NOSOTRASH

Nosoträsh, cuento de primavera

            Nada más nacer ya tenían un premio en el bolsillo, que las llevó a grabar con una gran compañía. Allí no esperaron a que fueron creciendo con su público, así que tuvieron que aguardar un buen tiempo antes de que otra compañía creyera en ellas y grabar su segundo disco, Mi vida en un fin de semana. 

– ¿Hubo algún momento en el que Nosoträsh llegó a desaparecer?

– Supongo que para mucha gente sí, gente que solamente escucha las radio fórmulas y no lee sobre la actualidad, así que no sé si en realidad es demasiado importante esa desaparición. También imagino que muchos habrán deseado nuestra desaparición, pero nosotras mismas nunca nos lo hemos plantado, simplemente somos lentas por meditativas. 

– ¿En qué momento y por qué razón llegó la nueva oferta discográfica y cómo fue acogida por el grupo?

– Llegó al enterarse Elefant de que no nos renovaban en RCA, y fue acogida con muchísima ilusión y sin ninguna duda. Sabíamos lo que era un sello independiente y sus limitaciones y sus ilimitaciones y nos lanzamos. 

– ¿Qué fue lo mejor y lo peor de vuestra anterior etapa?

– Lo mejor la posibilidad de llegar a un público muy amplio gracias a tener un apoyo de una compañía grande detrás, y lo peor la retirada de ese apoyo muy pronto por no confiar en las posibilidades de ese disco, supongo. Muy frustrante. 

– ¿No os parece poco dos discos en tanto tiempo de vida como grupo?

– Nos parecen los justos para nuestra evolución y características como grupo. Nacimos con apenas historia, y ya estábamos en el punto de mira, así que nos pensamos mucho sacar el primer disco para no hacer una porquería de la que nos arrepintiéramos pronto. Y hoy por hoy creemos que acertamos. Y el segundo se ha tardado casi por lo mismo, también por todo el tema de cambio de discográfica que fue muy tarde, además necesitamos grabar en vacaciones para tener tiempo libre, y eso limita mucho las fechas. 

– Para este segundo disco, ¿hubo algún tipo de replanteamiento o renovación?

– Eugenia, la bajista, dejó el grupo y nos reestructuramos. Montse cogió el bajo, y Malela la guitarra. También nos replanteamos cambiar la idea de producción, por algo más natural y menos perfecto; eso era lo que pretendíamos, al menos. 

– ¿Hubo algún grupo en concreto que influyera en el nuevo disco, bandas a las que antes no prestabais tanta atención?

– No, la música que escuchamos influye de manera muy inconsciente, nunca decimos que vamos a sonar como tal o cual grupo. Además somos muy diferentes en cuanto a apetencias musicales. Creo que las canciones de los dos discos son muy coherentes, implican una avance hacia el mismo rumbo y no un cambio de rumbo. Nuestra música es bastante atemporal, no se ve determinada por lo que se lleva o no. 

– ¿Tenéis ambiciones comerciales u os conformáis con llegar a un tipo determinado de público?

– Tenemos la ambición de que nuestro disco lo oiga el mayor número de gente posible, sin restricciones, y por supuesto sería genial vender, pero no es nuestro objetivo. Queremos que quien se compre el disco sea por un montón de canciones, y si es por una sola se vea sorprendido por el resto, y lo aprecie en su medida sin engaños de radio fórmulas ni anuncios comerciales de bebidas. 

– ¿Crees que una de las mejores cosas que se puede decir de Mi vida en un fin de semana es que es una colección de singles?

– Es halagador, pero prefiero llamarlas canciones sin peros que hacen un disco muy fácil y agradable de escuchar, pero con mucha enjundia y mala leche. 

– ¿Os molesta que se os vea como antecedente de la nueva escena pop estatal?

– No, es halagador ser precursor, pero no lo vemos tan claro. Simplemente fuimos las primeras en hacer algo que a la gente le apetecía oír y lo había apartado un poco de su vida musical: letras en español, coros… Además hay mucha diversidad de opinión a este respecto dentro del grupo. 

– Por último, ¿de dónde viene el nombre del grupo?

– Una noche de juerga pensando en como llamarnos, quedamos en por qué no llamarnos simplemente eso, lo que éramos: nosotras, luego para darle algo de malicia pusimos la hache, y al chico que nos diseña todo se le ocurrió lo de la diéresis.

Xavier Valiño

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