SI QUIERO SILBAR, SILBO

Si quiero silbar, silbo (Vértigo)

 

 

 

 

4 semanas, 3 meses y 2 días hizo tanto por la cinematografía rumana que todo lo que ha llegado detrás desde aquel país la ha tenido como referencia, al menos por aquí, donde se cuentan con la mano los filmes que  nos llegan. Si quiero silbar, silbo, debut del director Florin Serban, nos lleva de paseo por un thriller carcelario que es bastante más de lo que parece.

 

Tras las rejas de esa cárcel para jóvenes descubrimos la cuenta atrás de un chaval al que le faltan días para salir. Intenta no meterse en líos, pero hay algo más con lo que no contábamos y que se presenta en la forma de un hermano al que ha tenido que cuidar desde que su madre los abandonó. Con el regreso de ella para llevárselo, todo se precipita. En ese momento, queda claro que el amor fraternal por su hermano, el verdadero motivo del filme, va a desencadenar una tormenta que arrasa con todo y con todos, incluida la funcionaria de prisiones en la que encuentra de repente la razón y la posibilidad de la única libertad posible.

 

 

Película de miradas, de gestos, de silencios también, la auténtica fuerza de su dramatismo está en el actor que interpreta al joven, un George Pistereanu que hace creíble todo lo que le sucede a su protagonista. Solo por él, con el que uno acaba por sentir empatía, ya vale la pena sufrir la experiencia.

 

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