MATTHEW SWEET: Catspaw

MATTHEW SWEET: Catspaw (Omnivore)

 

 

A estas alturas, parece más claro que nunca que Matthew Sweet está en esto por el simple placer de grabar discos. Lo hace de forma casi artesanal en su estudio casero en Nebraska, adonde regresó en 2013 y donde sigue componiendo al margen de modas y sin preocuparse por sumar nuevos seguidores. La prueba este, su decimocuarto disco, un álbum registrado, mezclado, producido y tocado enteramente por él (salvo la percusión, a cargo de Rick Menk).

 

Más que nunca, hay una uniformidad marcada por los tiempos medios en los que sobresalen unas guitarras rugientes, que suenan prístinas y muy presentes, por encima de cualquier otro instrumento, que echan chispas y que se regodean en un suculento festín de filigranas hermosas y nada onanistas. Es un sonido que patentaron discos como Revolver o Rubber Soul (por algo el guiño al final de “Drifting” es para “Norwegian Wood”) y que a día de hoy casi nadie reformula mejor que el señor Sweet.

 

 

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