NICK CAVE 2008

Nick Cave, una Biblia y una pistola

 

Tras tres décadas fabricando discos y pateándose escenarios, Cave llegó el pasado septiembre a sus 50 años de edad con la misma mirada incisiva de sus grandes ojos, ahora seguramente más serena, y subrayada por un mostacho de bandolero.

 

Fue rockero destroy con sus implacables Birthday Party, conoció el malditismo yonqui berlinés y se fue relajando al piano en discos como The Boatman’s Call, sin perder nunca su fondo tenebroso. Tuvo altos dúos y también romances con mujeres de valía artística diferenciada. El año pasado dio la sorpresa con el proyecto Grinderman, y tras oír su nuevo y electrizante disco, Dig!!! Lazarus Dig!!!, con su veterana banda The Bad Seeds, parece que esa escapada sónica fue una especie de pista de aterrizaje para sus once nuevos truenos sonoros.

 

Lázaro, el invitado mayor de su decimocuarto disco de estudio, resucitó de entre los muertos, pero Cave no ha pasado por ese trance. De hecho, parece haber celebrado sus redondas cinco décadas de vida con un entusiasmo adolescente: “Me pasa algo curioso en los dos últimos años, como si me hubieran echado una sustancia en el vaso, una droga que me hace amar la vida”.

 

Así que de un ser vital surgen unas vitales canciones: “Mi música es cada vez más abierta, un nuevo territorio. Componer este disco ha sido muy difícil, creí morir al elaborarlo. Me ha costado mucho poder llegar al punto en el que escribes algo que te sorprende, que no se parece a algo que ya hiciste antes. Pero, por el contrario, la grabación fue un placer, hicimos 15 canciones en cinco días. No me imagino pasando meses en un estudio. Acabaríamos por no soportarnos entre nosotros, nos separaríamos”.

 

El resultado de ese esfuerzo creativo ha sido una especie de ataque adolescente ciertamente tardío. “Hay cosas que se supone que suceden cuando vas envejeciendo, pero no tengo claro que eso me esté pasando a mí. De alguna manera es incómodo porque yo buscaba esa serenidad, pero no la he conseguido en absoluto”.

 

El nuevo disco, según Nick Cave, es “una hemorragia de palabras e ideas”. Lázaro, el hermano bíblico de Marta y María, amigos de Jesucristo y resucitado por éste de su tumba, es el protagonista. No son nuevas las referencias bíblicas del australiano, que editó sus canciones en el libro King Ink, con cierto formato de misal e imágenes de los pies clavados del Redentor tanto en la portada como en la contraportada del mismo.

 

“De niño, la historia de Lázaro me aterrorizaba. Fue el primer zombi conocido. Pero no estoy obsesionado. Es un buen personaje para una canción. Lo saco de su contexto original; no es una figura religiosa sino alguien que se pasea en nuestra época, en la que todo el mundo parece adormecido, inconsciente, paralizado, en coma, apático, drogado”.

 

Aunque en la nueva obra hay pasajes casi delicados, el protagonismo es ruidosamente guitarrero. “Hemos aparcado el piano porque se había convertido en el instrumento de todos los discos de The Bad Seeds. Para ser honesto, confieso que me aburría. Me he autoprohibido tocarlo. Puedo tocar la guitarra, el órgano, las putas maracas, pero no el piano. Eso ha cambiado la música, mi manera de cantar, mi forma de escribir, todo. He utilizado un órgano de juguete que les regalaron en Navidades a mis hijos pequeños, los gemelos, con un sonido de batería pregrabado: 'boom-kchh, boomkchh'. Compuse con él cuatro o cinco canciones. Así que era imposible no sonar pop; con ese trasto sólo te salen cosas amables. Cojas mis textos como los cojas, son siempre sombríos, hablan de malas noticias. Pero cantándolos en ese mini-instrumento aparecía una especie de sombrío efecto juguetón”.

