THE DELINES

The Delines, noche lluviosa en la Costa del Golfo

 

 

The Sea Drift es el primer disco grabado por The Delines desde que su cantante Amy Boone sufrió un terrible accidente automovilístico en 2016 que la tuvo hospitalizada durante varios años y que retrasó la finalización de su álbum de 2019 The Imperial hasta que pudo valerse por sí misma para terminar de grabar aquel disco ya casi completo. En ese momento, Willy Vlautin, principal compositor de la banda, despejó sus dudas sobre la continuidad del grupo.

 

Esta fue la primera vez desde aquel fatídico día de 2016 en que Amy se sintió fuerte y confiada en el estudio, algo que queda claro es este, su tercer disco, un álbum en el que han querido dejar claro su amor compartido por los compositores de soul y country de los años 60 como Tony Joe White o Bobbie Gentry. Hablando sobre la inspiración para este disco, Willy, quien responde a nuestra entrevista, asegura que “La idea de The Sea Drift comenzó con nuestra devoción mutua por Tony Joe White. Solíamos tener conversaciones sobre sus discos y ella siempre me decía bromeando: “Solo escríbeme un “Rainy Night in Georgia”. Dios mío, qué tarea tan complicada, pero supongo que, a mi manera, me puse a intentarlo”.

 

Me gustaría comenzar esta entrevista justo al final de vuestro nuevo álbum. “The Gulf Drift Lament” es una pista instrumental, una breve canción que realmente te pone en el estado de ánimo del disco. ¿Podría haber sido también una canción con la que empezar el álbum y marcar el tono o por qué preferisteis ponerla al final?

– Precisamente pensamos mucho en eso, en comenzar con uno de los dos lamentos. La idea era crear un estado de ánimo inmediato y una canción como “The Gulf Drift Lament” lo habría logrado. Durante un tiempo, el disco comenzó con “Lynette’s Lament” [el otro lamento, también instrumental], pero al final optamos por usar “Little Earl” para introducir al oyente en un mundo cinematográfico, y guardamos los lamentos para terminar cada cara del álbum. Es una locura la cantidad de órdenes para las canciones e ideas diferentes que se nos ocurrieron durante la creación de este disco.

 

Curiosamente, es la única canción que hace referencia a la [Costa] del Golfo [de EE. UU.] en el título cuando resulta que el disco está inspirado en esa costa a lo largo de los estados del sur de Texas, Luisiana, Mississippi, Alabama y Florida. ¿Por qué quisiste colocar las historias allí?

– Amy vivió muchos años en Texas y a menudo hablamos de nuestro amor por esa zona. Pensamos que sería genial intentar hacer un disco cinematográfico ambientado en ese mundo, sobre la música que viene de la Costa del Golfo, la belleza del océano y sus ciudades y pueblos costeros.

 

Ahora, volvamos al inicio. El primer verso dice “Little Earl va conduciendo por la costa del Golfo / Sentado sobre un cojín para que pueda ver la carretera / Junto a él hay un paquete de doce cervezas / Tres pizzas congeladas y dos encendedores como recuerdos”. ¿Hay una historia que comience precisamente ahí y fluya a lo largo de todas las canciones?

– Este es un disco de viñetas. Muchas de estas canciones simplemente te dejan en medio de una escena sin explicar qué sucedió antes o después de la canción. Y ese es el caso de “Little Eearl”. La canción comienza con lo que pasa después de que dos hermanos roben una pequeña tienda, o más como si hubiesen entrado corriendo y tomasen un montón de cosas y salieran apresuradamente. Pero el hermano mayor recibe un disparo durante el robo y, cuando empieza la canción, el hermano mayor está en el asiento trasero y Little Earl tiene que conducir el auto de su tío y va sentado sobre un cojín porque es solo un niño. Cuando pensábamos en el disco, solo queríamos ir a la deriva por la costa y situar al oyente en vidas y mundos diferentes.

 

Por cierto, es un comienzo hermoso y la primera canción que me vino a la mente es “Thunder Road” de Bruce Springsteen, que también tiene un comienzo igual de cinematográfico. Es bastante habitual escuchar que un disco podría ser la banda sonora de una película, pero para mí en esta ocasión sí es así. ¿Es algo que tuviste que obligarte a conseguir o es sucedió orgánicamente cuando comenzaste a escribir el álbum?

– Lo que más me ha gustado de la música siempre, o supongo que lo que más he buscado en la música, es escapar. Si encuentras la canción correcta, de repente estás a un millón de millas de distancia. Tu vida se detiene y estás dentro, dices “Thunder Road” y estás enamorado y estás escapando, y todo sucede en menos de cuatro minutos. Para mí, encontrar canciones como esa significaba el paraíso, hacía que valiera la pena vivir. Por lo tanto, cuando comencé a escribir melodías de niño, siempre las compuse con eso en mente: crear un mundo en el que el oyente pueda desaparecer, escapar. Con Richmond Fontaine usamos el pedal steel para crear una atmósfera de banda sonora, con The Delines usamos vientos y cuerdas.

