LINDA GUILALA

Linda Guilala, hijos de Godzilla

 

 

Iván y Eva comenzaron en Juniper Moon. “En mi caso, que fundé el grupo y se puede decir que pasé de niño a hombre con él, definiría esa etapa como ‘joven y estúpida’. Para mí hablar de Juniper Moon casi siempre es sinónimo de desfase, días sin dormir, continuas broncas punks…” Cuatro años después regresan con Linda Guilala y un debut titulado Bucles infinitos, menos punk y más pop, que Iván nos presenta.

 

¿Cómo se ve ahora con el tiempo vuestra etapa en Juniper Moon?

– Me río mucho al recordar algunas cosas, pero lo cierto es que no lo recuerdo como una etapa especialmente amable de mi vida. Musicalmente, está claro que nunca imaginamos llegar tan lejos con aquel grupo de barrio y está claro también que hoy en día en el corazón de mucha gente hay un pequeño rincón para Juniper Moon. Me superó por completo hace meses encontrarme en youtube un video de un grupo de chicas mexicanas haciendo una versión de “No te pongas el sombrero”. Además, la próxima publicación en Japón de un disco de rarezas con directo incluido no deja de abrumarme. Eva sólo vivió la etapa final de la banda y, como venía de tocar en otros grupos más pequeños, el sentimiento era de desconcierto ante el caos total y de desperdicio general de oportunidades.


¿Qué ha sido de vosotros en estos cuatro años desde la disolución de Juniper Moon?

– Eva y yo vivimos juntos dos años en Santiago, donde comenzamos con Linda Guilala, y después nos mudamos a Vigo, donde llevamos otros dos. En este tiempo hemos tratado de organizar nuestra vida lo mejor posible para poder continuar haciendo canciones, buceando en viejas tiendas, buscando cosas raras de todo tipo que coleccionar, comenzado a autoproducirnos y grabando dos maquetas y, posteriormente, Bucles infinitos.


El nombre Linda Guilala creo que tiene que ver con un monstruo japonés, ¿no? Curiosamente, se parece ahora al de una artista aparecida este año, Linda Mirada.

– Sí, je, je, a mí me hace gracia. En fin, son cosas que pasan. Es una ‘pequeña putadilla’, tanto para ella como para nosotros, pero musicalmente creo que no tenemos mucho que ver y la verdad no creo que sea un factor determinante para la convivencia de los dos grupos. Lo de Guilala sí que es cierto que es un monstruo japonés: somos muy fans de las películas de Kaijus, sobre todo de las de finales de los 60 y principios de los 70 más de tipo familiar, como El hijo de Godzilla, o las de los 50 de El superman japonés.


Contadnos qué habéis grabado, dónde se ha editado y qué repercusión habéis tenido en otros medios y otros países antes de editar vuestro primer álbum.

– Comenzamos a grabarnos en casa de una manera muy amateur y algunas de esas canciones se han editado en México, Italia, Perú o USA. Nos resultó bastante sorprendente la reacción de la gente ante aquellas grabaciones caseras, que, la verdad, para Eva y para mí no eran gran cosa. Después, los temas de las dos maquetas empezaron a sonar en emisoras indies de casi todo el mundo y en ese momento la cosa se salió un poco de madre. A continuación realizamos un tema especial para Jabalina en el recopilatorio de los Juegos Olímpicos, “La fuga de Nadia Comaneci”, con la producción de Arturo Vaquero, y otro para Paolo My Money, “La reina debe morir”, en una recopilación muy chula sobre las abejas y la miel que se editó en Italia. Parece que  las maquetas previas ayudaron a crear expectativas.

 

¿Por qué tres años entra la maqueta y vuestro debut?

– Alguna gente estaba esperando el álbum y tal vez dejamos pasar demasiado tiempo entre las maquetas y el disco, pero la verdad es que nunca nos importó demasiado. Pasaron muchas cosas: cambiamos de ciudad mientras comenzábamos a grabarlo, por el camino decidimos autoproducirlo nosotros mismos y yo me puse bastante enfermo una temporada larga. De todos modos, lo importante era que el disco saliese como a nosotros y a Elefant nos gustaba y listo. No nos interesa para nada tener una ‘carrera planificada y ordenada’ porque está claro que generalmente eso no suele ser sinónimo de calidad.


¿Ya no está Nacho en el grupo? Si es así, ¿por qué?

– Con él se nos hizo todo muy cuesta arriba después de la primera demo, y en la segunda el ya sólo grabó algunos temas. Era algo utópico, y al final la realidad de la distancia y la falta de medios se impuso en ese momento. De todo modos, a mí me hubiera gusta mucho que saliese bien. Nacho es muy buena persona y muy buen bajista. Le tengo perdida un poco la pista pero me imagino que continuará como siempre en Rosario metido en 50 historias al mismo tiempo. De esa etapa en la que tratamos además de con él con otros muchos indies latinoamericanos, nos dimos cuenta de que la mayoría de las veces pueden más las ganas de hacer cosas que cualquier dificultad.


¿Cuál era en esta ocasión la idea previa antes de grabar el disco en cuanto a concepto del álbum y sonido?

– Le dimos muchas vueltas a todo el tema de cómo queríamos o debíamos sonar. Desde un primer momento, lo único que teníamos claro era que no queríamos que fuese un disco de guitarras, que sonasen ruidosas pero no demasiado altas. Queríamos darle mucha más importancia al tema de arreglos de sintes, órganos y a las bases, algunos bajos programados y cosas así. La idea era la de lograr hacer una especie de maraña sobre la que apoyar las melodías. También pensamos que en lugar de decantarnos por programaciones o baterías reales, lo mejor era hacer las dos cosas: hay algunos temas programados, otros tocados y algunos en los que jugamos con las dos.

