ULTRASONICA ARTÍCULOS 1997 JANIS JOPLIN

ULTRASONICA ARTÍCULOS 1997 JANIS JOPLIN

Ultrasonica e-zine :: Xavier Valiño

ARTÍCULOS 1997


Janis Joplin, el blues en la voz

 

 

Para muchos, Janis Joplin no es más que un nombre en la lista de los muertos más alabados en la historia del rock. Por eso colecciones como Absolute, que ahora se publica, pueden servir para hacerle justicia o para descubrirle a alguien su privilegiada y castigada voz.

 

A menudo sólo se habla de ella como parte de ese club de inmortales de los años 60 -Brian Jones, Jimi Hendrix, Jim Morrison- que chocaron y se quemaron junto con la década que los hizo famosos. Tema para un buen puñado de libros, artículos y biografías, sus canciones suelen quedar en un segundo plano para centrarse en su estilo de vida, su imagen de mujer dura, el alcoholismo, sus escarceos amorosos y su adicción a las drogas. Su conducta era una actitud manifiesta contra la hipocresía de la sociedad conservadora en la que vivía. Bajo lo evidente, lo vendible, había una persona extremadamente sensible, y eso es lo que realmente importa.

 

Lo esencial de su carrera musical, si se toma como punto de referencia sus años con Big Brother & The Holding Company, duró escasamente cuatro años. Sin embargo, durante ese tiempo creó un trabajo magnético que supera sobradamente lo negativo que se escribió sobre ella y sobrevive al recuerdo de lo que fue y de lo que podía haber llegado a ser.

 

 

En su Texas natal, 17 años después de su nacimiento en 1943, ya estaba recorriendo los escenarios del circuito folk. Su estilo, profundamente influenciado por artistas de blues que tuvieron vidas igualmente problemáticas como Bessie Smith o Big Mama Thorton, fue el que convenció a la banda para reclutarla como la cantante ideal para dar vida a un hermoso proyecto de profundo blues eléctrico.

 

Lo demás es historia. Su primer disco con Big Brother y su famosa actuación en el Monterrey Pop Festival en el 67. El segundo en el 68, llamado Cheap Thrills. Poco después, un nuevo grupo, The Kozmic Blues Band, con los que lanzó I Got Dem Ol’ Kozmic Blues Again Mama en 1969. El álbum en directo Raise Your Hand, también en el 69. Una nueva banda, The Full Tilt Boogie Band, con los que grababa su nuevo disco Pearl cuando murió de una sobredosis de heroína en el Motel Landmark de Hollywood, el 4 de octubre de 1970.

 

Al igual que había sucedido con Sam Cooke, su primer número uno le llegó después de muerta, con "Me And Bobby McGee". Aunque lo verdaderamente importante es que, desde entonces, su influencia ha sido decisiva en varias generaciones y, al igual que sus compañeros en el club de inmortales de los 60, nadie ha conseguido hacerle sombra.

 

Xavier Valiño

ULTRASONICA ARTÍCULOS 1997 HECHOS CONTRA EL DECORO

ULTRASONICA ARTÍCULOS 1997 HECHOS CONTRA EL DECORO

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Hechos contra el decoro, puro mensaje

 

    

 

Esan Ozenki es el sello vasco que en su día montaron la gente de Negu Gorriak, más concretamente Fermín Muguruza. Hace dos años comenzaron su aventura internacional como una tímida aventura al editar los discos de los argentinos Todos tus muertos y los italianos Banda Bassotti.  El año pasado tuvo su continuidad con la edición de los trabajos de las suizas Wemean y un recopilatorio italiano a favor de la libertad de expresión, con bastante que ver con la condena que sufrieron los propios Negu Gorriak por hablar del coronel Galindo en una de sus canciones.

 

Tal y como nos podíamos imaginar, Fermín y su gente siguen luchando desde las barricadas. Así que ahora han decidido dar personalidad y autonomía propia al sub-sello Gora Herriak con la edición nada menos que de cinco nuevas referencias, todas con una línea definida: los franceses Zebda, los argentinos Todos tus muertos  -de nuevo-, los cubanos Garaje H, la conexión gallego-vasca Nación Reixa y los más internacionales Hechos contra el decoro.

