PONCHO K

Poncho K, un perro como tú

         Lo de este sevillano es de lo más sorprendente que podrás escuchar este año. Guitarras punk, orquestas y unos textos en su disco de debut, No quiero empates, que van de Albert Pla a Extremoduro. El chaval se comporta ante el micrófono tal y como puedes intuir por sus letras.

Para empezar, ¿cuáles son tus antecedentes musicales?

– Pues el flamenco, la música clásica, el rock’n’roll, el punk, el heavy metal y en general toda la música, con excepción de aquella que no tiene alma.

¿Qué hay de la música de tu ciudad, Sevilla, en tus canciones?

– Sevilla me inspira porque hay arte, porque hay gente humilde, porque tiene unos parques para escribir que son la leche, porque cada vez que llega la primavera a Sevilla me inspira para escribir que te cagas. En cuanto a las sevillanas, la música, no las mujeres, no me han inspirado nada musicalmente hablando.

¿Tocabas tus canciones en pequeños clubes antes de llegar a grabar el disco?

– Pues claro que sí, y en eso creo que soy como todo el mundo.

¿Cuál fue el momento decisivo que hizo que RCA te ofreciese un contrato?

– Desde que les presenté la maqueta, se interesaron, así que se puede decir que no hubo un momento en concreto.

 
Sorprende tu mezcla de guitarra punk con el sonido clásico de una orquesta de cámara y una sección de vientos. ¿Cómo llegas a ese sonido?

– Pues ni más ni menos que mezclando una guitarra punk, una orquesta de cámara y una sección de viento y dejando a Miguel de la Vega que se encargue de las mezclas. Así de fácil.

¿Cómo defiendes una combinación así en directo?

– Con una banda de rock cañera, en la que hay guitarra, bajo y batería, con un teclista, una secuencia y el Poncho con mucha cara en el escenario.

 ¿Tienes más canciones para los conciertos o haces versiones?

– Hago versiones. Las canciones nuevas las guardo para el próximo disco.

 ¿Te importa si te definen como cantautor urbano?

– La verdad es que me la suda. No le presto la más mínima atención a cómo me definan. Allá vosotros.

 ¿Y qué se cite a Extremoduro o Albert Pla es un halago o una losa?

– Hombre, yo creo que es un halago. Ni dudarlo, por supuesto.

¿Cuándo es tu momento ideal para componer?

– La primavera, de noche, de día en invierno en verano… Vamos, siempre que tenga algo que contar.

Sorprenden las letras. ¿Te marcan más otros grupos de rock o lo que lees?

– Lo que más de todo, sin ninguna duda, lo que leo.

¿Escuchas más música estatal que de fuera? ¿Qué grupos?

        – Claro que sí, yo soy un seguidor a muerte de la música nacional. Los grupos que más escucho son bandas como Reincidentes, La Polla, Escorbuto, Envidia Cotxina, Extremoduro, Albert Pla, Albertucho, Siniestro Total…


¿No es difícil mantener la fe en un proyecto como el tuyo viendo como están las listas de éxito? ¿Te ves compitiendo en esa liga?

        – Pues sí que es difícil mantener la fe en el proyecto, sobre todo cuando estás viendo que un ochenta por ciento de la población no escucha otra cosa que Operación Triunfo o grupos de moda sin cultura musical, sin sentimiento y sin alma, que simplemente están de moda. Pero si la pequeña
minoría que seguimos apostando por la música alternativa dejamos de hacerlo, ¿quién va a ocupar nuestro espacio?

Por último, ¿sólo vale la victoria? Lo digo por el título del disco

       – Sólo vale la victoria o sólo vale la pérdida, pero nunca a medias tintas, nunca en medio, nunca empates, por que los empates son de cobardes, de conformistas, de acomodados… Y los que no pierden o no ganan, son los que no apuestan, no se la juegan, esos nunca serán nada ni para bien, ni para mal, nunca avanzarán y el hombre, si no avanza, no es hombre. Bueno como veis este es un tema bastante serio para mí. No quiero empates. 

Xavier Valiño

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