SILVIA PÉREZ CRUZ

Silvia Pérez Cruz: valentía, locura, un encargo y un recuerdo pendiente

 

 

Silvia Pérez Cruz ha editado recientemente su nuevo disco, Vestida de nit, cuyo origen está en un concierto acústico que le propusieron en su día dentro de un ciclo de música clásica en la sala de cámara del Auditorio Nacional de Música en Madrid. La propuesta estaba pensada para un concierto con voz y guitarra sin amplificar, pero a ella esa propuesta le despertó un recuerdo, un deseo musical de cuando tenía veinte años: tocar solo acompañada de un quinteto de cuerda. Era una locura porque era mucho trabajo para solo un concierto (enero 2014), pero, por suerte, a ella no le importaba, un día era suficiente. Dejemos que la propia Silvia nos relate esta experiencia de primera mano y que, luego, nos presente cada una de sus canciones.

 

“El caso es que no fue solo un concierto. Un repertorio conocido y confortable para mí, y una sonoridad nueva por descubrir, intentando romper los límites, los tópicos, las dinámicas y los miedos. Sigo de la mano de dos músicos, dos amigos que ya tocaban conmigo en 11 de novembre: Miquel Àngel Cordero (contrabajo) y Joan Antoni Pich (violonchelo).

 

A este último, aparte de pedirle tres arreglos del repertorio, le pedí que -conociéndome- buscase tres músicos que le encantaran, con los que se sintiera muy a gusto, para acabar de crear el quinteto. Así llegaron Elena Rey (violín), Anna Aldomà (viola) y Carlos Montfort (violín).

Los arreglos van a cargo de Javier Galiana de la Rosa, Joan Antoni Pich, Carlos Montfort y yo misma. Después de tres años tocando juntos entramos en el estudio de grabación en junio de 2016; grabamos el disco en dos días y en directo. La valentía, la locura, un encargo y un recuerdo pendiente».

 

1. Tonada de luna llena

Una canción que me enseñó una cantante de Logroño en La gota de leche, un seminario en el que di clase. Después se la escuché a Caetano Veloso y, finalmente, escuché la versión de su autor, Simón Díaz, que se escapa como un pájaro. Hicimos hace años un arreglo para el grupo de percusión Coetus i partiendo de aquella estructura Pich hizo este arreglo que sale en el disco. Es la canción con la que he empezado los conciertos en los últimos seis años. Da la bienvenida poco a poco, te presenta muchos colores del quinteto.

 

2. Mechita

Esta canción me la descubrió el director de teatro Joan Ollé y la grabé por primera vez para una obra de teatro suya, La Chunga. A partir de aquel momento me ha acompañado en muchos conciertos de la mano y los ojos del gran guitarrista Mario Mas. Le pedí a mi amigo don Javier Galiana de la Rosa (músico, poeta, compañero de l’ESMUC, y del que escuché por primera vez en directo un arreglo de cuerda, hace ahora diez años) si podía hacer un arreglo con pizzicatos de este tema.

 

3. La lambada (Chorando se foi)

El videoclip de «La lambada» y la propia canción me marcaron la infancia. Pero un día (creo que cantándola con mi querido amigo Carlos Cortés, percusionista y guitarrista) nos descubrimos emocionados cantando la melodía más allá de las imágenes de verano y caderas. Tenía ganas de reivindicar su melodía. Al cabo de algunos años hice un espectáculo en el Teatre Romea de Barcelona que se llamaba Ella y yo, dentro del ciclo 4 acords, con Mario Mas a la guitarra y Nathalie Labiano bailando, bajo la dirección de Julio Manrique. Cuando buscábamos repertorio con Julio me acordé de que tenía muchas ganas de cantar «La lambada». De este modo, primero lentamente para poco a poco ir subiendo el ritmo, hicimos el arreglo para voz y guitarra con Mario Mas. Un par de años más tarde le pregunté a Javier Galiana si quería hacer un arreglo inspirado en aquel con Mario pero para quinteto de cuerdas: me dijo que estaba loca, pero que le encantaba la idea (no podía fallar, él y su pueblo gaditano fueron los primeros que me enseñaron a reírme de mí misma)… y le quedó precioso.

