THE HIVES 2009

The Hives, pasteles en el techo

Aquí tenemos al cantante, Howlin’ Pelle Almqvist, que esta noche se presenta al frente de su grupo en el Noroeste Pop-Rock de A Coruña: “Cuando teníamos 17 años nos prometimos a nosotros mismos”, dice, “que haríamos 3 discos de media hora de duración de punk rock mordaz, y así lo hicimos, culminando con Tyrannosaurus Hives. Esta vez, no queríamos 12 canciones rápidas, eso se había acabado. Ésta sería la cuarta vez. Esto funciona en grupos de tres, ya ves, es un nuevo período, de modo que teníamos que dar con un nuevo plan.”

 

Para recapitular: The Hives impusieron por primera vez su visión del b&n (Blanco y Negro) a finales de los 90, con una gira por Suecia (su país natal) y Alemania que fue una locura, hasta 2001, cuando tomaron el mundo como un huracán junto a otros jóvenes rockeros como The Strokes y White Stripes. Sus primeros dos discos fueron recopilados en un recopilatorio británico titulado Your New Favourite Band. Sí, desde entonces vinieron “Supply And Demand”, “Main Ofender” y “Hate To Say I Told You So”.

 

Con Tyrannosaurus Hives en 2004 giraron por el globo alrededor de la bandera que habían emplazado en la cima de este insignificante mundo, consolidando su reputación por su ruido rockero con éxitos posteriores: “Walk Idiot Walk”, “Two-Timing Touch & Broken Bones” y “A Little More For Little You”.

 

Sin saberlo ellos si quiera en ese momento, la primera semilla de la segunda fase de The Hives se estaba sembrando durante la era del Tyrannosaurus Hives, cuando conocieron a Pharrell Williams, el productor número uno en el hambriento mundo del hip hop.

 

“Pharrell siempre decía que quería grabar con nosotros,” señala Howlin’ Pelle. “Luego cuando empezamos este disco por fin nos imaginamos que sería más divertido decir que sí, a decir que no. Ésta es la aventura de The Hives con un sello principal. Lo vemos como el último disco de rock & roll que sacaría un gran sello jamás.  De modo que mejor que gastemos algo de dinero en él.”

 

Puede que Pharrell sea del Estado de Virginia, y The Hives sean de Fagersta, Suecia, pero cuando estos gigantes de la industria artística moderna se unieron, la unión de sus diferentes talentos funcionó con magia, creando así el álbum The Black & White Album, en su largo e inquebrantable camino hacia la solidez.

 

“Asumimos que nosotros habíamos tenido todos esos sintetizadores y ritmos”, dice  Howlin’ Pelle, “pero él tiene todo el entusiasmo por la música rock, porque lo ha descubierto. Empezamos a hablar de la Creedence Clearwater Revival, y él dijo: “Hey, yo los vi en un  anuncio de la tele anoche, sonaban genial”. Hemos estado escuchando a la Creedence desde que éramos niños”.

 

“Eso significaba que teníamos que ver el rock con nuevos ojos. Tocamos una cuerda de una guitarra eléctrica y él se quedó emocionado, y pensó que era muy bueno. Cuando ves a alguien reaccionar así, piensas, “¡Sí, guitarra ruidosa y apestosa! ¡Esto es verdaderamente divertido!”, y te dejas llevar por ello una y otra vez. Lo mejor de Pharrell fue lo bien que lo pasamos”.

 

En el pasado la excelencia sin rival de The Hives fue lograda a través de un proceso colectivo que apostaba por el dolor, mientras que los 5 miembros se han dejado esclavizar adorablemente por las canciones en ensayos y en el estudio, a menudo durante muchas semanas, hasta que los 5 estuvieron satisfechos al 100%. La metodología de Pharrell era exactamente lo contrario.