 


¿Había necesidad o intención de marcar distancias en el disco frente a lo hecho con Juniper Moon?

–  No, para nada, y podría haber salido un disco de punk pop. Tal vez el próximo lo sea o tal vez sea otra cosa totalmente distinta a las dos anteriores. No trabajamos de una manera premeditada y no nos distanciamos del sonido de Juniper de una manera intencionada. Creo que tenía más que ver con la música que estábamos escuchando en ese momento y las cosas que nos apetecía probar. También yo pasé de tocar la batería a tocar la guitarra y programar y Eva comenzó a hacer otras cosas nuevas como cantar, programar bajos y otras muchas. Lo único que sí que tengo claro es que no nos apetece hacer el mismo disco dos veces.


¿Qué conserváis de vuestra experiencia anterior y en qué diríais que está la evolución?

– Creo que el espíritu punk está y estará siempre en todo lo que hagamos. Ahora somos mucho más abiertos musicalmente y evolutivamente eso se nota; disfrutamos mucho más haciendo canciones y tocando. Juniper era un grupo un poco encorsetado en el sentido de que siempre hubo una lucha interna entre una parte más purista o clásica sobre cómo tenían que ser las canciones y otra tal vez un poco pretenciosa que quería hacer cosas demasiado diferentes que puede que no tuvieran nada que ver con el concepto del grupo. Yo siempre estaba un poco en medio canalizando la situación y tratando de buscar un término medio. Ahora todo es mucho más fácil. La evolución es tan simple como ‘donde el pop nos quiera llevar’.


Vosotros mismos habláis de ‘la pasión twee con querencias por el pop más clásico, el techno-pop más luminoso con ese toque punk irremediable y, sobre todo, el brillo brumoso de las atmósferas shoegazers’. ¿Es la mejor definición? ¿Cuánto hay de proporción en vuestro sonido de cada uno?

– A mí cuesta mucho hablar de estas cosas o tratar de etiquetar lo que hago; no premeditamos las cosas. Una vez terminado el trabajo nos juntamos con Luis de Elefant y tratamos de definir el disco lo mejor posible, teniendo en cuenta cosas y grupos que nos gustaban o a los que nos recordaban. Creo que hay un poco de cada cosa en cada canción y algunas canciones son mas punk, otras más techno pop y podría decirse que algunos temas son muy distantes de otros. Para mí la mejor definición es que es un disco POP.


¿Habéis quedado contentos con el resultado o hay algo que cambiaríais o no repetiríais?

– Ha sido la primera vez que nos producimos nosotros mismos, aunque después Rosillo nos ayudase con las mezclas. Si hay algunos fallos, es por culpa nuestra, aunque ha sido una actitud valiente y teníamos ganas de hacerlo así. Ya estamos trabajando duro en el próximo y gracias a todo lo aprendido en éste te puedo asegurar que el resultado será mucho más luminoso. No teníamos muy claro cómo haríamos después los conciertos, así que hay cosas relacionadas sobre todo con las bases que ahora haría de otra manera. En general no estamos satisfechos, pero bueno, nunca lo estamos con nada de lo que hacemos, así que…. je, je.

 
¿Son los textos melancólicos los que más os llenan a la hora de componer o de escuchar a otros artistas?

– No lo sé. Nosotros somos así y punto, pero me gusta mucho escuchar canciones positivas y divertidas y no necesariamente tienen por qué ser melancólicas. Tampoco creo que en Linda Guilala todo sea melancólico.


¿Seríais capaces de reconocer alguna canción que haya servido de inspiración a la hora de crear alguna de las vuestras?

 Pues no, ni idea, pero me resulta gracioso cuando otra gente me dice que tal tema nuestro le recuerda a otro de otro grupo, y lo escucho y resulta que es verdad y no había escuchado al grupo en mi vida; comienzo a tirar del hilo y veo que le gustan las mismas cosas que a nosotros. Me gustan mucho ese tipo de situaciones e investigar en ese sentido.


¿Cómo se lleva tener un grupo en estos tiempos tan turbulentos como los que vivimos?

– Tener un grupo en España siempre ha sido un lujo, siempre ha sido difícil. En nuestro caso particular, creo que ya lo tuvimos peor que lo tenemos en este momento, pero que las cosas sean difíciles y estén mal creo que lo hace más emocionante e interesante y forma parte de un estilo de vida que supongo que se elige libremente. No soporto a la gente que está en el indie y pasa más tiempo lamentándose por todo y lloriqueando por la esquinas que haciendo cosas y trabajando por y para la música, que es lo único verdaderamente importante y que perdurará pase lo que pase y estén las cosas cómo estén.


¿Seguís siendo un grupo más de estudio o hay también planes para directo?

– Ya estamos cerrando fechas y hemos trabajado mucho para tener un buen directo. El público tendrá que decidir si lo hemos logrado o no, pero creo estamos en el buen camino. Nos preocupaba mucho que al ser sólo dos no fuera lo típico de salir con todo grabado, así que hemos comprado amplis y trastos varios y creo que será interesante y muy, muy ruidoso.


Finalmente, ¿cuál ha sido la mejor anécdota de todo este tiempo en el mundo de la música?

– Realmente han sido muchas, pero la última y más impactante fue durante la grabación del disco. Grabamos algunas baterías y otras cosas en un estudio de Vigo que era una locura de sitio. Un día, al comenzar la grabación, según entramos en el estudio, nos dimos cuenta de que ‘no había equipo para grabar’, que lo habían desmontado todo… Ahora me río, pero en el momento no sabía si matar a alguien o pegarme un tiro.

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