SANTI-ROCK

Santi-Rock, el definitivo Festival do Norte

  

Irantzu de La Buena Vida y Brett Anderson de Suede

(Fotos: Miguel Ángel Martín)

         Si hubiera que resumirlo todo, lo dejaríamos simplemente en una palabra: un lujo. Tener en Galicia un grupo de artistas de primera fila de la escena independiente no es algo que se pueda disfrutar todos los días. Más bien nunca. Así que enhorabuena y ánimo a la organización. A partir de ahí, sólo queda comentar algo de la organización y mucho de lo que sucedió en el Multiusos Fontes do Sar en lo estrictamente musical. 

         De todos los grupos que pasaron por sus dos escenarios, la conclusión más evidente es que todos estuvieron en un nivel más que aceptable pero, al mismo tiempo, hay que reconocer que tampoco hubo ninguna sorpresa; o sea, que todos ofrecieron ni más ni menos que lo que se esperaba de ellos. 

         Suede y Placebo son dos bandas que tienen poder de convocatoria y triunfan en los festivales, como así sucedió en el Santi-Rock. Brett Anderson y los suyos cambian en directo los matices y las sutilezas por el trazo grueso, y quienes los han visto más de una vez ya se saben todos sus trucos. Por su parte, los de Brian Molko ganan en contundencia al tiempo que sus discos se hacen más predecibles. 

         Serafin y Hoggboy son dos grupos que, por lo de ahora, no pasan de la segunda división en la escena musical británica, y eso fue lo que confirmaron en el escenario. La gran liga está a su alcance, pero, mientras tanto, hay que conformarse con lo que hay. 

         La gran baza de un festival que tiene, como Benicassim, a la música de las islas británicas como gran reclamo y espejo, era Frank Black. No es muy habitual verlo por estas tierras y sólo su nombre -con la ayuda de su pasado- atraía la curiosidad de casi todos. Una vez más, lo suyo tampoco sobrepasó las expectativas. Un buen concierto de rock, una buena banda de rock, un buen disco que presentar -el mejor desde los tiempos de los Pixies, aunque aún lejos de aquel listón- y poco más. Justo ahora que su banda parece empastada y que empiezan a tener canciones interesantes para presentar en directo, todo el mundo espera ya la reunión de los Pixies para primavera y su posible presencia en la costa de Levante el próximo verano.  

         En cuanto a los grandes nombres estatales del escenario principal, Chucho demostraron que buenas canciones pueden conducir a una interpretación digna, aunque plana, salvo, claro está, “Magic”. Deluxe volvieron a quedarse con la parroquia una vez más, con la ayuda extra de jugar en casa, aunque, tal y como reconocía el propio Xoel, tampoco había sido su mejor actuación. Es igual: quien no lo haya visto antes, siempre sale sorprendido. 

         Tal vez fueron La Buena Vida los que estuvieron por encima de lo que en ellos es habitual: con ganas, convencidos y dejando su timidez de lado. Si no hubieran venido avisando tanto de que ésta era su mejor gira, aún hubieran logrado mayor impacto. Así que sí: probablemente una de sus mejores actuaciones, pero estando sobre aviso y reconociendo que tampoco es un grupo que con los directos se gane a la gente. 

         Por el escenario pequeño transitaron varios grupos que, a diferencia de un aceptable sonido en el escenario principal, tuvieron que luchar contra una sonorización terrible y poco público para sus actuaciones. Si acaso destacar que Clovis presentaron un par de canciones en castellano que deberían copar todas las listas. 

         Lo más recomendable en este caso sería trasladar el escenario, tal vez a la pista central del Multiusos, ya que no hay coincidencia en los horarios con el resto de las actuaciones estelares, o al propio recinto chill-out, otro de los grandes aciertos de la organización.

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