 

 

“Es como si él arrojara 500 pasteles al techo y viera cuantos se quedan pegados”, dice el guitarrista Nicholaus Arson. “Mientras que nosotros teníamos sólo un pastel y trabajábamos todo el tiempo con él. Escribimos una canción con él en 7 minutos. Siempre está sentado al borde de la silla, haciendo cosas al teléfono mientras escribe una canción, tal vez abriendo un restaurante en Japón o comenzando una línea de ropa en Sudamérica. Durante cinco minutos quiere sonar como Stevie Wonder y, al rato, ya quiere que sea como alguien diferente”.

 

 “Trabajar con Pharrell nos ayudó a impulsar el disco entero”, concluye Howlin’ Pelle. “Después de eso, hubo muchas menos preguntas. El último disco me encanta, tiene una visión directa, era de otra forma; hacer éste fue mucho más, pero también me gusta mucho… ¿Por qué no puede estar todo en el mismo disco?’”

 

También trabajaron con el productor Jacknife Lee antes de ir a Oxford, Mississippi, donde pasaron algunas semanas excavando el resto de The Black & White Album con Dennis Herring, otro ‘hombre del momento’, entre cuyos créditos se incluyen Elvis Costello, Buddy Guy y los dos últimos discos de Modest Mouse. Para una banda que nunca habían alquilado los servicios de un productor con anterioridad, sus métodos llegaron como una sorpresa. 

 

Howlin’ Pelle: “En el Sur, todo es lento. A veces la templanza y la eficiencia de nosotros los escandinavos no encajaban con la vieja actitud jamaicana o de Sudamérica. Algo así como no hagas hoy lo que no puedas hacer mañana. Pero eso tuvo un impacto en nuestra música. Algunas cosas suenan mejor porque tardamos más en hacerlas”. “La gran diferencia es que el disco realmente tiene bajo, tiene un registro de bajo que nosotros nunca quisimos en nuestros discos anteriores. Pero deberíamos hacerlo al menos una vez, y ahora era el momento”.

 

Sí, no es una coincidencia que The Black & White Album sea el disco favorito de Hives de Dr Matt Destruction, ya que él es el bajista. Pero acabará con casi total seguridad, siendo también el disco de los Hives favorito de la mayoría de la gente, porque abre los horizontes de la banda, incluyendo la duración de cada una de las canciones. “Los primeros dos discos de Hives fueron diseñados para ponerlos en clubes con capacidad para 200  personas, mientras que ahora tocamos para 1000 personas,” dice Pelle.

 

“Mientras más grande es el público, más lento reaccionamos, de modo que es una progresión natural eso de hacer las canciones más largas. Cuando la última fila del público escucha el primer acorde, ya ha pasado por la primera mitad del público, de modo que básicamente lo hacemos para la gente que está al fondo…”

 

Tras haber intentado vagamente al principio alejarse del sonido cargado de adrenalina punk rock, The Hives se encontraron gravitando hacia la rectitud. Dice Pelle: “Echábamos de menos los rasgueos de guitarra rock, además ya nadie lo hace ahora. Hay una completa falta de buenos riffs de guitarras. Se necesitaba con urgencia”.

 

“Cuando Vigilante Carlstrom, el otro guitarrista de The Hives, apareció con el título del disco, todos estuvimos de acuerdo, incluso el batería  Chris Dangerous, en que resumía excelentemente el estado de confianza de este disco”. Arson: “Si los Beatles pudieron hacer un White Album y Metallica pudo hacer un Black Album, sólo había una banda que pudiera hacer un disco dos veces tan bueno como aquellos dos juntos. Y según las ventas, el White Album de los The Beatles vendió 11 millones de copias, mientras que el Black Album de Metallica ha vendido 16 millones de copias. La lógica es indiscutible: The Black & White Album de The Hives  venderá 176 millones de copias, así que las ventas sobrepasarán cualquier álbum anterior de The Hives o de cualquier otro artista desde 1968”.

 

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