 

 

¿Cuáles es tu letra favorita al comienzo de un álbum de otro artista?

– Uno de mis discos favoritos de todos los tiempos es Swordfishtrombones de Tom Waits. “Shore Leave” es la segunda canción, pero me encanta la forma en que te mete en un mundo diferente. Es un verdadero genio en hacer eso: “Bueno, con ojos saltones y un corazón púrpura / Rodé por el paseo nacional / Y con un cheque grande atado a mi riñonera / Y un reloj de pulsera debajo de mi manga / En medio de una llovizna de Hong Kong sobre tacones cubanos / Remé por la alcantarilla hasta el banco de sangre / Había dejado toda mi documentación en el Ticonderoga / Y necesitaba enfermizamente un buen afeitado”.

 

“Realismo romántico”, llama Amy al contenido de las letras de The Sea Drift. Una descripción maravillosa, ¿no crees?

– Sí, me encantó cuando Amy dijo eso, cuando le vino a la cabeza esa idea. En muchos sentidos, eso describe a The Delines. Somos una banda exuberante y suave, pero debajo de esa sensación romántica hay un mundo oscuro y, a menudo, desesperado.

 

“Little Earl” ayuda a crear la atmósfera para el disco, por lo que parece apropiado que esté al inicio. ¿Qué fue lo que descubriste cuando escribiste esa canción y la grabaste que marcó la pauta para las otras canciones?

– Más que nada, creo que el ritmo de “Little Earl” marcó la pauta para el disco. Fue al principio en los ensayos cuando llegué con esa canción y simplemente funcionó. Algunas canciones casi salen solas y esa lo hizo. Siempre me desconcierta qué canciones funcionan y cuáles no. Su letra es difícil y es una melodía extraña y oscura que te sumerge en lo más profundo, pero a la banda le gustó de inmediato y, en dos o tres intentos, la canción estaba funcionando.

 

The Imperial, el álbum previo de The Delines, se grabó cuando Amy se estaba recuperando de su horrible accidente de coche. Supongo que el nuevo disco se hizo en medio del encierro por la pandemia. ¿Trabajasteis juntos en el mismo lugar? ¿Fue más fácil para ella esta vez?

– Tuvimos la suerte de poder trabajar todo este disco en el estudio Bocce, dirigido y propiedad de nuestro productor de toda la vida, John Askew. Tuvimos que tomarnos un tiempo libre debido a la Covid, pero en general fueron unas sesiones bastante buenas y fáciles. Principalmente porque teníamos a Amy de vuelta y se sentía fuerte y bien. En The Imperial habíamos terminado las tres cuartas partes del disco cuando tuvo el accidente. La banda desapareció durante mucho tiempo y, para ser honesto, nos olvidamos del grupo porque todos estábamos muy preocupados por Amy. Solo queríamos que ella estuviera bien. Una vez que empezó a recuperarse, nos llamó y dijo que quería terminar el disco. Estábamos tan aliviados de que ella todavía quisiera estar en la banda… Y es tan dura que voló a Portland para terminar The Imperial cuando apenas podía caminar.

 

¿Puedes notar la diferencia en la voz de Amy en este álbum teniendo en cuenta lo que sufrió, lo que pasó con los dos anteriores?

– En The Sea Drift se escucha un pequeño cambio en su voz. Es un poco más cansada, un poco más irregular y dura. Me encantan sus tomas vocales en el disco. Son simplemente increíbles. No estoy seguro de cuánto de eso se debe a su desarrollo natural como cantante, la edad o el accidente, pero puedo sentirlo. Como con gran parte de The Imperial, la mitad de las canciones fueron hechas en la primera toma. Y lo que me encanta de Amy es que habita cada canción que canta. Ella es brillante en eso.

 

¿Hubo algún momento en el que pensaste que The Delines no continuaría como banda como resultado del accidente? ¿Y alguna vez pensaste en una alternativa si ese iba a ser el caso? ¿Quizás traer de vuelta a Richmond Fontaine otra vez?

– Tienes razón, no estábamos seguros de que The Delines pudiera continuar pero, como dije antes, no nos importaba tanto la banda, solo queríamos que Amy recuperara su vida. Por mucho que ame estar en The Delines, no es tan importante como que Amy haga lo correcto. No solo fue un momento físicamente horrible para ella, sino también mentalmente. Estuvo en la cama y con mucho dolor durante más de un año. Y necesitó mucho tiempo de recuperación después. Así que no sabíamos si ella querría volver a hacer música. Cuando dijo que sí, por supuesto nos sentimos muy felices y aliviados. En privado, seguía escribiendo canciones para ella todo el tiempo y esperando. En cuanto a Richmond Fontaine, sabes que amo al grupo más que a nada. Creo que todos queríamos ponerle fin según nuestros propios términos, acabar como amigos y terminar en un punto álgido, y creo que lo conseguimos. Los chicos siguen siendo mis amigos cercanos, y lo dejamos después de mis dos discos favoritos, You Can’t Go Back… y Don’t Skip out on Me.

