SANTI CAMPOS 2005: Amigos imaginarios

Santi Campos: Amigos imaginarios (Rock Indiana)

 

 

Creo que ni los que seguimos la carrera de Santi desde el principio (o casi) nos esperábamos el giro que ha dado con este disco. Sí, está el Santi de siempre, comprometido a fondo emocionalmente con unas canciones que desde el desasosiego vital buscan asideros que le (nos) mantengan a flote, pero desde que escuchamos los ruidos que inician el disco, quizá ya desde los colores de la portada, sabemos que nada va a ser igual que antes, y que esta vez el sello de Rock Indiana no va a garantizar el pop instantáneo al que nos tiene acostumbrados.

 

La ligereza e inmediatez en los arreglos de Pequeños incendios, su notable debut tras la desaparición de Malconsejo, no aparecen por ningún lado, sustituidos ahora por una brillante y, al mismo tiempo, medida producción de Pablo Sbaraglia, que conecta con el tono introspectivo y agridulce de la mayor parte del disco, y con lo que parece ser el tema central de las letras de las canciones: la búsqueda en otros lugares (la pareja, los sueños y el sueño o la infancia, son temas recurrentes) de un remedio para la incomodidad de ser uno mismo, para la certeza de que con los años “todo es más real, duele mucho más”. No merece la pena destacar canciones, se nota que la grabación está pensada como un todo en el que hasta la secuenciación juega un papel clave: el disco comienza nocturno y avanza poco a poco hacia pasajes más luminosos. Quizá no llegue al mediodía, pero al menos sí nos deja a las puertas de un agradable amanecer.

 

Como los grandes discos ‘desesperados’ en los que parece inspirarse, el tercero de Big Star por ejemplo, o ciertas entregas de Wilco, por poner un pariente cercano, Amigos imaginarios no da facilidades al oyente, pero compensa el desconcierto inicial con la seguridad de que no se va a agotar en unas cuantas escuchas, de que no dejará de agigantarse con el tiempo y te acompañará con frecuencia en esos momentos en los que lo que menos necesitamos son estribillos soleados. A estas alturas del año, no encuentro muchos discos nacionales con los que pueda medirse de igual a igual.

Carlos Rego

 

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