ROCK AMERICANO Novedades

El rock USA del 95

  

            A pesar de la buena cosecha que tendrá este año el pop británico, buena parte del mejor rock con guitarras sigue llegando de los USA. Buena prueba de ello son Red House Painters. Los de San Francisco editan ahora Ocean Beach (4AD – Caroline), un disco que, como los anteriores –Down Colorful Hill, el doble Red House Painters y un tercero con el mismo título-, sigue embrujando con su particular dosis de melancolía casi suicida, aunque algo menos angustiosa. Por suerte, esta vez hay momentos con algo más de color: el instrumental «Cabezon», la alegre y acústica «Summer Dress» o «San Geronimo», dedicada a una ciudad que le recordaba a Mark Kozelek sus días de infancia.

 

            Otros que construyen también atmósferas agobiantes son Yo La Tengo. La pareja Ira Kaplan y Georgia Hubley, con la colaboración siempre de James McNew, llegan a su séptimo álbum sin un reconocimiento amplio pero sí fiel. Electr-O-Pura (City Slang – Running Circle) no consigue igualar a su predecesor, Painful, pero tiene canciones como el single «Tom Courtenay» de las más accesibles de su historia. El resto necesita más tiempo, lo que quiere decir que Yo La Tengo se encuentran cómodos haciendo justo lo que les da la gana.

 

            Más experimentales, ensanchando los límites de lo que conocemos como pop, han sido desde sus comienzos Mercury Rev. Más que nada siempre les ha dado por el lado más lunático, dejando que los sonidos más imposibles fueran cayendo en los surcos de sus discos. Para See You On The Other Side (Beggars Banquet – Caroline) ya no cuentan con David Baker, su vocalista hasta ahora, pero parece que les ha sentado bien. Mientras Baker no consigue con su primer disco combinar los sonidos alucinados con la melodía, sus compinches de Mercury Rev han logrado su mejor disco, con canciones indispensables como «Empire State» o «Everlasting Arm».

 

            Experimentales en su concepto se supone que eran Morphine, con su brillante idea de prescindir de las guitarras e introducir un saxo, al lado del bajo y la batería. En Good y, sobre todo, Cure For Pain, la fórmula dio bastante resultado. Para Yes (Ryko – Nuevos Medios), la combinación de instrumentos está ya un tanto vista y no hay mayores novedades. Cuando falla la sorpresa, sólo la inspiración salva el disco, distribuida en algunos cortes: «Honey White», «Radar» y «Super Sex». Tal vez sea hora de meditar algún cambio.

 

            Más apegados a la tradición del rock son The Minus 5, que se puede considerar un supergrupo de los 90, ya que acompañando a Scott McCaughey, el impulsor del proyecto y miembro de los Young Fresh Fellows, están Peter Buck (de R.E.M.) y Ken Sringfellow y Jon Auer (de los Posies y la última encarnación de Big Star), además de contar con colaboraciones de los Walkabouts y NRBQ. Por lo tanto, Old Liquidator (Glitterhouse – Running Circle) se trata de un divertimento de doce canciones de buen rock, con el único problema de que «Emperor Of The Bathroom» destaca demasiado sobre el resto.

 

            Otros que siguen el camino del rock clásico, con su ración dosificada de country, son Wilco, una nueva banda que no lo es tanto, si tenemos en cuenta que nace de las cenizas de Uncle Tupelo, un grupo que siempre estuvo en la segunda fila de los grupos americanos del cambio de década. Jeff Tweedy, la mitad de Uncle Tupelo, se despacha con AM (Sire/Reprise – Warner), un primer disco con gusto por la melodía y las guitarras contenidas. Tal como si Tom Petty hubiera vuelto convertido en otra persona distinta.

 

            Lo de Gutterball también es cuestión del mismo perro con distinto collar. Y no es por la portada de Weasel (Barke Out – Running Circle), sino que sucede que Steve Wynn lleva haciendo lo mismo durante más de diez años, primero con The Dream Syndicate, como los cabecillas del nuevo rock americano en los 80, y luego en solitario o con Gutterball. Weasel es su segundo disco con esta aventura, y casi todo fue grabado en una noche en un 18 pistas, sin perder nada de la intensidad habitual.

 

            Quedan para el final dos clásicos. Unos más recientes, como Sugar, recuperando lo que fue uno de los mejores discos de los últimos meses pero que pasó bastante desapercibido entre el aluvión de novedades editadas. File Under Easy Listening (Creation – Sony) merece la pena ser recuperado, y seguro que dentro de un tiempo se le dará el valor que ahora no encontró. No es Copper Blue ni tampoco Beaster, pero de Bob Mould, tanto con Hüsker Dü como en solitario o con el trío Sugar, siempre se puede esperar lo mejor. Dada la escasa repercusión, Bob Mould ha decidido retirarse unos meses y decidir si Sugar desaparece.

 

            Puede que sea una de esas serpientes de verano, pero los Ramones han anunciado su separación después de veinte años. Tal vez sea mejor así, porque lo de las chupas de cuero y las melenas con cuarenta tacos ya cantaba. Los Supersuckers están haciendo lo mismo últimamente y parecen más en forma. La despedida parece afirmarse desde la portada del álbum, ya que su último disco se titula (Adios, amigos! (Chrysalis), así, en castellano. Y para despedirse, los hermanos Ramone han dejado alguna de las mejores canciones que han grabado en la última década, como la versión de Tom Waits «I Don’t Want To Grow Up» o el contagioso «Life’s A Gas».

Xavier Valiño

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