MAXIMO PARK

Maxïmo Park, emociones en bruto

         Con sólo dos singles, el centro de atención de medio mundo ya estaba en Maxïmo Park. Un año antes, sus gritos airados de frustración acompañados de grandes estribillos todavía se encontraban en fase de construcción y no eran conocidos ni en su ciudad, Newcastle. Hoy, con su debut en las calles, aquellos dos primeros singles son piezas de coleccionistas y Maxïmo Park son la gran revelación del 2005.

         Steve Beckett, del sello Warp, fue quien descubrió uno de aquellos dos artefactos y vio en  su líder, Paul Smith, algo de lo prometedor que había visto en Pulp y Jarvis Cocker cuando estaban sufriendo su transformación de un grupo de miserables adictos a la lectura a una banda de acertados comentarios sociales a través del idioma del pop.

         Ambos grupos hablan sin dificultad del paisaje de las aburridas ciudades norteñas, con originalidad, puntería, resignación airada y algo más que un pequeño fuego en sus entrañas. “Signal & Sign” sería un claro ejemplo. “Ese tema habla de buscar una nueva dirección y una nueva época”, asegura Paul Smith, “con una muy simple llamada a pasar a la acción. ‘No malgastes tu vida / Simplemente sal ahí fuera’. Pero en el estribillo esta misma persona se muestra confusa, y hay diferentes estados de ánimo y otras pequeñas historias en la canción. Me gusta equilibrar elementos simples y complejos, y ver cómo luchan entre ellos”.

         De hecho, su debut A Certain Trigger se nutre de las aportaciones musicales diferentes de todos los componentes del grupo, lo que le da al disco un aire de continua sorpresa. “Todos escribimos canciones por separado y en conjunto, lo que hace que podamos evitar comparaciones por la diversidad de las canciones y puede que, con un poco suerte, hayamos hecho un disco diferente a todo lo que hay a nuestro alrededor, en el que los grupos confían en una o dos canciones destacadas”.

         La prioridad, dicen, era escribir música pop directa y honesta, sin importar cómo sonase. “Deliberadamente, utilizamos los efectos mínimos y limitamos los sonidos que cada instrumento puede hacer, de forma que tengamos unos parámetros claros sobre los que trabajar. Nos entregamos a las estructuras clásicas de las canciones pop y, después, las subvertimos a nuestro antojo”.

         No sólo el sonido. También hubo una decisión consciente de hacer que cada línea de los textos estuviera justificada, que nada fuera superfluo. “He pensado en cada línea del disco de forma individual, comprobando si se mantenía por sí sola aislándola”, asegura Paul Smith. “Habitualmente encuentras una única línea por disco que te atrapa, y yo quería mejorar eso. El pop es una forma de arte pasajera y yo he intentado darle algo de resonancia”.

         Paul Smith es un hombre serio y carismático que sufre una metamorfosis cuando se acerca a un escenario. “Hay un claro componente de transformación en la interpretación”, dice. “Reacciono a la música y la filtro a través de mi cuerpo. Es diferente cada noche, un lugar diferente con un ambiente y una gente diferente. Desde mi punto de vista, es algo muy básico lo que ocurre sobre el escenario. La gente piensa que me creo que soy una estrella más grande de lo que soy, pero cuando estoy saltando como un idiota allí arriba no tengo tiempo para pensar en esas tonterías, ni en nada más que entregarme al 100%. Soy un siervo de la música y no tengo confianza en mí mismo al margen de esto. Sale de ti y, si no lo puedes expresar, entonces no debes subirte a un escenario. Después de todo, el escenario se construye a un nivel más alto para que la gente pueda verte”.

         Tampoco se le puede pedir más a alguien que se crea lo que haga y que lo que interprete con convicción, en su propio lenguaje y con su acento de siempre. “La gente tiene una noción preconcebida de lo que es la música real y la música con alma, el soul, aunque se ha convertido en otra etiqueta. La música con alma es Joy Division y Cocteau Twins, tanto como Aretha Franklin. A Certain Trigger es un disco emocional. No estoy seguro de si se ha inventado alguna emoción nueva en los últimos 20 millones de años. Las cosas siguen siendo muy básicas, y son esas cosas las que trato de reinterpretar, intentando ser universal e individual al mismo tiempo”.

Xavier Valiño

 

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