CAMPUS GALICIA ARTICULO KINKS

ARTÍCULOS 1999

TheKinks, reedición de unos clásicos

¿Quétienen en común, pongamos por caso, Van Halen, The Raincoats, Mot The Hoople,The Pretenders, The Fall, The Jam, Big Star, Blur, Elvis Costello, Herman’sHermits…? Nomucho, a no ser que todos han hecho versiones de alguna canción escrita en sudía por Raymond Douglas Davies, por supuesto. El repertorio de los Kinks delos años 60 es tan variado y de tal alcance que ha conseguido tener unaamplia variedad de grupos como fans. Y en el caso de The Jam o Blur le debengran parte de su razón de ser.

Labanda surgió en medio de la invasión británica de los 60 con ruidosascanciones rock, que contribuyeron a cimentar las bases del heavy-"You Really Got Me", sin ir más lejos-, pero pronto seconvirtieron en un combo de canciones nostálgicas dedicadas a reflejar elmundo londinense de aquellos años, y todo ello sin estar en sintonía con elresto del mundo musical de por aquel entonces: tan sólo Donovan estaba tambiénfuera de juego, pero Ray Davies tenía un oído más preparado para las melodíasy unas letras mucho más clarividentes.

Cuandola banda comenzó con una serie de singles de éxito que incluían "YouReally Got Me" y "All Day And All Of The Night", parecía queestaban en la cima del mundo y que habían nacido para quedarse allí. Losproblemas echaron a perder tan benévolos presagios incluyendo, en el caso deRay, crisis nerviosas, pérdida de inspiración y problemas con la bebida. Y,a pesar de todo, consiguieron legar a su compañía de discos, la máspreocupada por sacarle un rendimiento instantáneo, y al mundo entero, cincodiscos ya clásicos y un buen puñado de singles en menos de tres años.

Esosson los cinco discos que ahora se reeditan gracias a la colaboración entre susello original Castle y Mastertrax: TheKinks, Kinda Kinks, The Kinks Kontroversy, Face To Face y SomethingElse By The Kinks. Y la mejor noticia es que todos doblan su duraciónoriginal, incluyendo rarezas, caras B y versiones que no aparecían en lasediciones originales, aunque se respetan las portadas que antes tenían y sele incorporan unos acertados comentarios.

Puedeque los tres primeros no pasaran de ser colecciones de singles -excelentes,eso sí-, pero a partir del cuarto, en 1966, The Kinks empezaron a hacerdiscos completos, al igual que los Beatles, los Beach Boys o los RollingStones, en una época en la que se hicieron muchos discos grandiosos yatemporales, con forma de declaraciones íntegras más que una simple colecciónde singles de éxito con algún que otro relleno.

Para probarlo están las canciones, que fueron ganando en profundidad a medida que pasaban los meses y que el éxito les rondaba. Y todo coincidió con los problemas: su hermano Dave empezó a buscarle un sustituto a Ray en la banda, las giras eran una tensión continua dentro del grupo, su compañía no se preocupaba más que por los beneficios instantáneos y su productor Shel Tamy tenía que bregar con los intentos de Ray de hacerse con el control tras la mesa de producción.

Así que, a medida que su vida personal iba cayendo en picado, sus letras empezaron a reflejar este peso, mostrando las depresiones del principio y buscando alguna forma de escapar más tarde, con el sonido mirando hacia los "viejos y buenos tiempos".

Cuando a Ray Davies le preguntaban por la melancolía de sus canciones, él respondía diciendo que no lo hacía por fastidiar, sino porque en todo el mundo encontraba la misma debilidad que él sentía. "Dellicated Follower Of Fashion" o "Well Respected Man" demuestran que Ray aprendió, poco a poco, a darle un severo repaso a las clases medias, y en ello basó buena parte del resto de su producción: de la frustración personal a su madurez como compositor sólo medió un paso.

Aunque el grupo empezaba a mostrar síntomas de sofisticación con The Kinks Kontroversy, su material realmente valioso llegó con Face To Face, cuando comenzaron a mezclar sus raíces rhythm’n’blues con escalas indias, folk, el music hall y la colaboración del clavicordio de Nicky Hopkins -también asiduo en las grabaciones de los Rolling Stones-.

Con Something Else By The Kinks dieron lo mejor de esta su primera etapa, un paso de gigante en términos de elegancia y consistencia. No hay más que escuchar el acertado relato de idolatración escolar que es "David Watts" o el dardo certero de "Harry Rag", que ahora se recogen junto a cortes extra tan exquisitos como "Wonder Boy" o "Autumn Almanac".

Ironías de la vida, sus más brillantes capítulos junto a la banda a la que Ray Davies dedicó toda su existencia se reeditan al mismo tiempo que aparece su primer disco en solitario después de 34 años, The Storyteller, un disco digno, pero que no pasa la prueba de las comparaciones, ni siquiera lo debería intentar. Ray Davies se lo ha ganado a pulso.