 

Así que el otrora siniestro cantante se aprovecha ahora de los juguetes de los hijos para arropar musicalmente sus siempre curiosas historias, que desgrana en un tono casi de recitador, hasta de predicador a veces. “Soy muy creativo, fabrico cosas que saco de la nada, así que se puede decir que en cierto modo hago magia. Pero soy extremadamente pragmático. No creo en los fantasmas ni en los cuentos de hadas. La magia permite metáforas útiles. Mi mujer es la que cree en los fantasmas. Oye un ruido y ya está con los fantasmas. En la pareja, yo soy el pragmático y es ella la que ve pequeños seres bajo la cama”.

 

Así que Cave deja caer que mantiene una pareja estable, algo que no ha estado nada claro en el pasado, en su época con la sugerente cantante Anita Lane, en su relación con una fan brasileña -de aquella época quedó su canción en portugués titulada “Foi na cruz”-, el sonado romance con P J Harvey, etc. Pero últimamente el otrora bárbaro australiano es un feliz y relajado residente del condado británico de Sussex, donde habita con su mujer Susie Bick, la guapa chica de la portada y las sesiones fotográficas del álbum Viva! de Roxy Music.

 

¿Y Kylie Minogue? Hay bastantes fotos de sus giras en las que viajaba con un bolsito promocional de la diva australiana. El dúo que realizó en 1996 con su compatriota le alzó por una vez a las listas de éxito. “Nunca he pertenecido a la cultura pop mainstream, incluso con el éxito que hice con Kylie. Yo era el que cantaba con la estrella, pero no la estrella. Recuerdo que después de haber intervenido con ella en el programa Top of the Pops estaba en una juguetería y un chaval disfrazado de Power Rangers va y me pregunta: ‘¿Tú eres el viejo que cantaba con Kylie Minogue?’ ‘¡Apártate, mocoso!’”

 

Cave confiesa que sería feliz si la siempre triunfante Minogue le propusiera otro dueto. “Yo estuve allí. Kylie me izó momentáneamente hacia ese mundo, después ella continuó su camino y yo no volví a caer… No he conocido las limusinas ni los paparazzi. Dicho esto, estaré siempre dispuesto a volver a hacer un dúo con Kylie; la experiencia que tuve con ella es uno de mis mejores recuerdos. Era muy simple y funcionó perfectamente, sin ningún tipo de líos. Era a la vez ambicioso, audaz, hizo flipar a bastante gente…”

 

Curiosamente, al bueno de Nick le ocurrió como a esos servicios de seguridad que se ponen nerviosos ante una turba heavy, que acaba resultando pacíficamente disciplinada, y son sin embargo sorprendidos por las muchedumbres adolescentes femeninas de los cantantes pop más rosas, que rompen todo tipo de barreras con su arrasador histerismo. “Hice algunos conciertos ante su público. Subí a escena con ella en un festival escocés y creí que aquellos tíos del público me iban a matar, me miraban extendiendo el puño y yo leía en sus ojos: ‘¿Cómo te atreves a acercarte a ella?’ Fue muy violento. Creía que los conciertos con mi grupo Birthday Party eran duros, pero aquello era otra cosa. Fue increíble”.

 

Mientras tanto, el mala semilla no parece tener mal gusto si se le pregunta por intérpretes a los que se uniría en un dúo. ¿No le gustaría un disco entero de duetos, como han hecho muchos otros colegas? “No tengo el tiempo para muchos proyectos así. Me suceden muchas cosas, pero cada proyecto tiene que tener una buena razón de ser. ¿Un álbum de dúos? ¿Por qué no? Pero toda la gente con la que me apetecería cantar está ya muerta: John Lee Hooker, Nina Simone, Barry White, Ray Charles… No quedan demasiados. Sólo Bob Dylan; si él me llama, me lo pensaré”.

 

Hum… Salió el fantasma: San Dylan. “Lo conocí en una edición del Festival de Glastonbury: vino hacia mí, me tendió la mano y me dijo: ‘Me gusta mucho lo que haces’. Y yo contesté: ‘Y a mí lo que haces tú’. Yeso fue todo. El asunto quedó ahí. Hay cosas para las que no estás preparado y ésa fue una de ellas”.

