PLAYA MAGUANA, CUBA

Playa Maguana y alrededores: parques naturales y calas en el lejano sureste cubano

 

El Nuevo Mundo anda cerca, y no sólo metafóricamente. Tras la primera visita de Colón en noviembre de 1492, fue su hijo Diego quien levantó el primer asentamiento colonial en Cuba en lo que llamó la Villa de Nuestra Señora de la Asunción, cercano al emplazamiento en el que hoy se encuentra Baracoa.

El nuevo mundo también se podría localizar ahí, y esta vez sí se trata de una licencia poética. Si el viajero se ha tomado la molestia de llegar hasta Baracoa para disfrutar de algo muy distinto a, pongamos por caso, los complejos de Varadero, seguro que va buscando algo más. Una vez casi perdido en el tiempo, y al mismo tiempo desaparecido en el mapa, aún se puede ir más allá.

 

Playa Maguana se llama el lugar, a unos 25 kilómetros al noroeste de Baracoa, un paraíso al margen de cualquier folleto turístico, en el que el centro de operaciones debería ser Villa Maguana. Este hotel, aunque pertenece a la cadena estatal Gaviota, no tiene nada que ver con el resto de sus establecimientos: son sólo tres casas rústicas de madera con 12 habitaciones en total, en las que es difícil coincidir con alguien más.

 

El alojamiento cuenta con su propia playa privada de arena blanca, rodeada de palmeras que le dan sombra, un cenador en el exterior, encima de la cala, y un porche en el que varias mecedoras invitan a pasar el día sin hacer nada más. Aun así, saliendo del pequeño hotelito es fácil encontrar un barquero con el que ir a bucear a un arrecife de coral cercano o algún ‘jinetero’ que ofrece comida en su casa, especialmente langosta, a un precio más asequible que en la Villa.

 

A Playa Maguana se accede desde Baracoa por una pista a ratos asfaltada que va siguiendo la línea de la costa. Lo más recomendable es alquilar una bicicleta en Baracoa, disfrutando lentamente del trayecto, parando cuando se quiera, con la seguridad de que en cada receso alguien del lugar buscará una conversación. Si la intención es visitar otros puntos de interés al margen del camino, entonces tal vez una motocicleta sería más recomendable.

 

Tan pronto se sale de Baracoa en dirección a Playa Maguana se entra en la Reserva de la Biosfera Cuchillas de Toa, reconocido por la UNESCO como “el más importante y singular hábitat natural para la conservación in-situ de la diversidad biológica territorial de todo el Caribe insular”. Además de la mayor variedad de fauna de todo Cuba, tiene también más especies endémicas de flora, cerca de 1.000. Flora y Fauna (Calle Calixto García) y Gaviota (en el Hotel el Castillo) en Baracoa coordinan las visitas a la reserva, dividida en varios parques nacionales.

 

La primera parada de interés tras atravesar la desembocadura del río Duaba es Playa Duaba, a cinco kilómetros al noroeste de Baracoa. Un busto en esta playa de arenas negras recuerda el desembarco del general mulato Antonio Maceo y veintidós camaradas el abril de 1895 para luchar en pro de la independencia. Aquí comienza el Parque Natural Duaba y El Yunque.

 

En la Finca Duaba, un kilómetro hacia el interior desde la carretera de la costa, se puede visitar una granja rural con su plantación de frutales en la que darse un festín criollo en su restaurante bajo las palmeras u organizar una excursión en bote hasta la desembocadura del río.

 

El Yunque espera cercano y desafiante, a 575 metros sobre el nivel del mar, una cima que parece flotar entre los montes que lo rodean. La ascensión se verá recompensada cerca del final con un interludio para tomar frutas y cocos cortados por un campesino del lugar y, ya en la cima, con una meseta en su parte superior con las mejores vistas de la bahía y la Reserva. Este gigante, reverenciado por los indios taínos, surge entre la niebla al amanecer para ver como la puesta del sol cubre las montañas color lava.

 

El guía -obligatorio- para poder realizar la ascensión hay que contratarlo en las dos oficinas de Baracoa o al pie del ‘campismo’ del Parque Natural. Tres son las rutas posibles: el sendero a la cima, en el que se invierten unas cuatro horas en ir y volver, el Sendero El Jutiero, a las cascadas en el río Duaba, o una que combine ambas.

 

Dejando atrás esta reserva se encuentra el Parque Natural el Toa, con el río de más caudal de Cuba y un montón de rápidos que lo hacen especialmente recomendable para el rafting, pudiendo llegar río abajo hasta Palenque e, incluso, Guantánamo. En el Rancho Toa, otro restaurante estatal, se pueden reponer fuerzas con un banquete tradicional cubano o contratar un descenso por el río en barca o canoa.

 

Tras pasar Playa Maguana, quince kilómetros más adelante se entra el Parque Nacional Alejandro Humboldt, con un enorme sistema kárstico de cuevas, los mayores bosques de Cuba, abundantes manglares y lagunas, lugar que es también hogar del pájaro carpintero real, la cotorra cubana, el gavilán caguarero o el manatí.

 

Desde el centro de visitantes, situado al este de la comunidad de Recreo, cinco kilómetros al oeste del Río Nibujón, se pueden completar hasta tres recorridos distintos, siempre con guía profesional obligatorio. El Sendero Balcón de Iberia, más exigente con sus 5 kilómetros, lleva hasta distintas cascadas y piscinas naturales, mientras que el Sendero El Recreo conduce a lo largo de 2 kilómetros por la bahía, con su cayo, sus playas de arenas blancas y su arrecife de coral. A este último se le puede añadir el Circuito Bahía de Taco, una travesía en barca por la ensenada y los manglares. 

 

Hotel:

– Villa Maguana: http://www.villamaguana.com/

 

Guías:

– Moon Cuba (en inglés): la más recomendable.

– Lonely Planet (en español)

(Cuba, 2009)

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