RICHARD JEWELL

Richard Jewell

Clint Eastwood (Warner Bros.)

 

 

A escasos meses de cumplir los 90, Clint Eastwood entrega otra de sus obras redondas, de nuevo con un hombre anónimo convertido en protagonista casi a su pesar y superado por los elementos que le rodean, alguien que, pese a todo y a todos, intenta encontrar algo de dignidad en su vida. Es, en este caso, un guardia de seguridad que evita una matanza y que acaba convertido en el principal sospechoso.

 

En sus manos, lo más difícil semeja algo tremendamente simple. Pocos como él, por no decir ninguno, representan hoy en día el cine más clásico, despojado de todo ornamento, el que cuenta historias sin desvíos ni distracciones, sin estilo definido pero con manejo perfecto del lenguaje cinematográfico, fijándose en sus protagonistas y sus motivaciones, poniendo todo su arte a su servicio.

 

Por el camino, Eastwood arremete contra los estamentos policiales y el periodismo sensacionalista (ahí está el único borrón de la cinta, la reportera que sonsaca información utilizando su cuerpo), en una demostración de estilo que es drama, comedia, thriller e investigación judicial. Si, como asegura, lo único que buscaba es redimir el nombre de su protagonista, su film es mucho más de lo que este nunca hubiera imaginado para lograrlo, aunque no pudiera vivir para verlo.

 

 

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