 

"Hacer de cada canción un discurso consecuente" es la máxima de Hechos contra el decoro, grupo que nace a comienzos del 95 en la trastienda de un bar madrileño, y cuyo deseo es comunicar a través de la música las inquietudes que tienen sus componentes. Argentinos, napolitanos, sicilianos y madrileños conforman una banda de nueve componentes que modelan desde el barrio de Vallecas una mezcla de ritmos y sentidos, un inquieto mestizaje que fusiona el hip-hop con el ska, el funk con el samba, el acid-jazz con el raggamufin’, el sabor latino con el compromiso social…

 

Su Rabiamuffin es un huracán rítmico, un viaje alrededor del mundo a través de la música entendida como código, como vehículo de comunicación y agitación de las conciencias de la gente. Para muestra, uno de sus estribillos: "Aquí Radio Rabiamuffin, la emisora antagonista, la onda antimperialista. Aquí Víctor Jara canta rap, Carlos Puebla es el MC de esta roja hip-hop jam. Denunciar, proclamar, la resistencia extender. Cortocircuitar la gran máquina del poder…"

 

Panfletarios, sí, pero conscientes de ello. "Hablamos de lo que para nuestra vida es importante; si la gente lo entiende como un panfleto nos parece bien, porque sirve para que la gente actúe, que es lo que nosotros pretendemos. Cuando escribimos una letra queremos dejar bien claro el mensaje, provocar una reacción". Y por si te quedaba alguna duda, otro de sus estribillos: "Democracia del mercado, democracia de la cal, el Estado de derecho, el derecho de los GAL".

 

Xavier Valiño

ULTRASONICA ARTÍCULOS 1997 GENE

ULTRASONICA ARTÍCULOS 1997 GENE

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Gene, desde el abismo

 

 

Puede no parecerlo, pero corren tiempos engañosos para estar en una de las llamadas bandas independientes. Ciertamente, editar tu segundo disco oficial  después de la fiebre del platino en la era Oasis debe hacer que tu banda pop con recursos superiores a lo habitual experimente lo que significa ser un hambriento periquito. Tal y como están las cosas, se trata de una cuestión de tener éxito o morir.

 

Desde luego que Gene no viven de las ilusiones. Drawn To The Deep End  es un álbum perseguido por el espectro de la derrota. Se puede ver en los títulos de las canciones -"¿Dónde están ahora?", "Podríamos ser reyes", "Traje de pelea", "Sálvame, soy tuyo", "(Qué alguien me hable!"-  e incluso en su título, Arrastrado a lo más profundo. Después de todo, sabemos lo que ocurre allá abajo. Uno se ahoga o nada. O, si tienes tu Diploma en Supervivencia, peleas en pijama con el agua durante 45 minutos.

 

Este disco empieza con tal seguridad y brillantez que parece que va a ser el tour de force que Gene siempre nos habían prometido. "New Amusements" es una apertura audaz, compleja, un melancólico viaje repleto de silbidos y voces fantasmales, en el que Martin Rossiter da la interpretación de su vida, insistiendo en que "trato de sentir cosas que nadie ha sentido nunca" -aunque hay que reconocer que los Boo Radleys hacen esto con más aplomo-. Por una vez, la sombra de Morrissey se aleja y hasta puede parecer que tienen personalidad propia, algo que el guitarrista de Gene domina bastante bien desde un principio.

 

 

Le sigue el triunfante toque de trompeta de "Fighting Fit", aunque desde aquí en adelante queda claro que no estamos ante una reinvención como la de los robustos Suede, a pesar de que Gene se empeñan en distanciarse de los últimos petimetres del pop. Y es cierto que lo hacen bastante bien: Martin Rossiter es el único cantante capaz de arrastrar baladas dramáticas como la espléndida "Save Me, I’m Yours" o "Speak To Me Someone". Aunque por cada una de ellas tenemos que tragar con cosas tan insustanciales como "I Love You, What Are You?", "Voice Of The Father" o "Sub Rosa".

 

Contrariamente a lo que piensa Martin Rossiter, Gene no son la mejor banda del mundo, pero es que tampoco lo necesitan. Si éesa es su aspiración, tendrán que conformarse con estirar el cuello mientras miran en la dirección de otros cuyas alturas nunca podrán alcanzar, pero también es cierto que son mucho mejores de lo que sus detractores nos quieren hacer creer. Todavía tienen que aprender la diferencia entre arrogancia y confianza y cómo poner los dos conceptos de acuerdo, aunque, tal y como demuestran con su intenso directo y más de una canción, se están acercando. Tal vez con el tercer intento…

 

Xavier Valiño

ULTRASONICA ARTÍCULOS 1997 GRUPOS GALESES

ULTRASONICA ARTÍCULOS 1997 GRUPOS GALESES

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Londres 0 – Cardiff 4

 

 

Parodiando aquel título del primer disco de The Housemartins (London 0-Hull 4), podemos acercarnos a una de las realidades del  96: la definitiva explosión del pop galés. Por supuesto: tanto en Escocia como en Inglaterra no dejan de salir nuevas bandas, pero apunta estos nombres por si aún tenías alguna duda: Manic Street Preachers, Jack, Catatonia, Super Furry Animals, Gorky’s Zygotic Mynci, 60 Ft Dolls…  Crucemos el Severn Brigde, el puente que los separa de Inglaterra y veamos.

 

Podemos tomar ese lugar como el principio. Desde que el guitarrista, letrista e ideólogo de los Manic Street Preachers, Richey James, desapareció en ese puente la mañana del 1 de febrero del 95, nada volvió a ser igual. El trío restante se retiró a Gales y volvió con su mejor disco, Everything Must Go, que es, también, lo mejor del 96.

 

Un disco emocionante y arriesgado, con una poderosa sección de cuerda y unas estructuras mucho más clásicas, que aún conserva seis textos de su antiguo compañero Richey James, aún sin aparecer. El homenaje al amigo ausente está en "No Surface, All Feeling", la canción que cierra el disco y para la que se utilizó la maqueta que los cuatro grabaron pocos días antes.

 

Los Manic pasaron de su Blackwood natal, en los valles mineros galeses, a ser considerados como los Clash de los 90 gracias a su rock incendiario y de proclamas  políticas. Después de su debut con el single "Suicide Alley" en el 89, llegarían los discos Generation Terrorists, Gold Against The Soul y The Holly Bible. A principios del 96 el trío Nicky Wire, James Dean Bradfield y Sean Moore decidieron continuar adelante sin Richey James, aunque utilizando algunas de las 50 letras que éste dejó escritas.

 

Además colocaron en todas las emisoras un himno ya clásico, "A Design For Life": "Las bibliotecas nos dieron poder. Luego vino el trabajo y nos hizo libres. ¿Qué precio tiene ahora un poco de dignidad? Ojalá tuviera una botella, aquí en mi sucia cara, para llevar las cicatrices y mostrar de dónde vengo. No hablamos de amor, sólo queremos emborracharnos. No nos dejan gastar y nos dicen que es el final". ¿Qué se puede hacer después de escribir algo así? Difícil papeleta.

 

Una de las sorpresas del año es la banda Jack, surgidos en Cardiff. Una banda al margen de referencias simples y que es uno de esos casos atípicos que aparecen cada año. Un grupo que presenta su disco Pioneer Soundtracks como la banda sonora perfecta para un viernes por la noche, desde el anochecer hasta el amanecer, comenzando en la punzante "…Of Lights" y rematando con la resaca de "Hope Is A Liar", no puede ser cualquier cosa. Más aun teniendo en cuenta que abren su disco cantando: "estas son hermosas canciones para criaturas feas" en "…Of Lights", y que luego continúan con una serie de tres canciones inolvidables: "Wintercomessummer", "White Jazz" y "Biography Of A First Son".

 

Vienen de la mano del selecto sello Too Pure, el mismo que descubrió a P J Harvey o Moonshake, tienen el grado de pasión descontrolada que se necesita, las influencias del genio de Scott Walker y a su productor Peter Walsh, los exquisitos arreglos orquestales de Jimmy Webb, la tristeza fingida de los Tindersticks y la pasión de Marc Almond. Comandados por Matthew Scott y Anthony Reynolds, son tan iconoclastas que hasta se disfrazan de torero para la portada de su disco.

 

 

Catatonia también se revelaron en el año 96, aunque lo suyo es algo más asimilable. Tal vez hayamos olvidado a los Primitives o los Darling Buds -quienes, por cierto, también eran galeses-, pero Catatonia están aquí para recordárnoslos. De todas formas, lo suyo tiene más matices, y no se limitan a ir a piñón fijo como aquellos, en la onda de los Blondie más rockeros, o tras la pista de los últimos grupos con chica al frente y recuerdos de la nueva ola -Echobelly, Sleeper-, sino que son más aprovechables.

 

Al lado de veteranos de la escena de los pubs galeses, destaca su rubia cantante Cerys Matthews, que encabeza esta nueva formación que va del punk -"Bleed"- a la balada al estilo "Je T’Aime" -"Dream On"-, pasando por cortes en la onda Stone Roses -"You’ve Got A Lot To Answer For"- o himnos a lo Radiohead -"Painful"- todo ello en su disco debut Way Beyond Blue, producido por las manos expertas de Stephen Street.

 

 

Si Catatonia ya introducen una canción en galés, eso no es nada nuevo para la gran revelación de la temporada en las Islas Británicas, Super Furry Animals, el grupo por el que todos los músicos pierden la cabeza este año, y que cantan indistintamente en los dos idiomas. Llevaban un tiempo recorriendo los garitos de su país y habían grabado dos singles en galés para la compañía Ankst Records, cuando Alan McGee, el dueño de Creation Records, les ofreció grabar su primer disco. Desde entonces Noel Gallagher ya tiene otro grupo para mencionar entre sus favoritos.

 

En Fuzzy Logic es difícil diferenciar lo que es un simple chiste de lo que realmente tiene una intención, pero estos chiflados son así. "God! Show Me Magic", "Something For The Weekend" y "If You Don’t Want Me To Destroy You", sus tres singles, son una de las mejores colecciones del 96. En la portada de su disco, varias fotos de un camello galés famoso en los 70 que pasó una buena temporada entre rejas -Howard Marks-, y en su estrías sintetizadores con sonidos galácticos, acordes de glam, flautas y guitarras en vena. Para despedirse del 96 lanzaron "The Man Don’t Give A Fuck", la canción que más veces en la historia -hasta cincuenta- repite la palabra ésa que consigue que prohíban cualquier disco –fuck– y que contiene el primer sampler que Steely Dan autorizan de una canción suya, concretamente "Show Biz Kids".

 

 

Igualmente pirados están los componentes de Gorky’s Zygotic Mynci. Da igual que canten en inglés o galés, porque nadie sabe lo que quieren decir en su letras. Tal vez las sustancias alucinógenas ayuden lo suyo. Lo cierto es que tanto en Bwyd Time como en sus dos discos anteriores pasan de Kraftwerk a XTC, de Syd Barret a The Fall, de Soft Machine a los Beach Boys con una facilidad que sólo tienen Mercury Rev. El cuarteto de Camarthen tienen claro dónde acaba y empieza cada canción, pero no tanto lo que ponen en el medio.

 

Todo el mundo cita, al lado de su nombre, al de Brian Wilson. Y no es que traten desesperadamente de sonar extraños. Al igual que el líder de los Beach Boys en la época de Pet Sounds o Smile, les encanta introducir toda clase de experimentos y sonidos en sus grabaciones. La única diferencia es que Brian Wilson lleva casi tres décadas intentando volver a ser el mismo y estos galeses acaban de cumplir los 20.

 

Quedan para el final 60 Ft Dolls, tal vez los más normalitos del grupo. Lo suyo es rock para corear en el pub, en una línea que está tan cerca de Ash -aunque con diez años más- como de los Wildhearts. El trío no se complica la cabeza en su primer disco, The Big 3. Escuchar "Stay", tal vez su canción más evidente, ayuda a comprender la trilogía a la que se deben: amor, lujuria y alcohol. Cualquier otra cosa es un accesorio innecesario. En su magnífica simpleza demuestran predilección por Alex Chilton o los Yardbirds. Rápidos y directos, ellos son un ejemplo distinto de lo que hoy en día se cuece en el País de Gales, lo que quiere decir que hay para todos los gustos.

 

 

Gales ataca!!!

 

  

Eran los Super Furry Animals los que decían aún hace poco que "hay un cantante galés de ópera llamado Bryn Terf (Tom Jones), hijo de un pastor, que está jodiendo a lo largo y ancho del mundo y canta en alemán, italiano, inglés y en los más diversos idiomas, y todo el mundo en Gales está orgulloso de él. Nuestro propósito es hacer lo mismo y ganar el mismo respeto."

 

Bien, parece que la primera lección está bien aprendida. La nueva hornada de grupos galeses, que lo único que tienen en común es haber grabado en la misma época y puede que una pasión evidente por Brian Wilson, saben ya que lo que lo primero que hay que hacer es demostrar el respeto por sus mayores. Lo malo del asunto es que poco más que Tom Jones han legado durante estos cuarenta años al pop internacional. Por eso han de volver su vista a los Beach Boys o a cualquier otra cosa que tenga los alucinógenos como inspiración.

 

Además, los escoceses siempre han tenido mayor repercusión en los medios y, justo es decirlo, bandas más interesantes. Y éstos no son más que una segunda división respecto de los ingleses, que lo devoran todo desde su capital Londres, donde están los medios y las compañías. Así que, igual que por estos lares, si quieres labrarte un futuro, empieza a hacer tus maletas y coge el primer tren para la capital.

 

Lo bueno del 96 para el País de Gales es que empieza a haber una escena y, por primera vez, los ejecutivos de las compañías han tenido que desplazarse en esa dirección. En el último año, todas las grandes multinacionales americanas han fichado al menos a un grupo galés. Incluso hay quien habla de la escena de Newport, una ciudad gris de 100.000 habitantes, a un cuarto de hora de la capital galesa, Cardiff, como la nueva Seattle. Y más que por el tipo de música, que nada tiene que ver con el grunge, por la cantidad de bandas que hay y por su insospechada calidad.

 

Le llaman la New Jersey galesa y todo lo que se puede hacer en la ciudad es tomar una pinta en el pub de la esquina. El ser una ciudad de trabajadores repleta de jóvenes viviendo del paro no hace de Newport algo único, aunque puede que sea la razón de que hayan aparecido tantos grupos reclamando su propia estima en voz alta y con música potente. Según dicen, lo único que cuenta es estar en un grupo o, por lo menos, aparentar que están en un grupo y hablar de música. No se trata de algo idealizado, sino de una necesidad física.

 

Por primera vez en varios discos que encuentran repercusión más allá del  Severn Bridge se pueden escuchar canciones en galés, y nadie se extraña. Después de los ya consagrados, algunos de ellos con un único disco, el relevo está garantizado. Apunta estos nombres porque los próximos meses son suyos: The Stereophonics, Novocaine, Dub War, Flyscreen, Ether, Big Leaves, Disco, Five Darrens, Suck, Llaetheg, Rolleroo, Ectogram…

 

Xavier Valiño

ULTRASONICA ARTÍCULOS 1997 FINLEY QUAYE

ULTRASONICA ARTÍCULOS 1997 FINLEY QUAYE

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ARTÍCULOS 1997


Finley Quaye, tío soul

 

 

Te puedes imaginar el sonido cuando descubres que se trata del disco de debut del tío de Tricky.  Paranoico. Melancólico. Ambiental. Un turbador y oscuro apéndice del trabajo de su tío. ¿Sí?

 

No. Finley Quaye puede venir del mismo entorno de Bristol que el Príncipe de la Oscuridad -Tricky, claro-, pero su inspiración está recubierta de optimismo rociado con la luz del sol. No se trata tanto de la tensión pre-milenio, sino más bien de la ascensión pre-milenio. Si en unos meses no se hace dueño de las listas es porque una explosión nuclear ha cambiado el humor de la gente.

 

Maverick A Strike es como las sorpresas habituales en otros tiempos, un disco de fusión reggae que encandila. Parte del mérito es de la voz resbaladiza de Quaye, a veces ligera y otras grave, en un inacabable sollozo soul. Y, a pesar de todo, su mensaje es a la vez de esperanza y romanticismo infinito. "Sunday Shining", su presentación, tiene todas las marcas del éxito: una mezcla de reggae, dub, jazz y guitarra de aire indie casados con la voz exquisita y ligera de Quaye.

 

 

Lo que no significa que este primer intento sea una victoria total: "Ultra Stimulation", por ejemplo, no es la mejor de las posibles entradas, sonando algo así como los recién reanimados UB40 con unas gotas de dub. Mucho mejor es el segundo corte, "It’s Great When We Are Together", un soul repleto de bajos burbujeantes y cuerdas sombrías junto a la delicada voz de Finley Quaye. Si Marvin Gaye hubiera veraneado alguna vez en Jamaica, ésta hubiera sido su tarjeta postal ideal.

 

Las dos terceras partes de Maverick A Strike se bañan con descaro en las aguas del reggae blanco. "The Way Of The Explosive" es como los Police de "Ghost In The Machine", con sus guitarras al estilo de Andy Summers. Esos son los peligros de hacer un disco con aroma de reggae que se quiere que suene en las emisoras.

 

Hay pequeñas ráfagas del caos de la ciudad y de las pesadillas urbanas, pero mientras las viñetas de Tricky atrapan todo el peso de sus amenazas peligrosas, las de su sobrino parecen haber pasado por una cura de sustancias que producen locura y felicidad instantánea. Incluso el principio de "Your Love Gets Sweeter" no es otro que "Baby You Put Your Love On Me": barre a cualquier otro estribillo playero y consigue que hasta el más cínico de los corazones fríos muestre su sonrisa como un mocoso de cinco años.

 

Xavier Valiño
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