MAXINE BROWN LIVE

Maxine Brown en concierto 

 

 

 

 

Una fiesta. Así resultó la primera actuación de la denominada ‘reina del soul de Nueva York’ en Galicia. A sus 72 años, 52 años después de su primer y mayor éxito, “All in My Mind”, otra fiesta, la conmemoración del aniversario de A Reixa, dentro del Outono Capitol Rock Festival (que también contaba en su cartel con JC Brooks & the Uptown Sound y Si Cranstoun) posibilitaron su debut por aquí. 

 

 

El día anterior había llegado directamente de Nueva York para esta única actuación en España en estas fechas. Además de conocer la capital gallega, tuvo tiempo de ensayar de nuevo con la banda que le iba a servir de acompañamiento al no poder viajar con sus músicos habituales. Se trataba, en este caso, de The Pepper Pots, que ya habían hecho de banda de acompañamiento de Brown en el Euroyeyé de Gijón dos meses antes.

 

 

 

 

Los catalanes fueron, además, los teloneros de Maxine Brown. De acuerdo con el guión más soul de la noche, se centraron en su nuevo álbum, Train to Your Lover, que por algo fue masterizado por el legendario ingeniero de la Motown Bob Ohlsson. Casi veinte temas sin respiro, en más de una hora de concierto, y con la Capitol llena bailando al ritmo de The Pepper Pots.

 

En una época como esta, lo que más se agradece son conciertos en los que durante un rato la gente se olvide de lo que tiene alrededor. A Reixa y A Raíña Productions lo han entendido perfectamente. Y Maxine Brown era una apuesta ganadora. Lejos del divismo de otras cantantes de su edad, lejos también de las primera planas reservadas a nombres como Aretha Franklin, Tina Turner o Mavis Staples, pero sin que por ello su música se resienta lo más mínimo, Brown es, además de una genuina precursora del soul clásico, probablemente quien mantiene más viva su llama tocando habitualmente en directo.

 

 

 

 

En su formación tuvo bastante relevancia el country, el pop y el jazz, ya que en su Estado no se podían escuchar emisoras negras cuando era adolescente. Sin embargo, su repertorio en Santiago en escasos 50 minutos no dejó lugar a dudas: sus doce canciones se nutrieron casi exclusivamente de soul (entre ellas una versión del “Hold on, I’m Coming” de Sam & Dave), especialmente de aquellas canciones que luego fueron recuperadas por los buscadores de gemas perdidas del northern soul (“One in a Million”, “Little Girl Lost”, “Let Me Give You My Loving” o “It’s Torture”) y de las que llegó a colocar en las listas (“All in My Mind”, su primer éxito, “Funny”, “One Step at a Time”, “We’ll Cry Together” o “Oh No, Not My Baby” que compusieran para ella Carole King y Gerry Goffin).

 

Y, salvo alguna balada (“Funny”, “We’ll Cry Together”), solo tuvo un par de momentos para el blues o, mejor dicho, el rhythm & blues, con “Piece of My Heart” -el single de Erma Franklin más conocido en la voz de Janis Joplin- y “Gin House Blues” -recordado sobre todo en las versiones de Bessie Smith y Nina Simone-. No hizo falta el confeti ni los globos. Su voz empastada con el carácter que da la edad, sus poses de matriarca del clan del soul, los espectadores que sacó a bailar y el respaldo de una banda tan bien engrasada como The Pepper Pots convirtieron la sala en, sí, una fiesta. 

 

 

(Sala Capitol, Santiago, 15-10-2011. Público: lleno. Promotor: A Reixa y A Raíña Productions)

 

 

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