 

 

 

 

Las canciones del disco comentadas por Nick Cave:

Dig, Lazarus, Dig!!! (¡Cava, Lázaro, cava!!!): “Desde que escuché la historia de Lázaro, cuando yo era un niño, ya sabes, en la iglesia, me quedé perturbado y preocupado con ella. Traumatizado, de hecho. Todos nos sentimos, por supuesto, intimidados por los grandes milagros de Cristo, como levantar a un hombre de su tumba, pero no podía dejar de preguntarme cómo se sintió Lázaro con aquello. De niño me producía escalofríos, para ser sincero. Cogí a Lázaro y lo metí en la ciudad de Nueva York para darle a la canción un toque moderno, un toque contemporáneo. También pensaba en Harry Houdini, que pasó mucha parte de su vida intentando desacreditar a los espiritualistas que se estaban aprovechando con los afligidos familiares de los difuntos. Él creía que no había nada más allá de la tumba. Harry fue el segundo escapista más grande de la historia, siendo Lázaro, por supuesto, el más grande. Quería crear una especie de vehículo, un medio, para que Houdini se comunicase con nosotros, si así lo deseaba, desde más allá de la tumba. A veces, tarde en la noche, si escuchas la canción con suficiente atención, puedes escuchar su voz y el triste sonido metálico de sus cadenas. ”No sé lo que es, pero definitivamente algo ocurre ahí arriba”, parece estar diciendo. Es, sobre todo, una elegía a la ciudad de Nueva York de los años 70”.

Today’s Lesson (Lección de hoy): “Es posiblemente la canción más rítmica, más políticamente correcta que he escrito nunca, pero es también, indiscutiblemente, la más oscura y la más diabólica. Viene de una historia que me contó mi esposa Susie. A los 12 años, Susie, de repente, después de sentirse completamente invisible durante toda su infancia, se volvió visible. Entraba en una habitación y la gente le sonreía y las caras de los hombres se ponían contentas. Inspirada por esto, se vestía con un par de ajustados vaqueros de color lavanda, una camiseta muy ajustada y tacones, e iba a un extraño trecho de la carretera cerca de un depósito de camiones, caminando arriba y abajo de la calle, y todos los camioneros sacaban la cabeza por la ventanilla y le decían cosas y ella se henchía de felicidad. Marilyn Monroe contaba historias similares. Es famosa una cita de Marilyn Monroe que dijo unos cuantos meses antes de morir: “Siempre estoy topándome con el inconsciente de la gente”. Ésa es una línea muy escalofriante, estoy seguro de que estaréis de acuerdo, y eso es en realidad de lo que va esta canción. Hay simplemente demasiada atención masculina asesina y vil deseo erótico transferido que cualquier mujer puede recibir antes de…um, pulverizar”.

Moonland (Terreno lunar): “Es un tipo intentando encontrar a su mujer, conduciendo a través de un apocalíptico paisaje maldito, y gira entorno a la estrofa: “No soy tu amante favorito”. Es un hombre atravesando su Apocalipsis personal con un toque de percusión rítmico sonando de fondo”.

Night Of The Lotus Eaters (Noche de los comedores de loto): “Es, por supuesto, una canción sobre la apatía frente a una terrible catástrofe. Es un asunto caliente, muy tópico, oportuno y relevante y está todo basado sobre un loop interpretado por Warren Ellis. Lo que me interesa en particular de esta canción es la primera palabra de la canción, ‘sapped’ (desvitalizado). Ahora, la estrofa en cuestión es “Desvitalizado y estúpido yazgo sobre las piedras y me desvanezco”. “Piedras” tiene varios significados. En primer lugar, significa ‘debilitado’ como en ‘debilitado’ de energía, pero también significa ‘armado’, como en golpea con un ‘sap’, que es, tubo plástico para conductos que puede utilizarse como una arma casera. Ahora bien, más adelante en la canción está la maravillosa línea “Agarra tu tubo y tu calentador”. Y cuando mi extremadamente rígido organista inglés James Johnston escuchó esto me preguntó, “Hey, tío, ¿que es un ‘sap’?” Yo le expliqué que un ‘sap’ era el argot americano para el inglés ‘kosh’. La palabra se hizo popular en las novelas negras de los años 40 de escritores como Raymond Chandler y Mickey Spillane. Luego le pregunté a mi extremadamente erudito batería americano Jim Sclavunous si sabía lo que era un ‘sap’ y él, para mi gran consternación, (siendo él un yanqui y todo) tampoco sabía lo que era un ‘sap’. Cuando le conté lo que era un ‘sap’, me dijo que el término más común para un ‘sap’ era un ‘black jack’ y yo le dije que se fuera al diablo y que leyese algo de Dashiel Hammet. En cualquier caso, la razón por la que quería utilizar un ‘sap’ como herramienta de travesura cívica, en vez de decir, una porra o un bate de baseball, era que la palabra ‘sap’ se convierte en sinónimo de un “apatizador” (mi palabra) por ejemplo si te golpean en la cabeza con un ‘sap’, te descargas de energía y te deja en un estado de apatía, es decir bien y verdaderamente ¡desvitalizado!

