ROLLING BLACKOUTS COASTAL FEVER – Hope Downs

LOS MEJORES DISCOS INTERNACIONALES DE 2018

ROLLING BLACKOUTS COASTAL FEVER – Hope Downs (Subpop-Popstock!)

 

 

Fue con el EP The French Press del año pasado cuando descubrimos que al otro lado del planeta, concretamente en la ciudad de Melbourne, había una banda digna heredera de los postulados clásicos de The Feelies, Television, los primeros R.E.M., Orange Juice, The Go-Betweens, las bandas del sello Flying Nun de la vecina Nueva Zelanda (The Chills, The Clean…), los embrionarios y minusvalorados Primal Scream (los de los pantalones de cuero, antes del descubrimiento del house), pero también de bandas más cercanas como Parquet Courts o, incluso, su paisana Courtney Barnett.

 

Ese EP llegó con el impulso de Sub Pop, con lo que que ya tuvo una distribución internacional. Ahí conocimos que venían funcionando desde 2013, después de empezar a ensayar en sesiones improvisadas en el dormitorio del cantante y guitarrista Fran Keaney. Fue el 21 de octubre 2013 cuando editaron «Angeline», su primera canción, en la que se pueden apreciar las coordenadas de lo que a día de hoy sigue configurando su sonido: tres cantantes –y   compositores– en la banda y el juego entre las guitarras del trío. «Waking up, Dirt River» le siguió diez días después, con un mayor dinamismo. Trabajando a marchas forzadas, una semana más tarde tenían disponible «Keep It Close», que tomaba un camino intermedio entre las dos anteriores, rematando el año a finales de noviembre con otro tema similar, «How Long».

 

A continuación, el grupo dejó pasar ya un año para editar un EP a medias con You Yangs, otro de los proyectos de dos de sus componentes, y en el que aportaban «Cat in My Head» y «Clean Slate», de nuevo entre el sonido más contemplativo de la primera y el más rítmico de la segunda (su primera gran canción), donde, con una mejor grabación, ya es más claramente perceptible el sonido que acabarían por definir cuatro años después.

 

En marzo de 2016 llegó su primer EP, Talk Tight (2015), siete canciones  que, según ellos, era más una colección de singles que un disco con una unidad, con momentos inapelables como «Heard You Moving», y en el que unían la tenacidad de Radio Birdman, la destreza de The Go-Betweens, la bulliciosa energía de los Easybeats y la creencia –compartida con Courtney Barnett– de que las guitarras no solo son cruciales para el mensaje, sino que también podrían ser el mensaje mismo.

 

Lo que Talk Tight avanzaba acabó por mostrarse en todo su esplendor en ese EP citado de 2017, The French Press, otra colección de posibles singles, en esta ocasión seis canciones con su sonido más lustroso hasta el momento. Ahí demostraron que ya había en ellos una confianza plena en sus guitarras urgentes y sus canciones rotundas, como bien se podía apreciar en «French Press», «Julie’s Place» o «Colours Run», por no citarlas todas, un disco que tiene el aliciente de condensar todas sus virtudes en escasos 23 minutos.

 

Es ahora cuando Hope Downs (título de una mina a cielo abierto en el Oeste de Australia propiedad de la persona más rica de aquel país) confirma que aquí hay un grupo de rutilante presente y a seguir, tal vez únicamente limitado por lo complicado de su nombre, una banda cuyo sonido ha crecido y sigue expandiéndose. Junto al ya citado Fran Keaney, son su primo Joe White y Tom Russo –quienes ya habían tocado juntos en varias bandas de garage– los que llevan la batuta, unidos a Joe Russo (hermano de Tom), en el bajo, y  Marcel Tussie (amigo del primer Joe), en la batería.

 

Su álbum continúa en la línea de esas guitarras que se solapan o que dialogan entre ellas, que entran y salen de plano, a veces creando patrones en espiral, y que se hacen acompañar por tres voces y una sección rítmica propulsiva, lo que hace que estas canciones de tres minutos o menos (solo dos superan por poco los cuatro minutos), intuitivas pero también muy trabajadas, se conviertan en algo adictivo.

 

Grabado en directo en la habitación de Keaney, estas canciones de “personajes minúsculos en un mundo enorme, intentando encontrar algo a lo que agarrarse mientras la arena se remueve bajo sus pies y todo se va enrareciendo”, se ven avivadas por melodías brillantes, demostrando que, aunque no inventan nada nuevo, tienen una asombrosa capacidad para generar ideas infinitas. El trío de canciones inicial es de lo mejor que han compuesto y grabado hasta el momento («An Air Conditioned Man», «Talking Straight» y «Mainland», con su final a lo Television), por lo que la parte central no puede igualarlo, aunque ahí se descubren, por ejemplo, replicando el inicio de «Don’t Fear the Reaper» en «Bellarine». Ya cerca del final, con «The Hammer» poniendo el cierre, aparece «How Long?», un tema de corte más melancólico, simplemente la canción de tres minutos más redonda de lo que va de año.

 

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *