MANOS DE TOPO 2009

Manos de Topo, antihéroes del underground

 

Son únicos, gusten o no. Empezando por una voz que a algunos echa para atrás desde el primer momento y que a otros encanta, siguiendo por sus historias singulares y rematando por una música que en su nuevo álbum, El primero era mejor, aun se vuelve más enrevesada comparada con la de su debut, Ortopedias bonitas.

 

Vuestro nuevo álbum parece incluso más complicado en el sonido. ¿Cómo veis vosotros esa evolución?

– Creo que sí; teníamos muchas ganas de jugar, destruir y volver a juntar las piezas. En el primer disco era la espontaneidad, la ingenuidad y un poco de despiste a partes iguales. Estábamos enamorados de la idea que estábamos llevando a cabo pero no sabíamos el tipo de vida que íbamos a llevar en común. Nos dejamos guiar por la gente de Audiomayer (Jens y Mike) para poder sacar lo mejor del concepto en formato disco. Por el contrario, en este segundo la relación ya ha madurado, nos conocemos mucho mejor y, como toda relación que madura en la confianza, somos más libres para hacer lo que queramos. Enamorados como el primer día, pero nos da un poco más igual lo que pensamos el uno del otro.


¿Trabajasteis con alguna idea en común para estas canciones?

– Sobre todo no conformarse a las primeras de cambio. Creo que el nexo de todas (temáticas aparte) es que las disfrutamos tocándolas, grabándolas… Es la condición fundamental. 


¿Cómo se toman la familia y vuestras novias alguno de los versos tan claros como los que hay en el disco?

– Todos entienden la metáfora, el doble y triple sentido que encierran muchas de las letras. Se trata, sobre todo, de no ceder a la presión de lo correcto, sino de decir las cosas que quieres, sin miedo. 


Ortopedias bonitas decía el título de vuestro primer disco. ¿Se
puede identificar con vuestras canciones, que bastante gente encuentra hermosas, aun siendo bastante particulares?

– Claro, por eso elegimos ese título. Nos parecía la metáfora perfecta para definir el terreno en el que se metía alguien si estaba dispuesto a escucharnos. 


Y ahora, El primero era mejor. Humor e ironía desde el título, ¿no? ¿Es algo crucial en la banda?

– Siempre. De todas formas, es un título que tiene varias caras: por un lado, es una parodia de los tópicos de la prensa musical, por otro, es una autocrítica para evitar comentarios suspicaces y, finalmente, es una frase que hace referencia a la portada, una chica que, a pesar de tener una lista de admiradores que la colman de regalos, asegura que el primero que conoció, el único que no está en la lista de espera, fue el mejor. 


Todo el mundo vuelve a hablar de la voz. ¿Qué es lo mejor que os han dicho por ello, en una crítica o un seguidor, y lo peor?

– Ése es un tema delicado. Dejémoslo en que tanto los buenos como los malos comentarios son exagerados e inmerecidos. Bueno, por poner un ejemplo, digamos que más de una vez alguna persona ha visto claro el futuro o no futuro de su relación de pareja mientras asistía a un concierto de Manos de Topo. 


¿Sois conscientes de que la voz condiciona mucho la respuesta de la gente?

– Claro, pero también somos conscientes de que lo hacemos como queremos, porque nos gusta así. Si todos hiciéramos la misma música de la misma manera, las cosas nunca se moverían del sitio.  

 

¿Os encontráis cómodos sabiendo que el grupo suscita amor u odio, sin término medio?

– En general nos sentimos muy, muy queridos, por eso seguimos tocando con ganas e ilusión. Supongo que el día que no lo sintamos así  empezaremos a dejarlo, como cualquier banda. La parte negativa también nos parece bien, es lógico por otra parte.

 


¿Cuáles son las cosas que os planteáis a la hora de escribir un texto y de qué huís conscientemente?

– Nos planteamos las realidades que nos rodean y las ironías que las rodean. Digamos que, en el fondo, todo es una gran broma de la que hay que ser amigos. Huimos bastante de los lugares comunes bien entendidos; para eso ya hay un montón de grupos que lo hacen estupendamente bien. Solo queremos ser nosotros mismos. 


¿Qué tiene que tener para vosotros una perfecta canción pop?

– Supongo que el pop se basa en la globalidad de un mensaje, que algo, conceptualmente, funcione colectivamente. Me imagino que eso es una canción pop. Luego, que a nivel personal te guste o no ya es una cuestión de sensibilidades particulares, es mucho más complicado. 


No sé vuestros si vuestros gustos musicales han evolucionado
últimamente. Si ha sido así, ¿queréis explicar un poco cómo ha sido esa evolución?

– Poca cosa ha evolucionado. Una de las gracias que puede tener Manos de Topo es que ninguno compartimos gustos comunes; cada uno de nosotros disfruta con lo suyo sin que sea un problema a la hora de crear las canciones. Quizás de ahí ha surgido un poco la locura, de esta heterogeneidad. 


¿Tenéis algún héroe, musical o no?

– Muchos, muchos, desde Demis Roussos hasta algún resquicio metal, pasando por Camela y Beck. 

 

¿Cómo lleváis la realidad en la que vivimos?

– Es una pregunta muy compleja. La realidad siempre hay que llevarla bien porque, a no ser que recurras a algún tipo de drogas, es lo que nos toca cada día. Por otra parte, a pesar de que quizás mucha gente crea que vivimos en la total decadencia cultural y social, personalmente me parece una etapa apasionante en la que han pasado, y pasarán, cosas increíbles.


¿Tenéis idea de por qué una parte de los músicos vigueses habéis acabado en Barcelona -Catpeople, Abraham Boba, vosotros mismos-?

– Es una cuestión de oportunidades. Todo el mundo sabe que en provincias todo es mucho más lento. De todas formas, en nuestro caso (y me consta que en el de Catpeople también) el tema musical vino a posteriori: habíamos recalado en Barcelona por asuntos formativos. 


Coincide que habéis salido justo cuando en Barcelona aparecen unos cuantos grupos mucho más descarados y espontáneos que hace unos años, cuando todo era más pose. ¿Cómo lo veis vosotros?

– Helena Miquel decía una vez que en Barcelona la música se había sacudido los complejos. Quizás es una reacción al escaparatismo que se nos ha mostrado durante estos años. Lo mejor es que la gente ha reaccionado muy bien: hay mucho antihéroe en el underground. 


¿Qué recuerdos tenéis del Lolapop del año pasado, en el que, debido a la lluvia que caía, acabasteis cantando en un pabellón sin amplificación, rodeados de los asistentes? ¿Fue un concierto especial? ¿Algún otro más destacado?

– Sí, fue muy especial, completamente diferente; siempre digo que, en el fondo, fue el festival más exitoso del año, porque es el único en el que la música recuperó un poco de esa esencia festiva de tú a tú, que es su razón de ser. Creo que en los festivales se  alimenta demasiado el endiosamiento. A destacar también (y sin que sirva de contradicción) la experiencia del FIB, que creo que será la típica historia de abuelete pesado. 


Por último, ¿cuál ha sido la mejor anécdota en estos años en la música?

– Ha habido muchísimas, casi una cada vez que salimos a tocar. Si hubiera que elegir una, me quedo con el Lolapop, cuando un niño de unos 8 años salió a cantar “Balas en Dallas”. ¡Se la sabía enterita!

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