, David Johansen parece mayor, sin ocultar la edad que realmente tiene, pero cuando tiene que soltar su vozarrón, no queda duda de por qué está ahí. Es la imagen, la presencia, la actitud.

 

  

 

Y si junto a “Trash”, “Jet Boy”, “Dance Like A Monkey” (puede que el mejor momento) o “Personality Crisis” también hay tiempo para recordar a Janis Joplin (“Piece Of My Heart”), Johnny Thunders (“You Can’t Put Your Arms Round A Memory”), The Who (“Gotta Get Away”) y Bo Diddley (“Hey Bo Diddley”) pocas noches puede haber de mejor rock’n’roll.

 

 

(Sala Capitol, Santiago de Compostela, 4 de diciembre de 2008. Promotor: Tangencias / Noise On Tour. Público: 300 espectadores)

 

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