Shorta. El peso de la ley

Shorta. El peso de la ley

Frederik Louis Hviid y Anders Ølholm (Toolbox Film-Caramel)

 

 

“¿Tiene hijos?”, pregunta una madre enfermera de origen árabe a un policía al que acaba de socorrer. “Mi madre siempre decía que tener hijos es como si le corazón se te saliese del cuerpo y fuese por ahí desprotegido. Amos es un buen chico, pero está enfadado todo el tiempo. Lo entiendo. No importa lo que haga. Nunca es suficiente. Si uno es tratado siempre como lo que no es, entonces termina creyéndoselo. Aunque usted probablemente ya sepa esto”.

 

Es una de las escenas que interrelacionan a los personajes del vibrante thriller danés Shorta. El peso de la ley, que apuesta más por la tensión que por la acción. El drama policíaco y social se centra en el racismo sistémico de las sociedades occidentales al confinar a los inmigrantes en guetos en las grandes ciudades. Los roces con la policía conducen a la violencia por ambas partes, que solo puede acabar en un callejón sin salida.

 

Un George Floyd danés desata la espiral de violencia en este caso. Emparentado con la reciente película francesa Los miserables (Les miserables, Ladj Ly, 2019) y con dos homenajes nada velados a El odio (La haine, Mathieu Kassovitz, 1995) y Heat (Michael Mann, 1995), Shorta -vocablo árabe que significa policía- tiene un desarrollo más pesimista y oscuro con sus métodos más que cuestionables y unos dilemas morales de difícil solución.

 

 

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