 

4. Loca

Esta letra la hice en 2006 inspirada en una obra de teatro de Joe Penthall que se llamaba Unes veus (Unas voces), en la versión dirigida per Maria Angelat. Otra inspiración vino de la escucha del primer disco de Aca Seca. Una primera versión de esta canción, con la melodía original, sale en la edición especial de 11 de novembre con el título de «Así es mi boca». La melodía que canto en la versión de este disco surge de una improvisación con Ravid Goldsmith: teníamos un grupo juntos que se llamaba Llama en el que él tocaba el hang y, como la armonía del instrumento es limitada, para componer temas él hacía un patrón y yo cogía letras o las escribía e improvisaba encima. Un día improvisé esta melodía y así se quedó, era de las canciones favoritas de Llama y más conocida que la versión original. Está grabada con la única premisa de los dos acordes y una estructura dinámica. Cuando mezclábamos con Juan Casanovas (cómplice total de los dos últimos discos) decidí poner una segunda voz, porque el personaje del que habla la canción escucha voces.

 

5. Estranha forma de vida

En realidad solamente me sé tres o cuatro fados, y uno de ellos es este. Amália Rodrigues lo cantaba desde los pies hasta el sol, inamovible. Me gusta mucho cantarlo. Mi hermana vive en Portugal desde hace años y por suerte yo conocía la canción hace tiempo, porque después me he dado cuenta de lo importante que es este fado y quizás no me hubiese atrevido a cantarlo de haber sido consciente de ello antes. A veces la inconsciencia llena de ilusión, amor y respeto me ha hecho estos regalos. Pensé que a Galiana, después de haber vivido en Lisboa, le gustaría hacer este arreglo.

 

6, Vestida de nit

La canción que hicieron mis padres hace más de 30 años. De pequeña me aburría y de mayor me ha acompañado y protegido por todas partes, como un caracol que va con la casa a cuestas (pero con las ventanas abiertas). Papá no se creería que la gente me la pide, hasta hay personas que cantan el estribillo de memoria… Mamá no se lo cree. Todavía no la había grabado en ningún disco, sabía que tenía que ser en su momento, con gente que la cuidase y la quisiese. Joan Antoni Pich la ha tocado conmigo muchas veces, sabe cómo late, la entiende y la había tocado con mi padre en la cantada de habaneras de Palafrugell; él tenía que hacer este arreglo. A mamá también le encanta.

 

7. Ai, ai, ai

La historia de esta canción es bastante curiosa. Cuando acabé la banda sonora de la película de Eduard Cortés, Cerca de tu casa, una vez finalizado el rodaje y el montaje, el productor Loris Omedes me dijo que no había suficiente presupuesto para pagar los derechos de una canción de Shakira que se tenía que utilizar en una secuencia en la que salía una niña bailando. Me pidió si podía componer una canción que fuese en ese lugar; el encargo no era fácil porque el ritmo y la actitud de la canción tenían que ser muy concretos, ya que la niña ya la había bailado. Aproveché para componer una canción en inglés respetando el ritmo original y en el texto intenté explicar la visión de una niña que ha sido desahuciada, ya que esa visión todavía no se había tratado en la película. La compuse en una tarde en Madrid. Curiosamente es la canción que al final me hizo ganar el Goya 2017 a mejor canción original. Ya la había grabado en el disco Domus, junto a otras canciones de la película. Muchos meses antes de ganar este premio decidí grabarla en este nuevo disco ya que el arreglo adaptado a cuerdas me gustaba mucho, era bastante distinto del original y le daba un toque fresco al repertorio del disco, para respirar entre tanta intensidad.

 

8. Gallo rojo, gallo negro

Hace muchos años que me acompaña esta canción, la he cantado con muchos formatos distintos. La descubrí en el año 2009 en un concierto único que hice con el Cuarteto Brossa dedicado a los brigadistas vivos de la Guerra Civil española. Hicimos un repertorio muy extenso, pero para mí destacaba esta canción, y ya no he podido dejar de cantarla. Después la interpreté durante unos años junto al grupo de percusión ibérica Coetus (está grabada en un disco suyo), más tarde junto a un quinteto con piano (Dani Espasa), contrabajo (Miquel Àngel Cordero), percusión (Aleix Tobías) y violonchelo (Joan Antoni Pich). El arreglo que hice para este quinteto es el que ha servido de base para este actual de las cuerdas. Posteriormente hay una versión con Raül Fernández (grabada en granada). Y actualmente, además de tocarla con el quinteto de cuerdas, también la hago sola con la guitarra. Junto a «Vestida de nit» es la canción que el público más me pide, con diferencia.