Xavier Valiño

CAMPUS GALICIA ARTICULO FADO

ARTÍCULOS 1999

Fado, el canto de la ciudad blanca

En las serpenteantes rúas de los barrios más tradicionales de la ciudad blanca -Alfama, Barrio Alto, Ribeira, Mouraria o Mandrágora-, el alma portuguesa se puede sentir y hasta palpar, al mismo tiempo que su forma más perfecta de manifestarse, el fado, se vuelve reconocible en cada esquina. Las tabernas y las casas de fado se reparten anárquicamente por sus calles y, cuando el sol se oculta, los aficionados se colocan una noche más delante de su público imitando a los grandes clásicos.

“Ni alegre ni triste, un episodio de intervalo”. Así definía Pessoa al fado. Es, también, la tradición sin traducción, tal y como anuncia uno de los varios carteles que salpican esas calles, expresada a través de unas canciones en las que la añoranza, el destino, la tristeza, el sino y la saudade se convierten en los referentes básicos de una cultura popular exclusivamente portuguesa, aunque de alcance universal.

El fado es, tal vez, junto al blues, el flamenco y el tango, la más perfecta comunión íntima entre una música y su lugar de origen. A través de los años se ha convertido en el mejor exponente de la angustia interna, la pasión amarga y la serena melancolía que habita en el alma de los portugueses.

En el siglo pasado la idea del cantador de fados iba asociada a las tabernas, los prostíbulos, la golfería y la imagen de los chulos. No en vano la primera fadista fue una prostituta llamada María Severa, quien, después de muerta a los 25 años, sigue conservando viva su leyenda debido, sobre todo, a sus amores con el Conde de Vimioso a mediados del XIX.

Tras sus orígenes humildes, recolectando influencias árabes y africanas, y su posterior expansión como sublimación de la canción costumbrista popular, espontánea, trágica y algo canallesca, llegó la gran Amália Rodrigues para dignificarlo y llevarlo al resto del mundo, alargando su sombra sobre toda posibilidad de evolución posterior, al igual que Gardel con el tango.

Más adelante, en su versión de Coimbra, el fado se sofistica, entra en contacto con el mundo más lírico de los poetas y se acerca a otros ritmos de raigambre atlántica, como el tango, la milonga o la habanera. Durante décadas continúa estancado, hasta que nuevas voces como Dulce Pontes, Teresa Salgueiro –de Madredeus-, Misia o Bevinda reivindican aquel legado en sus canciones, más en lo que concierne a su sentir que a la repetición de sus esquemas de composición.

Ahora, con el fin de siglo, el fado parece vivir una nueva juventud. Y la colección que ahora se edita, El canto de la ciudad blanca, aprovecha esa situación para intentar ubicar su vigencia a través de treinta y seis canciones en dos compactos en los que hay lugar para casi todas las grandes voces que en el fado han sido a excepción de, por ejemplo, nombres como Lucilia do Carmo o Alfredo Marceneiro.

Por una parte aparecen las grandes damas de la canción portuguesa, como la propia Amália Rodrigues, Hermínia Silva, Maria Teresa de Noronha o Anita Guerreiro. La ortodoxia continua en las voces de Carlos do Carmo, Paulo de Carvalho o Beatriz da Conceiçao.

Algunos rompen con los tópicos de la canción triste, entre ellos Jorge Fernando, Manuel de Almeida, Joao Pedro o Joao Braga, mientras otros lo aproximan más al pueblo: Vicente de Cámara, Tereza Tarouca o Rodrigo. Pero también hay tiempo para los grandes compositores –Paulo, Ferrer Trindade, Max, Raúl Portela o Frederico de Brito- y el reflejo de la evidente relación con los poetas portugueses –Almeida Garret, Pedro Homem de Melo, Alexandre O’Neill o José Carlos Ary dos Santos-.

Tal vez el aspecto más destacable de esta colección sea la traducción de todos los textos al castellano, labor realizada por el español Carlos Pérez Álvaro, que vivió en Lisboa y sigue ligado al país vecino. Se acompaña, también, un breve glosario de términos utilizados habitualmente en las piezas propias de este género.

José Niza, psiquiatra, diputado socialista por Santarem y compositor de fados, se encarga de la erudita presentación. Esta elección tiene su razón de ser: Niza fue el autor de “E despois do adeus”, la canción que dio el pistoletazo de salida a la Revolución de los Claveles, hace ahora 25 años. Se echa en falta, eso sí, información sobre la fecha de grabación de las canciones y una pequeña biografía de cada artista.

El punto y final lo ponen, de nuevo, las palabras de Pessoa: “El fado es el cansancio del alma fuerte, la mirada de desprecio de Portugal al Dios en que creyó y que también lo abandonó. En el fado, los dioses regresan, legítimos y lejanos.”

Xavier Valiño

ULTRASONICA ARTÍCULOS 1998 ALASKA

ULTRASONICA ARTÍCULOS 1998 ALASKA

Ultrasonica e-zine :: Xavier Valiño

ARTÍCULOS 1998


Alaska, arqueología pop

 

 

Nada menos que hasta tres novedades discográficas del clan Alaska se han publicado casi simultáneamente en el breve lapso de tiempo de medio año. Lo de novedades habría que relativizarlo porque, en realidad, la actual formación de Fangoria -Olvido Gara, que es el nombre real de la propia Alaska, y Nacho Canut- parece atravesar un período de escasa creatividad. Y contamos sólo tres si no tenemos en cuenta el disco Delirios de grandeza, un disco recopilatorio más convencional, aunque con algunas curiosidades, publicado también en el curso de los últimos meses.

 

Primero apareció Interferencias, un álbum de versiones de canciones de Adamo, Cecilia, Tino Casal, Mina, Los Vegetales, Adam Ant, Radio Futura y Décima Víctima, a cargo de su más reciente aventura, Fangoria, acompañada de diferentes invitados -Family, Le Mans, Intronautas, Doctor Explosion, Madelman, Iluminados, Heroica y Terry IV-, un disco que resultaba interesante precisamente por los invitados y la elección de los temas repescados.

 

Más recientemente se ha editado El huracán mexicano, con remezclas, remixes, rarezas, caras B y curiosidades que abarcan toda la trayectoria de Alaska en sus diferentes etapas. Lo acaba de editar su antigua compañía, Hispavox, seguramente aprovechando el reciente tirón mediático de la revisitada movida madrileña.

 

Esta segunda iniciativa recorre hasta treinta y cuatro títulos de la diva madrileño-mexicana. Las canciones reflejan primero la pionera etapa popera de Los Pegamoides, en los que militó Eduardo Benavente, mente inquieta que creó luego Parálisis Permanente, antes de fallecer en un accidente de tráfico, víctima del alocado mundo de las giras. Hay también sitio para las aventuras con Dinarama o como Fangoria, incluyendo la versión en inglés de “Bailando”, colaboraciones con Los Nikis o versiones impagables de Los Panchos (”Basura”) o Raffaela Carra (“Rumore”).

 

Y, por último, éste un poco más reciente, aparece Mundo indómito, editado por la inquieta gente del sello Subterfuge, que es, quizás, el más interesante por ser el recopilatorio en el que más se han involucrado los propios interesados. Se incluye dentro de la colección Canciones desde la tumba, una repesca de grabaciones de grupos ya desaparecidos, y lleva el subtítulo Las grabaciones inéditas de Alaska y Los Pegamoides. Lo que se puede encontrar son veintiocho canciones que van desde febrero de 1980 hasta finales de 1982, algunas inéditas y otras más conocidas en su repertorio, en el primitivo formato de maqueta. O sea, tomas domésticas de canciones que marcaron a una generación en una curiosa labor de arqueología pop.

 

Xavier Valiño

ULTRASONICA ARTÍCULOS 1997 ZONA DE OBRAS

ULTRASONICA ARTÍCULOS 1997 ZONA DE OBRAS

Ultrasonica e-zine :: Xavier Valiño

ARTÍCULOS 1997


Zona de Obras, la revista-fanzine

 

 

 

Desde la capital maña, aunque no centrado exclusivamente en esa ciudad, se viene trabajando desde hace más de dos años en una publicación –¿fanzine?- que es, sin duda alguna, una de las más interesantes que se pueden leer por estos pagos.

 

Zona de Obras es responsabilidad principal de Rubén Scaramuzzino, que hace ya más de tres años se estableció en Zaragoza, después de dejar su Argentina natal, para trabajar como diseñador gráfico. Detrás de Rubén, en la dirección, y se supone que prestando apoyo crematístico, está el misterioso Dr. Feelgood, que no es otro que el líder de la banda hispano-argentina de mayor impacto de los últimos siete años, desaparecida recientemente. Piensa un poco y acertarás.

 

Cuando Rubén llegó de Argentina tuvo la idea de elaborar una publicación en la que dar rienda suelta a su creatividad artística, recoger la actividad musical del Estado y de Hispanoamérica y acercar más los dos continentes. Y así nació Zona de Obras, que actualmente cuenta con la distribución en el Estado a través de SURCO y en Argentina y Uruguay por medios propios.

