RUFUS WAINWRIGHT

Rufus Wainwright, todos los días son noches

 

All Days Are Nights: Songs For Lulu es el disco que Rufus Wainwright presenta este miércoles 30 en Vigo, en el Centro Cultural Caixanova. En este álbum, que  camina por la senda de la desnudez, Rufus adopta el estilo confesional, ofreciendo un sentido homenaje familiar a su hermana Martha y a su madre Kate McGarrigle, una de las figuras más importantes del folk americano, fallecida recientemente.

 

En palabras del propio artista, “cada nota, cada frase de este disco surge de la sombra y del conflicto”, refiriéndose a la batalla que libró su madre durante tres años contra el cáncer. “Ver como mi hermana Martha supo manejar el nacimiento de su hijo y la muerte de su  madre ha sido una experiencia inspiradora y sobrecogedora”. Sin duda, su disco más personal.

 

Supongo que tu nuevo álbum ha sido una especie de catarsis para ti, considerando lo que pasó los últimos años con la enfermedad y muerte de tu madre.

– No sé si fue una catarsis, sino más una reacción en relación a los muchos acontecimientos catárticos que se sucedieron en mi vida, fuera la ópera o la enfermedad de mi madre. Buceé en el piano como una especie de escudo donde pudiera pasar algún tiempo solo. Este álbum es un producto de muchas situaciones de mi vida. Sólo sucedió, no tuve que pensar mucho en él ni planearlo. Surgió de una forma muy natural. Mi madre estaba muy enferma y yo hice el disco, después paré algunos meses y fue durante ese periodo que ella falleció.

 

El disco es muy minimalista musicalmente. ¿Fue algo que buscabas premeditadamente?

– Es siempre muy difícil hablar de minimalismo con el piano porque el piano puede ser la cosa más pequeña o más grande del mundo. Es un instrumento muy complicado y misterioso. Siento que en este álbum están probablemente algunos de los más grandes momentos de mi carrera y, también, algunos de los más intimistas. Cuando nos sentamos al piano entramos en otro universo.

 

¿Consigue la música clásica expresar mejor las emociones?

            – Creo que el piano, en sí, se convierte en una especie de animal que necesitamos domesticar. Hay tres elementos: tocar el piano, cantar y la relación entre los dos, una especie de triunvirato. Hay que cuidar de tres niños muy diferentes y difíciles (risas) de controlar. Claro que el mayor ejemplo de una voz al piano es la Nina Simone: hay ciertos momentos en que el espíritu sagrado de la música aparece de dentro de ella, al piano.

 

 

Al mismo tiempo, te atreviste a componer otras cosas como la ópera Prima Donna.

            – Hace algunos años hice rehabilitación y dejé de consumir drogas, con lo que creo que tomé partes de todo eso y lo metí en mi carrera. Creo que tras esta gira necesito descansar un largo periodo, porque no he parado. No años y años, pero sí unos buenos seis meses. Tengo que aprender a no hacer nada (risas), es muy importante.

 

¿Cómo es que llegaste al mundo de la ópera?

            – Fue una especie de enfermedad que me atrapó cuando tenía 14 años al oír el Requiem de Verdi. Ese momento me cautivó y comencé a oír ópera. Ha sido un viaje muy alocado escribir mi propia ópera y mostrarla al mundo. Algunos críticos apoyan y perciben lo que estoy haciendo, pero otros son anti-melodía, anti-romance y anti-sentimiento, y están ofuscados con lo que estoy haciendo. Todo el proceso ha sido como una larga batalla.

 

¿Sientes que aún necesitas dejar clara tu posición en esta fase de tu carrera?

            – Algunas personas están muy enfadadas conmigo. Tengo fans fantásticos y mucho apoyo en todo el mundo, pero después leo algunas reacciones y comentarios sobre mí que son ultrajantes, muy homofóbicas y envidiosas. Estoy lejos de ser perfecto, pero siento que algunas personas tienen una reacción violenta en relación a mí, en parte a causa de mi sexualidad y por mi deseo de ser diferente y de explorar otros territorios.

 

¿Aún es así, después de tantos años?

            – Empeoró últimamente. El mundo se ha vuelto más homófobico, especialmente tras la victoria de Obama. Hay una reacción contra él en este momento en América, un odio contra Obama y todo lo que es liberal. Se puede oler. Creo que siempre estuvo presente, pero cuando Bush era presidente toda la gente fingía que todo estaba bien. Ahora quedó al descubierto…

 

Hay muchos recelos contra Obama, ¿no?

            – Creo que la reacción contra él es una especie de miedo al conocimiento y a la educación. Es la ignorancia a descubrirlos, y eso es siempre un proceso violento. Es algo que se viene dando en muchos sitios en los últimos meses, algo muy importante, pero me parece que es incluso mayor en los EE.UU.

 

 

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