RED BEARD

Red Beard, aquí llega la tormenta

Red Beard

 

Desde hace unas semanas está editado el Volume 1 de Red Beard, un proyecto canario de country-folk-rock o americana, una de las grandes sorpresas del año. La banda inicia estos días su presentación en la Península con varias fechas cerradas: el 9 de abril en Córdoba (Submarine), el 11 en Los Palacios (Cisman), el 11 en Sevilla (La Caja Negra), el 12 en Cádiz (Playa del Palmar, Cortijo El Cartero), el 13 y el 14 en Estepona (Louie-Louie) y el 16 en Madrid (Tempo Club). Al habla con Jaime Jiménez Fleitas, su verdadero responsable.

 

Por fin aparece tu debut. Normalmente en estos casos, escuchamos las canciones como si fueran la primera creación de un artista, pero supongo que habrá habido un largo proceso detrás. ¿Cuánto ha costado llegar hasta aquí?

– Estoy muy feliz, con las pilas y la ilusión cargadas. Me siento cómodo, es algo que llevo haciendo mucho tiempo. Ha sido un proceso largo y duro. La materia prima estaba desde hace tiempo, pero darle forma y las últimas pinceladas ha sido duro, pero gratificante. De todas maneras se podría haber llevado a cabo de otra manera más sencilla, pero soy un tipo muy meticuloso y maniático. Tengo que sentirme yo cómodo con lo que escucho.

 

Tengo entendido que te dedicas a la música para publicidad pero, ¿has tenido experiencias anteriores en esta dirección o en el mundo del rock?

– Sí, claro, mi contacto con la música ha sido muy variada pero siempre presente en formaciones anteriores, hasta llegar a esta, Red Beard.


No sé si Red Beard se va construyendo por el camino o las cosas están claras desde un principio. Por ejemplo, ¿cómo te planteaste dar a conocer tus canciones?

– Bueno, es un poco de las dos cosas. Como dije antes soy un tipo meticuloso y maniático, así que ciertos asuntos están muy claros desde el principio. Otros los dejo que reposen el tiempo que haga falta para que tomen forma. De momento las plataformas digitales son nuestro mayor aliado.

 

El grupo rodó bastante las canciones en directo antes de grabar. ¿Fue provechoso, cambió algo tu visión de los temas?

– No, para nada, aunque cambie pequeños arreglos, la raíz tiene que ser la misma.


Da la impresión desde fuera de que tú eres quien lleva las riendas del proyecto y que implicas en ello al resto de los músicos. ¿Es difícil hacerles llegar tu visión sobre la música de Red Beard?

– Sí, bueno, Red Beard son mis historias, mis desahogos, mis penas, mis lamentos y mis alegrías. Mis compañeros son los que me ayudan a dar forma a todas mis historias, comparten conmigo el camino y son un hombro en el que apoyarse. Al abrirme en canal con ellos, no me ha costado mucho que entiendan que quiero transmitir.


El mini-álbum tiene seis canciones. ¿Tiene que ver con presentarse con algo breve pero contundente, con que no había recursos para más, con seleccionar las mejores canciones disponibles? ¿Y ha quedado mucho material fuera? ¿Hay intención de darle continuidad?

– No, lo que he hecho es dividir un álbum de doce temas en dos disco. En este primero que es el Volumen 1, presenté estas seis canciones, junto con dos videoclips, y en unos meses presentaré el Volumen 2 con otras seis canciones. Aunque durante la espera habrá una sorpresa en forma de canción que será la número 13, mi número de la suerte. Sí, ha quedado muchísimo material fuera que hay que darle la forma. Pero saben como es esto del rock & roll. Preferí dar esta primera entrega, ver cómo va funcionando y darlo todo por dosis. Ya habrá tiempo de otras cosas. No me gusta echarme a la boca más de lo que puedo masticar.


¿Debemos entender el título Nobody’s Gonna Bring Me Down (Nadie podrá conmigo) como una declaración de principios?

– Sí, por supuesto, esta se la dedico a toda esa gente que no entiende que existen personas con sueños y con ganas de vivir, con ganas de hacer algo diferente a lo que nos marcan y de hacer lo que les hace sentir vivos.

Red Beard 1

El sonido está claramente emparentado con el sonido americana, el
country-folk-rock. ¿Cuál es la receptividad que estás encontrado hacia tú música? ¿Es complicado enganchar a alguien que no haya escuchado habitualmente este tipo de música o hay que tener una predisposición? Supongo que la satisfacción será mayor en el primer caso.

– Ha sido increíble, la gente ha reaccionado de una forma que no esperaba. El público ha sido muy fiel y muy entregado. Y no lo digo por decir, ha sido alucinante las preciosas palabras que nos han dedicado en muchos sitios. En ambos casos es satisfactoria. Escuchar mi música, ir a ver un show en directo y comprar el disco, es algo que me da igual de que estilo venga, bienvenido sea.

¿De qué aspecto de la grabación y de qué canción has quedado más
contento? ¿Es una producción tuya? ¿Qué es lo que no repetirías en un segundo álbum?

– Precisamente de lo que cometas. La producción es mía y todo el proceso ha sido un arduo trabajo. Cuando escuchas el resultado sabiendo las condiciones que tenía, se materializa esa sensación de bienestar con uno mismo. Para un segundo disco, en principio me gustaría contar con más oídos y opiniones en la cabina de grabación.


¿Qué es lo que más te motiva a la hora de componer los textos? Parece como que las letras te sirven para exorcizar cosas que te han pasado buscando algo de luz.

– Creo que lo has definido en la pregunta a la perfección. Nada que añadir (risas).


“The Fence” abre la posibilidad de evolucionar en sonido hacia el
spaguetti western. ¿Hay esa intención, hay futuro por ahí?

– Sí, tendremos algo más de Spaguetti Western.


Por último, ¿cuál ha sido la mejor anécdota de este tiempo en el mundo de la música?

– De momento, yo me quedo con todas las pequeñas cosas que siempre pasan, pero si hay dos que me acuerdo bastante. Una de ellas es algo que se ha repetido y es ver un ‘sold out’ en los sitios a los que vamos. Y la otra es tener público americano y no creerse que somos de Las Palmas de Gran Canaria (risas).

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