 

Albert Goes West       (Alberto se va al oeste): Es la última canción que escribí para Dig, Lazarus, Dig!!! y para mi oído, suena a eso. Cuando sientes que ‘tienes’ el álbum, las canciones están escritas, el trabajo está hecho, tienes una maravillosa sensación de liberación y libertad para escribir lo que sea que te apetezca y salga de tus dedos. En el álbum Abattoir Blues la canción final que escribí fue la encantadora pequeña canción de bucólico éxtasis “Breathless”, una canción que no habría podido escribir hasta que el trabajo real estuviese hecho. Tanto “Breathless” como “Albert Goes West” son canciones repletas de agallas, de descarada audacia, en las que la cabeza sobresale bien y de verdad sobre el parapeto. ¿De qué trata “Albert Goes West”? A quién le importa. Los días de agonía se han acabado.

 

We Call Upon The Autor (Hacemos un llamamiento al autor): ¿Quién es el autor? ¿Dios? ¿Yo? ¿Y podría alguien, por favor, explicarlo? Éste es el clásico lío de antaño. Despotricar, no tanto contra el mundo, sino contra el creador del mundo. La identidad del autor está deliberadamente oculta para que la canción oscile entre el mundo inventado del escritor y el mundo real. De ahí que la queja se dirija bien al mundo invocado de la imaginación o al mundo real. El futuro siempre traiciona los planes mejor establecidos del pasado, nuestros hijos corren salvajes en las calles, nuestros amigos mueren trágicamente, la naturaleza conspira contra nosotros, nuestra fuerza creativa se marchita y muere, el mundo se pierde por el retrete, los grandes artistas se matan a sí mismos mientras que artistas menores no, los amigos interrumpen nuestro tren de pensamiento y otra pieza de basura se suelta al público. ¿Podría alguien, por favor, explicarlo?

 

Lie Down Here And Be My Girl (Túmbate aquí y sé mi chica): Me gusta el título. Tiene ese toque de viejo folk inglés, ya sabes, el trovador y su doncella, un toque de formalidad, pero tiene también algo muy moderno, picante amor libre del siglo XXI. Y hay algunas estrofas preciosas, unas líneas muy bonitas, pero una vez más es una hemorragia de palabras: psicosexual, psicodélico, hecho polvo, orgasmatrónico, lujurioso, etc.

 

More News From Nowhere (Más noticias desde ninguna parte): Esta canción no tiene nada que ver con el clásico trabajo de ficción utópica (1890) de William Morris. Un tipo viaja sin rumbo ni propósito y sin parar a través de una especie de casa de los horrores de asuntos del pasado intentando sin éxito tener sexo. Lo que más me interesa de “More News From Nowhere” es que posiblemente, aunque no puedo estar completamente seguro, el personaje central está muerto y su historia es simplemente una especie de mal viaje póstumo, un viaje de muerte, para entendernos. Lo que me alertó sobre esto fue la ingeniosa línea “Janet es famosa por hacer gemir a los muertos”. Todos los sospechosos habituales están ahí y no los voy a nombrar a todos. Puedes divertirte en casa resolviendo todo eso si te apetece, pero es suficiente decir que este tema es todo un elaborado ardid, ya que tras 8 minutos nos encontramos con el tardío desenlace, la terrible sensación de vértigo que sentimos cuando nos damos cuenta de que cada momento que vivimos se queda obsoleto con el siguiente…“Tecnología y mujeres y niños pequeños también”.

 

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