Retrato de una mujer en llamas

Retrato de una mujer en llamas

Céline Sciamma (Karma)

 

 

Tras tres películas contemporáneas (Lirios de agua, Tomboy y Girlboy), la directora francesa Céline Sciamma viaja atrás en el tiempo, concretamente a una isla Bretaña en 1770, para su primera incursión en el cine de época.

 

Y, como ella, una de las dos protagonistas de esta cinta viaja desde el prodigioso prólogo al pasado que más la ha marcado, todo a raíz de un cuadro que sus alumnas descubren en el aula en el que imparte clases de pintura.

 

A partir de ese momento, las claves del relato se le van proporcionando al espectador poco a poco, para que pueda recrearse en la apartada isla y la mansión en la que se desarrolla la acción, en las dos mujeres que son la esencia de la historia y en su relación pasional, condicionada por las convenciones de la sociedad del momento.

 

Con su acertada mirada femenina, Sciamma relata como pocos veces en la pantalla el dolor físico y el temor que emana de la pasión y el deseo. A la manera de un relato de Henry James, una película de Jane Campion o La edad de la inocencia de Scorsese, sin protagonistas masculinos y por primera vez con actrices profesionales en su cine, su retrato de las dificultades de la condición femenina la emparentan claramente con cualquiera de sus anteriores largometrajes.