LA BALADA DE BUSTER SCRUGGS

La balada de Buster Scruggs

Joel y Ethan Coen (Netflix)

Bien se podría decir que la nueva película de los hermanos Coen son seis en una. Y no tanto porque fuesen concebidas como seis relatos para una posible serie de televisión a lo largo de varios años, que también, sino porque la mejor forma de verla es precisamente así, en pequeñas dosis, a poder ser dejando reposar cada una de ellas un tiempo antes de pasar a la otra. De hacerlo de forma continuada, sin respiro, tal y como Netflix –¿o sus autores? – la ha empaquetado, la irregularidad y el desequilibrio entre unos episodios y otros es mucho más evidente.

El posible hilo conductor de esos seis relatos sería la muerte, algo ya presente en otras películas de los dos realizadores, varias de las cuales se podrían también adscribir al género del western sin mucho problema. Como siempre, estas historias supuran humor negro, presentándose como tragicomedias cargadas de múltiples matices.

Más acertados en los fragmentos del teatro por los pueblos y la caravana que acompaña a una mujer a su boda, cuenta también con algunos planos espectaculares y unos diálogos brillantemente escritos. En el conjunto destacan, por encima de otros actores consagrados, secundarios como el pistolero narcisista Tim Blake Nelson o el tullido Harry Melling. Y siempre es un placer reencontrarse con Tom Waits, aunque aquí cueste identificarlo al principio a través de su frondosa barba blanca.

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