PHIL SPECTOR

Phil Spector, un muro de sonido frente al mundo

         Hasta ahora pasaba por ser el productor más reconocido de la historia del rock’n’roll, el único que llegó a trabajar con Elvis Presley -en Elvis Is Back-, los Rolling Stones -en su primer disco- y con los Beatles -en su último álbum, Let It Be-. Siempre se le recordará como el responsable del muro de sonido.  

Ahora es también una de las innumerables víctimas del rock’n’roll, después de haber sido acusado del asesinato de la actriz Lana Clarkson en su propia mansión de Los Angeles. Tras pagar una fianza de un millón de dólares, acaba de contratar al abogado que salvó de la cárcel a O. J. Simpson, pero ya no podrá terminar el disco de Starsailor que estaba produciendo, el primero en 22 años.  Con las pistolas no se juega, pero Phil Spector sí: tiene más de un antecedente con las estrellas del rock. Ésta es parte de su increíble historia.

Harvey Phillip Spector nace el 26 de diciembre de 1940 en el Bronx, Nueva York. Con diecisiete años entra en The Teddy Bears y graba un single que llevaba en la cara B “To Know Him Is To Love Him” -“Conocerlo es amarlo”-, que toma como título la inscripción que su madre había escrito en la tumba de su padre. Un pinchadiscos de Fargo, Dakota del Norte, le da por pinchar esa canción y, a los pocos días, Phil Spector llama incrédulo a un distribuidor de Minneapolis que le pedía 18.000 copias del single para saber si se trata de una broma. Es el principio de su increíble historia. La fiebre se extiende y la canción llega al millón de copias. El disco genera 20.000 dólares de la época, pero alguien se escapa con 17.000. The Teddy Bears se convierte en el primer y último grupo del que Spector forma parte.  

Aún así no las tenía todas consigo. Sin dinero para entrar en la Universidad, se convierte en periodista que cubre juicios en los tribunales. Como su madre le había enseñado francés, intenta entrar en las Naciones Unidas. La noche antes de la entrevista se va con sus amigos músicos de juerga y nunca se presenta. Compone “Spanish Harlem” y a los 19 ya es ejecutivo de Atlantic Records.  

A partir de ahí comienza su época durada, la que le lleva a ser el productor de referencia de los 60. Si hablamos con propiedad, Spector no es estrictamente un productor, sino un músico que quería abarcarlo todo en lo que respecta a sus canciones. Escribe la letra y la música, busca a los músicos que las interpretaran, las graba con todo lujo de medios durante sesiones maratonianas y las edita en su propio sello. Salvo la manufactura de los discos y la distribución, cubría todo el proceso. 

Su táctica es editar un único single cada cierto tiempo en el que pone todo su empeño, mientras las otras compañías editaban diez o quince al mes, esperando que al menos uno tuviera éxito. Su perfeccionismo está documentado. Larry Levine, su ingeniero de sonido entonces, llegó a declarar: “No quise saber nada de él después de aquello. Nos tenía trabajando en una ínfima parte de una canción día y noche durante meses.” Por su parte, Jeff Barry, uno de sus colaboradores habituales, reconoció que le obligaba a tocar la pandereta semanas enteras para lograr un sonido en concreto. 

Como su método es muy especial, funda con Lester Still el sello Philles Records, tomando para el nombre la primera parte de los suyos. Poco después le compra su parte en la compañía por 60.000 dólares, cantidad que nunca le entrega. Still lo demanda y el juez le obliga a entregarle los derechos de autor de su siguiente single, seguro del éxito del mismo. Como venganza, Spector graba la canción “(Let’s Dance) The Screw”, en el que se repite el estribillo durante doce minutos, le da el número 111 de su catálogo y edita una sola copia que le hace llegar directamente a la puerta de la casa de su antiguo compañero.  

Aquellas legendarias grabaciones de los 60 dan forma a lo que se llamó muro de sonido. Se trata de canciones con percusiones atronadoras, eco generoso, coros prominentes y gran cantidad de cuerdas, saxofones y voces humanas. La revista Rolling Stone las llamó “canciones que duran tres minutos y eternamente.” Phil Spector las consideraba, simplemente, “pequeñas sinfonías para los chavales.”

Tan seguro está Spector de sus canciones que, cuando les muestra a los Righteous Brothers lo que sería su nuevo single. “You’ve Lost That Lovin’ Feelin’”, uno de ellos le pregunta qué hace mientras el otro cantaba la primera estrofa. La respuesta de Spector, sin inmutarse, es: “Puedes ir directamente al banco.” 

En otra ocasión, mientras graba “There’s No Other Like My Baby” para las Crystals, Spector apaga las luces del estudio y las sienta allí en la oscuridad, con la intención de obtener una atmósfera más romántica. “Lo malo es que estuvimos así cerca de dos semanas,” recordaba una de las vocalistas. 

