SESIONES PARA LA BBC

 

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Sesiones de la BBC (BBC-Blanco y Negro)

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Las míticas sesiones de la radio pública británica nacieron como consecuencia de varias anomalías: la estrechez de miras de los responsables de la radio pública británica, las restricciones impuestas por los sindicatos de músicos y la imaginación de un puñado de amantes del rock, dispuestos a salvar cualquier obstáculo con tal de hacerse un hueco en la programación.  

Durante los años cincuenta, la escena musical londinense era un páramo, mimética sin más de las listas de éxitos estadounidenses. Las editoras controlaban férreamente el negocio, gracias a un acuerdo con la BBC -que operaba entonces en régimen de monopolio-, a la que pagaban cuotas fijas para que sus canciones fueran apoyadas y publicitadas más allá de su calidad intrínseca. 

A principios de los sesenta, con la tremenda explosión musical juvenil propiciada por los Beatles y sus coetáneos, la situación empezó a cambiar, aunque el rock’n’roll aún padecía severas restricciones en las ondas. Como medida proteccionista, el poderoso Sindicato de Músicos obligó a racionar la emisión de canciones pregrabadas en singles comerciales a tan sólo 82 horas semanales.  

Todo lo que se emitiese por las ondas, con excepción de esas 82 horas, debía registrarse en los propios estudios radiofónicos. Por lo tanto, los aficionados británicos tuvieron que escuchar los primeros grandes éxitos del pop en versiones descafeinadas, interpretadas específicamente para la radio por orquestas de baile y cantantes anónimos, sin duda de intachable profesionalidad, pero ajenos por completo al espíritu vitalista y rompedor de esas canciones. 

Ante ese panorama desolador, los representantes más avispados decidieron pasar enseguida al contraataque, buscando el resquicio por donde agujerear un sistema en apariencia tan rígido. No por casualidad, Brian Epstein fue uno de los primeros en encontrarlo: si la BBC exigía canciones registradas expresamente para la radio, los Beatles las harían, tanto en directo como en estudio. Ése fue le germen de las legendarias sesiones de la BBC, un auténtico filón durante años para el mercado de los discos piratas, hasta su edición regular en primorosos volúmenes digitales, a mediados de los noventa.  

Gran parte de ese mérito se debe, sin duda, al locutor John Peel. Junto a Bernie Andrews, legendario productor de muchas de las sesiones para la BBC de The Beatles, el personaje más importante de la historia musical de la emisora británica es John Peel, un hombre que empezó a labrar su leyenda a mediados de los años sesenta en los micrófonos de la emisora ilegal Radio London. 

En su programa Perfumed Garden (Jardín perfumado) programaba rock marginal norteamericano y sonidos locales tan extravagantes para la época como los de la Incredible String Band. Por aquel entonces, John Peel dirigía, además, el sello Dandelion, refugio de artistas irreverentes como Bridget St. John, Clifford T. Ward, Medicine Head y el Gene Vincent de sus últimos años.  

Cuando Radio London fue obligada a cerrar, John Peel  encontró trabajo como conserje de un zoológico. Por suerte, de allí le rescató Clive Selwood, que utilizó toda su influencia como directivo de la compañía Elektra para que le encomendasen la dirección de un programa en la flamante nueva cadena pública, Radio 1. 

Enseguida, la gestión de Selwwood se revelaría providencial: desde su micrófono, John Peel apoyó a debutantes como Jimi Hendrix y descubrió a artistas como Marc Bolan, aún al frente de Tyrannosaurus Rex, incluso contra las instrucciones de los propios directivos de la cadena, que le reprocharon que pusiera aquella música, porque “cualquiera puede darse cuenta de que esos T. Rex no van a llegar a ninguna parte.” 

Más tarde, ya en los 80, volvió a hacer uso de su olfato dando su primera oportunidad a bandas como Siousxsie And The Banshees, The Smiths, Sonic Youth y muchos más, a quienes inmortalizó en decenas de grabaciones únicas, registradas expresamente para su espacio.  

Estas sesiones, que ahora se editan, tienen un valor excepcional. Mayor sorpresa representa, aún, saber que se encuentran disponibles en el mercado español, poco receptivo ante grabaciones tan excepcionales como éstas.  

En una primera entrega, aparecida hace escasos meses, tuvimos la oportunidad de disfrutar de grabaciones inéditas de pioneros de los 60 de nombres como Small Faces, Tim Buckley y The Incredible String Band, leyendas de los 70 como Graham Parker, Kevin Ayers y The Damned, o nombres tan representativos en los 80 y 90 como The Damned o Dinosaur Jr. 

Ahora se publican otra veintena larga de nuevos títulos. Entre ellos, el concierto que en los 70 dieron tres de los Byrds en su regreso a los escenarios de Londres. Además, aparecen sesiones de grupos indispensables de los 80 como Joy División, New Order o The Wedding Present. Hay que recordar, también, que al margen de esta colección, en los últimos tiempos se han editado las grabaciones para la BBC de Led Zeppelin, The Who, David Bowie, The Beatles, Pixies o The Jam. 

        Eternamente agradecidos le estaremos a la BBC por lo que ha hecho por la historia del rock. Cada vez que nos encontramos con la marca de origen BBC Sessions sabemos que no hay posibilidad de equivocarse. Nada parecido se ha hecho nunca por aquí -aunque si se llegasen a editar los conciertos de Radio 3 o algunas sesiones de sus programas radiofónicos…-

 

 

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