 

         Dado el trabajo de Rubén, el auténtico lujo de esta publicación es su concepción gráfica, absolutamente brillante y a años luz de todo lo que se pueda ver en este tipo de publicaciones y, por supuesto, infinitamente superior a la de las grandes revistas que cuentan con una amplia tirada. Todas las páginas están cuidadas al detalle e, independientemente del gusto personal de cada uno, no se les puede negar originalidad y buen hacer.

 


 

Los contenidos de Zona de Obras conservan la frescura de los fanzines, con alguna particularidad. Para empezar, cuentan con las entrevistas que les apetecen según su gusto musical, con las que pueden competir sin ningún problema con las revistas especializadas -Rock de Lux, Mondo Sonoro, Ruta 66, El Tubo…- y sin caer en la cutrez de bastantes fanzines. Repasemos alguna de estas entrevistas: Antonio Escohotado, Alaska, Mil Dolores Pequeños, Sabino Méndez, Bustamante, El Niño Gusano, Cheikha Rimitti…

 

Pero no se conforman con tener acceso a todas esas bandas, sino que también consiguen que buena parte del mundillo musical colabore escribiendo artículos para ellos. Así, en los últimos números puedes leer lo que piensan o desvarían Manu Chao, Antón Reixa, Kike Turmix, Malcom Scarpa, Félix -Dr. Explosión-, Sergio Algora y hasta el ex-futbolista Miguel Pardeza.

 

Otra nota diferente la pone su redacción en Argentina. Desde allí se elabora la parte dedicada a grupos y artistas sudamericanos, y, gracias a ellos, en sus páginas puedes enterarte de quienes son Massacre, Patricio Rey, Chicos Eléctricos o de las últimas propuestas de Fabulosos Cadillacs, Los Tres, Café Tacuba y Spinetta. O sea, que creen en el rock latino y no como una moda, sino como una realidad que han mamado desde siempre y de la que pueden ofrecer una opinión de primera mano. De cómo se puede elaborar una revista a caballo de dos continentes, con la redacción dividida, es algo que pasa, inevitablemente, por el correo electrónico. Cuestión de modernidades.

 

Pero no todo se reduce a una revista pretenciosa en sus contenidos. Del mundo de los fanzines toman lo mejor: su falta de complejos y prejuicios. Así, junto a lo que ya hemos mencionado, pueden aparecer artículos sobre el heavy estatal -un completísimo dossier por entregas-, autos argentinos de los 70, cine gore, reggae, chamanismo, tatuajes, el Ché Guevara, los dictadores bananeros sudamericanos, el vinilo de siete pulgadas … Muchos de ellos son lo más reconfortante de Zona de Obras, por la duda que presentan: ¿están hechos de cachondeo o son todo un tratado versado sobre la materia? Puro material para el regocijo o la polémica.

 


 

La idea original vino acompañada desde el principio de la edición de un compacto para hacer aún más atractiva su propuesta. Desde entonces,  y cada dos meses, se han dedicado a repasar lo más interesante de los sellos independientes estatales, con un completo informe sobre sus artistas y un disco compacto en el que escucharlos: Triquinoise (n1 1), Subterfuge (n1 2), Munster (n1 3), Siesta y Grabaciones en el Mar (n1 4), Roto (n1 5), Por Caridad y Hall Of Fame (n1 6), Elefant (n1 7), Animal (n1 8), y Zona Bruta, Full On y Yo Gano (n1 9).

 

Además de los nueve números editados hasta el momento, a los responsables de Zona de Obras les ha parecido que no tenían suficiente trabajo -o es que son masocas- y se han decidido a lanzar su propia línea de números especiales monográficos, con una periodicidad semestral. Empezaron por la fiebre futbolera (n1 1), acompañado por un compacto con 27 de los himnos más coreados en los campos de fútbol ingleses, cortesía del sello británico dedicado al tema Exótica Records, que contiene más de una curiosidad.

 

 

Hace poco continuaron con el Especial Amor (n1 2), cargado de sugerentes y divertidos textos, en este caso con un doble compacto en el que aparecen, entre otros, Vainica Doble, Killer Barbies, Club 8, Sergio Makaroff, Joxe Ripiau, Tav Falco, Los Flechazos, Todos tus muertos, Willy Giménez…

 

Y no acaban ahí. El último especial se centra en los años 60, con un doble compacto con atención tanto a los grupos estatales como foráneos, y que inaugura una colección que va a repasar la historia del rock a través de sus cuatro décadas. ¿Quién da más?

 

Xavier Valiño

WILCO

Wilco: el solitario Jeff

 

Más o menos después de las dos terceras partes de esta maratón rústica es cuando todo encuentra su exacto lugar: «No te puedo decir nada que no sepas ya», canta Jeff Tweedy en «Someone Else’s Song», de Being There, y el gesto se asemeja más a un triunfo que a una derrota. Leer más

1 1.228 1.229 1.230 1.231 1.232 1.402