En 1966 Spector cierra su sello. Como razón principal argumenta que no estaba contento de la recepción que ha tenido “River Deep Mountain High”, cantada por Ike y Tina Turner, que él considera su cima creativa. Lo cierto es que, al mismo tiempo, el mercado de singles empieza a decaer y los LPs son ya el principal formato de expresión del rock. Phil Spector nunca se encontró cómodo con los discos de larga duración y sólo graba uno digno de todas las antologías: A Christmas Gift For You From Phil Spector

A partir de ese momento, además de producir a otros artistas, su leyenda crece con amenazas a punta de pistola a Stevie Wonder o su mujer, Ronnie Spector -antes conocida como Verónica Bennett-. En su reciente autobiografía, Ronnie mantiene que la tenía prisionera en su mansión. Cuando se iba de gira con las Ronettes, Phil la llamaba cada noche y le pedía que dejara el teléfono descolgado en la almohada, para que pudiera oírla durante toda la noche. Según Ronnie, Phil le regaló un coche deportivo e hizo que fabricaran un maniquí con su figura para colocar al lado de ella en el asiento delantero y, además, encargó un ataúd de oro con cubierta de cristal para poder vigilarla después de muerta. Por si fuera poco, dos de los tres hijos que adoptó con ella -Gary y Donté- lo han acusado recientemente de someterlos a abusos sexuales en su infancia.  

En 1970 John Lennon le pide que produzca el que sería último disco de los Beatles, Let It Be. Paul McCartney nunca quedó contento con el resultado, ya que sonaba más a Spector que a los Beatles, con voces femeninas -por vez primera en un disco de The Beatles- y abundantes orquestaciones. En concreto, su queja se centró siempre en “The Long And Winding Road”, que pensaba que había sido arruinada por Spector. A pesar de llegar al número uno de las listas, Paul siempre renegó de ella y ahora tiene la intención de publicar en los próximos meses aquellas canciones sin la sobreproducción de Spector. 

Con John Lennon se lleva mejor y produce buena parte de sus discos. Sin embargo, durante las sesiones de RockNRoll, las drogas y el alcohol hacen su efecto: en una de aquellas sesiones, Spector llega a disparar todo un cargador contra el techo del estudio. Cuando acabó, Lennon le dijo: «Phil, si quieres matarme, mátame, pero no jodas con mis oídos que los necesito».  

En el 78 produce Death Of A Ladies’ Man, uno de los grandes discos de Leonard Cohen. El resultado, comentaba Cohen, no justificaba los medios. “Tuve que tragar con toda su megalomanía y enfermedad, así como una devoción por las armas que era intolerable. En una ocasión puso su mano en mi hombro y una pistola en mi cuello y me dijo: “Leonard, te quiero.” Todo lo que pude responder fue: Espero que sea así, Phil.”” 

La última de sus grandes producciones es el disco End Of The Century de los Ramones, tal vez el más pop de su carrera. Tampoco fue fácil. Según los Ramones, Spector los encerraba en su mansión durante días. Un día sacó su arma y apuntó directamente al corazón de Dee Dee. “No vais a ningún lado, nos dijo. A continuación se sentó al piano y nos hizo escuchar su interpretación de “Baby I Love You”, que luego aparecería en nuestro disco, hasta las cuatro de la mañana. Era un anfitrión sin piedad,” comentó Dee Dee. “Sólo guardaba su pistola si sabía que sus guardaespaldas controlaban la situación.” Johnny, por su parte, aseguró que pasó 10 horas seguidas trabajando en la primera nota de «Rock’n’Roll High School». Parece ser que el disco se terminó con músicos de estudio, una vez que todos, menos Joey, abandonaron la esperpéntica grabación.

En aqullos años también quiso producir a Martha Davis, cantante de The Motels, después de escuchar una versión de ella de «He Hit Me (And It Felt Like A Kiss)» que Spector grabara con The Crystals. Su táctica para convencerla: ponerle una pistola en la sien de su hija. Aún así, no hubo acuerdo. 

También hubo un intento de que regresase a los estudios produciendo a Celine Dion. Pero Spector no quería que nadie se entrometiese en el trabajo, así que lo despidieron y llamaron a otro productor, Jim Steiner, admirador del trabajo de Spector. Tanto, que llegó a afirmar: «Es mi Dios, mi ídolo. Que me insulte es un gran honor. Si me escupe, me sentiré purificado».

En las últimas semanas había vuelto a los estudios con Starsailor, con los que grabó seis canciones, aunque sólo dos llegaron a aparecer en su segundo disco, Silence Is Easy. En cartera tenía esperando producir a The Vines y Coldplay, pero ya no podrá ser. Sus amenazas del pasado y su leyenda han podido más que el genio.

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