 

Para mí, este tercer disco de The Delines resulta una evolución natural respecto a vuestros dos álbumes anteriores. Pero, ¿hubo algún intento consciente de hacerlo diferente de alguna manera? ¿Dónde ves la evolución esta vez?

– Hemos cambiado orgánicamente con la incorporación de Cory Gray. La banda comenzó con la idea de unir el Fender Rhodes y el pedal steel para crear el mundo atmosférico de The Delines. Cuando Cory se unió, eso cambió. Sabíamos que era un teclista brillante, pero no sabíamos lo bueno que era como trompetista y arreglista de cuerdas. Una vez que entendimos eso, nos encaminamos en esa dirección. Ves el comienzo de eso con The Imperial. Cory es increíble y lo más cercano que tenemos a un genio. Con The Sea Drift comencé a escribir canciones pensando específicamente en cómo incorporar sus partes de viento.

 

 

Parece que, en esta ocasión, vuestro aprecio mutuo por Tony Joe White fue la principal inspiración. Cuando lo escucho por primera vez, lo tomo como un hermoso disco The Delines. Sin embargo, al escucharos mencionar a White, puedo ver una relación con su trabajo y otros artistas como Bobbie Gentry, Charlie Rich, Glen Campbell… Así que parece que lograsteis precisamente lo que estabais buscando, un álbum con un fuerte identidad, pero que también podría relacionarse con esos nombres. Y tal vez algunos otros que nos puedas contar.

– Una cosa que me encanta de todos los artistas que mencionas es que, por ejemplo, a los veinte segundos de pinchar Ode to Billie Joe [de Bobbie Gentry], estás en ese mundo. Parece terciopelo, su voz, el tono, la instrumentación, pero aun así la letra, el mundo del que habla, es oscuro. Hay una calidez y sensualidad en esas grabaciones que realmente me atraen. Otra que es genial es Sammi Smith. Sus primeras canciones son asombrosas.

 

¿Cuánto sigues aprendiendo musicalmente? ¿Trabajas para mejorar las habilidades que ya tienes o buscas otros sonidos con lo que puedas experimentar y tratar de dominar?

– Ja, ja, desearía ser mejor guitarrista, eso es seguro. Todos los días me digo a mí mismo que debo practicar más, pero luego todo lo que hago es trabajar en canciones. Siempre me digo a mí mismo que trabajaré en escalas tan pronto como termine de trabajar en una canción, ¡pero siempre estoy trabajando en una canción! Es una gran debilidad mía. En cuanto al sonido, confío en gran medida en nuestro productor de hace mucho tiempo, John Askew, y en el baterista de The Delines, Sean Oldham. Ambos son muy inteligentes y tienen muy buen oído. Y tanto John como yo realmente gravitamos hacia los registros cinematográficos. Ambos estamos obsesionados con las bandas sonoras e intentamos incorporar ese amor en los discos de The Delines también.

 

¿El proceso de composición es algo que te resulta fácil?

– Me siento representado por algo que Willie Nelson dijo una vez. Comentó que podía escribir canciones malas o buenas durante todo el día, pero escribir una buena es simple cuestión de misterio y suerte. En mi caso, no tengo idea de por qué un día escribo una canción que le gusta a la gente y luego paso tres meses escribiendo canciones que realmente no le gustan a nadie. ¿Y de dónde viene la melodía? Componer canciones es mucho más misterioso que escribir ficción. A veces pienso que escribir una buena canción es tan aleatorio y raro como encontrar dinero en la calle.

 

¿Estás trabajando en una nueva novela en este momento? ¿Y hay alguna oferta para adaptar alguna de tus otras cuatro novelas que no han sido llevadas todavía al cine?

– Siempre intento trabajar en un libro. Así que sí, estoy en el quinto borrador de uno ahora mismo que está tomando forma. Y se ha hablado de que The Night Always Comes podría ser una película, pero no hay nada concreto todavía. Ese es un mundo difícil y duro para lograr algo, así que tengo los dedos cruzados.

 

Finalmente, en nuestras entrevistas anteriores me comentaste que lanzarías solo un disco más y luego te centrarías en las novelas y la música instrumental (los dos lamentos de este disco podrían ser un ejemplo). ¿Qué sucedió para que no fuera así? ¿Y cuál es tu pronóstico para el futuro, sabiendo que podrías estar equivocado?

– Ja, ja, ese siempre ha sido mi plan durante unos veinte años. Un disco más, luego sólo novelas y música instrumental. Diablos… Pero la verdad es que estoy tan feliz trabajando con The Delines que me quedaré hasta que me echen. Y en cuanto a novelas, siempre intentaré escribir alguna. Lo que más me gusta hacer todos los días es trabajar en ello, con la esperanza de que finalmente descubra cómo hacer que una novela funcione.