LOS FLECHAZOS

Los Flechazos, alta fidelidad

 

Ha pasado un poco desapercibida, como de refilón. Pero la separación definitiva de Los Flechazos -y esta vez sí que podemos estar seguros de que es para siempre- ha dejado un hueco muy grande en los –fieles- seguidores de los sonidos mod y de los años 60. Alex y Elena siguen en el tajo de una manera u otra, y aquí explican muchas de las razones de su disolución.

 

Para empezar, ¿ha habido algún tipo de reacción ante el anuncio de la despedida del grupo?

– Nada por parte de los medios, aunque sí ha habido gente que nos ha escrito. De todas formas, como no lo hemos anunciado mucho, se ha difuminado bastante. Lo único que hicimos fue una entrevista con Jesús Ordovás en Radio 3.

 

¿Va a haber algún tipo de disco en directo, colección de éxitos, de caras B o concierto final?

– Eso habría que preguntárselo a nuestro sello, Elefant. Hay bastante material para editar un disco de rarezas, pero para eso habría que esperar unos cinco años o algo así. No es nuestra intención hacer nada de eso ahora.

 

¿De cuál de vuestros discos estáis más contentos?

– De todos. Cada uno tuvo su momento. Ahora mismo me gusta mucho el cuarto, En acción, que grabamos en Gales, justo porque consiguió lo que nosotros queríamos: sonar a años 60, y también por su estética. También me gusta igual el último, Días grises. Al principio no estábamos al tanto de muchas cosas y nos costaba plasmar lo que queríamos. Más adelante fue más fácil, lo cual tampoco significa que tuviera que ser mejor. Una cosa es tener libertad para equivocarte y otra distinta que te equivoques o no.

 

¿Quedasteis escarmentados del negocio musical?

– No, nuestra relación con los sellos siempre ha sido buena, tanto con Dro como con Elefant, el poco tiempo que estuvimos con ellos. Únicamente sucedió con DRO que planteamos alguna cosa y ellos no la veían demasiado claro y no la apoyaron, pero nada más. Lo que sí, nunca he sentido demasiado respeto por la prensa musical estatal. Y en cuanto a las radio-fórmulas, eso siempre ha sido pegarse contra un muro. Pero tampoco habría tenido sentido sacar otro disco, ya que habíamos llegado al tope de gente al que podíamos llegar.

 

¿Están los medios más o menos predispuestos al rock que cuando empezasteis?

– Ya ni me acuerdo. Cuando empezamos oía Radio 3, y en mi ciudad había conciertos cada semana y me lo pasaba bomba. Quería montar un grupo y no me planteaba si el negocio estaba mal o no. Y además he dejado el grupo para no tener que plantearme este tipo de cosas.

 

Siempre habéis estado ahí Alex y Elena. ¿Qué fueron aportando los músicos y con quién hubo mayor compenetración?

– Además de las secciones de metal que hemos tenido en algunos momentos, por el grupo han pasado tres bajistas y dos baterías. De esas cinco personas, el único que ha vivido el grupo igual que Elena y yo fue el primer bajista, Héctor, y el grupo lo montamos realmente él y yo. En las dos etapas que estuvo se implicó del todo, tomando decisiones, etc. Con el resto no ha habido problemas, pero no era el mismo grado de implicación.

 

¿Había ganas de establecerse en un sitio o hay mono de las giras y los viajes?

– No tengo nada de mono de nada. Sigo viendo conciertos y no me falta nada por no tocar. Eso ahora, que ya veremos lo que pasa en dos o tres años. Tampoco es que lo hayamos dejado porque nos quisiéramos establecer. Lo que sucede es que, poco a poco, vas cediendo parcelas de tu intimidad, vas haciendo pequeñas concesiones para conseguir cosas que no consigues, y te metes en una rueda que no te gusta. Además, me desagradaba estar continuamente en boca de la gente y que todo el mundo opinara de algo tan personal como era mi grupo. No me gustaba nada que hubiera críticas de nuestros discos y comentarios de nuestros conciertos, cuando era algo muy personal, así que pensé que sin tener un grupo pasaría más desapercibido.

 

Tenéis una tienda en León. ¿De qué es?

– Sí, tenemos una tienda de discos y ropa de segunda mano. Desde que decidimos dejar al grupo hasta que acabaron los conciertos que teníamos fijados pasó un tiempo en el que nos planteamos qué íbamos a hacer. Se nos ocurrió lo de la tienda porque nos gustan muchísimo los discos, el vinilo, aunque no lo vemos como un proyecto definitivo de vida. Por ahora, tampoco tenemos otros proyectos a largo plazo dentro de la música.

 

¿Que hay de seguir organizando la convención mod de León?

– No lo sé. El último año hubo una subvención muy potente de los entes públicos que lo convirtió en un festival. Ahora todo está en manos de los políticos. Si ellos quieren que se vuelva a hacer, se volverá a hacer. Seguimos organizando conciertos y trayendo a nuestros amigos. También organizamos fiestas y seguramente sacaremos en breve otro número de nuestro fanzine. Nos gusta estar en este mundo pero desde otra posición.

 

No hay ninguna intención de empezar un sello discográfico?

– Sí, pero para volver a pegarnos de leche contra los suplementos musicales de los periódicos nacionales no nos apetece nada. Y, por otra parte, la fama que teníamos de gente responsable era muy ganada, pero cierta. Elena y yo somos gente muy organizada, y tener que estar tratando con la mayoría de los músicos de este país, que llegan tarde a los sitios, no ensayan y no quieren trabajar, es una pérdida de tiempo. Otra de las razones por las que lo hemos dejado es porque no nos sentíamos nada identificados con los músicos de rock de este país, y se notaba mucho. Nosotros éramos de los que dejábamos el catering casi sin tocar, en vez de acabarnos la botella de whisky.

 

¿Cómo habéis visto la explosión independiente de los últimos años?

– Lo hemos seguido porque somos seguidores de la música, sobre todo de los grupos que nos gustan, y nosotros hemos traído a tocar a León a Los Planetas o Cecilia Ann. Pero lo que no vamos a hacer es meternos a nivel profesional, porque personalmente no nos aporta cosas que nos gusten. En el mundo de la música hay poca gente con categoría humana: tantos dueños de salas de conciertos y tíos que están en la radio o concejales que no se enteran de nada, gente de los sellos puestos por Ayuntamientos, los mismos músicos que ni compran discos ni oyen música… Estamos muy quemados de todo eso, aunque para nada de la música.

 

¿Entendéis la vuelta de grupos como Radio Futura, El último de la fila o El Aviador Dro?

– No, para nada.

 

Por último, ¿cuál sería el epílogo perfecto para Los Flechazos?

– Si alguien tiene que poner un epílogo, ése no voy a ser yo. Me lo he pasado muy bien, ha sido una forma muy buena de disfrutar de mi juventud y me alegro de que haya habido gente que haya disfrutado de nuestras canciones. Pero ahora, punto y final, y tengo derecho a callarme.

Xavier Valiño

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