 

9. Nao sei

En una conversación que tuve cuando tenía 14 años con mi profesor Joan Loureiro volviendo en autobús del viaje de fin de curso en Praga, todas mis respuestas eran «no sé». Esto me impactó tanto que nada más llegar a casa lo escribí como un posible título de una canción futura. En el año 2009 hice esta melodía partiendo de un arreglo que había hecho para guitarra de la canción «Ximbombeta», una de las piezas que hacíamos en el proyecto Al-Andalus (coro y conjunto instrumental). Posteriormente le añadí el título en catalán y lo cantaba en los estribillos, pero todavía no sabía qué era lo que no sabía, es decir, no tenía la letra escrita. En noviembre de 2010 muere mi padre, y el 1 de enero de 2011, después de una conversación en Portugal con mi hermana sobre la añoranza y el miedo a olvidar, escribí esta letra en portugués. Finalmente puse nombre a una de las cosas que no sabía: «no sé, juro que no sé, qué tengo que hacer para hacerte renacer», añadiendo un secreto que me explico un hombre en Brasil dos meses antes: «la saudade es un corazón hecho de papel». El arreglo lo hice inspirada en una grabación que escuché de una bossa nova cantada por Ana Rossi, Igor Cortadellas al corno inglés y su primo al piano. La grabé en el disco 11 de novembre en el año 2011, con Igor al corno inglés y Olvido Lanza al violín (los dos habían tocado conmigo en Al-Andalus). Finalmente se cerraba el círculo. Ahora, 20 años más tarde de aquel viaje a Praga, he decidido grabarla en este disco, tenía ganas de escuchar el arreglo solamente para cuerdas y voz. Los músicos acaban ‘cantando’ conmigo de una manera casi religiosa solemne, como acabando de despedir a aquel padre que se marchó antes de hora.

 

10. Corrandes d’exili

Descubrí esta canción al mismo tiempo que conocí a Refree, cuando con 22 años entré a formar parte del proyecto Immigrasons. Era la canción en la que yo me sentía más sincera. Con aquel proyecto la cantamos por Argentina, Brasil y Cataluña y, una vez finalizado Immigrasons, Raül y yo la seguimos interpretando durante 10 años, deconstruyéndola y construyéndola de nuevo. Siempre la he interpretado más aguda de lo que yo hubiese escogido de modo natural, pero Raül decía que tenía más fuerza que me costase llegar, por el sentido de la canción (quedó grabada en la reedición de granada). Hace tres años que también la interpreto con Pich a dúo, en el mismo tono. Hemos decidido grabarla de una manera cruda y salvaje, con todo el cansancio post-grabación y todos los errores y suciedades que surgieron. La grabamos los dos al mismo tiempo en la misma sala, e hicimos solamente dos tomas porque más es inhumano.

 

11. Hallelujah

Me aprendí esta canción en la primavera de 2015, como propuesta de Ivan Massagué, para tocarla en mi primer concierto sola con la guitarra en Central Park, Nueva York. Una vez allí, también la interpreté en la parada de metro de Times Square. El 31 de julio de aquel verano, en los camerinos justo antes de un concierto en Canyamel con el quinteto de cuerdas, jugábamos con Carlos Montfort y esta canción, y le propuse que hiciera un arreglo del tema (a pesar de que le acababa de decir que quería que arreglase un tema para este disco que no fuese nada conocido; contradicciones maravillosas). Lo hizo, y solamente lo tocamos una vez en directo antes de grabarlo en junio de 2016. Esto es una excepción dentro de este disco, ya que todos los arreglos se han hecho después de conocer muy bien mi manera de cantarlos y las estructuras que necesito, pero en este caso nos lanzamos al vacío; la grabamos como las otras y yo no la canté bien: no tenía peso, sentía que todavía no estaba preparada, que para hacerla bien tenía que ser un hombre, beber whisky, tener 70 años y cantarla de noche. La descartamos de la grabación porque no me gustaba mi interpretación y no me sentía identificada con el interludio de la canción. Al cabo de unos meses, una vez editado y mezclado el disco, murió Leonard Cohen. El lunes siguiente, 14 de noviembre, llegué al estudio de Juan Casanovas (con el que grabo, edito y mezclo) y le dije: ‘tenemos que volver a escuchar «Hallelujah», no le hemos dado ni una oportunidad, no es justo’; después de escucharla: ‘la he cantado mal, ¿montamos un micro y la grabamos aquí?’ Y así lo hicimos, la canté al atardecer, se la canté a su autor e intenté seguir el interludio y no luchar contra él. Gracias a la confianza y las sorpresas de Juan la canté emocionada. La semana siguiente quedé con Carlos en la Boquería y le expliqué todo lo que había pasado con su arreglo, se lo hice escuchar entre las paradas (después de darle una moneda a mi cantante preferida, una chica que duerme y canta por las calles de Barcelona) y se puso a llorar. Hemos seguido teniendo dudas de si debíamos seguir dándole más vueltas al arreglo y no ser impacientes o precipitarnos, pero soy incapaz de no ponerla, es preciosa, está llena de sentido y buenos momentos y cuando no está la añoro. ¡Aleluya!

 

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