KINGS OF CONVENIENCE

Kings Of Convenience, república de dos

 

Había una vez un intrépido dúo nórdico, que hacía la guerra en el mundo con sólo un par de voces y dos guitarras acústicas. Sus nombres eran Eirik Glambek Boe y Erlend Oye y, al igual que sus ancestros vikingos, ellos también cruzaron continentes para llevar sus canciones de amor, de angustia y de vida al otro lado del mundo.  

Pronto se empezaron a filtrar historias raras de una extraña pareja, que se conocieron cuando eran niños en un concurso escolar de geografía, concurso que ganó Erlend al dibujar un mapa del mundo a mano alzada y de memoria, y que más tarde se unieron por la música, en un grupo de rock oscuro y pesimista que hacía versiones de Joy Division y que se llamaba Skog (palabra noruega que significa árbol). El destino tenía sin embargo otros planes y, tras unas vacaciones y una tormenta norteafricana, nacieron Kings Of Convenience.  

A continuación fueron editando tres singles, un EP grabado en directo en una habitación, Live In A Room, su álbum de debut, Quiet Is The New Loud, y un disco de remezclas de este último, titulado Versus.  

Después, Erlend empezó a viajar de ciudad en ciudad, grabando temas con artistas locales, para su álbum de debut en solitario, Unrest. “Me sentía frustrado al saber que había tantos sitios a los que no podíamos llegar con los Kings,” explica Erlend, “que el disco en solitario surgió de mi sentimiento de malestar e inquietud.” 

Eirik, la mitad pensativa, oscura y misteriosa del dúo se dedicó a otros asuntos. “Volví a casa en Bergen, el sitio en el que más me gusta estar. He estado en la universidad, tratando a mis pacientes como parte de mi graduación en psicología, y escribiendo canciones en mi tiempo libre. Ser un músico a tiempo completo nunca fue para mí una opción. Me gusta hacer cosas diferentes, me aburro mucho haciendo sólo una cosa a la vez,” afirma.  

“La terapia es un proceso muy interesante. Se trata tanto de la creatividad como de la música, hacer algo nuevo con todos los trocitos que ya están ahí. Es especialmente bueno para encontrar tu propia y verdadera voz interior. Cuando se trata de música, hay dos polos opuestos; algunos compositores se inventan las palabras y algunos hablan con su propia voz interior cuando escriben canciones, como Bob Marley, una auténtica voz. Las ideas llegaron fácilmente, pero componer una canción siempre es algo difícil. Probablemente por eso nos llevó tanto tiempo hacer un álbum.” 

Aparte del tiempo pasado en la universidad, Eirik ha estado haciendo ejercicio regularmente y desarrollando un vivo interés en la planificación urbana (ya está planeando, para después de su carrera en la música, emprender otra carrera, haciendo de Bergen una ciudad más ecológica y respetuosa con el medio ambiente). “Más recientemente pasé un mes de vacaciones en bicicleta desde Hanoi, en el Norte de Vietnam, hasta Saigon, en el Sur. O sea, lo más alejado de un club de Ibiza como uno puede estar en toda su vida.” 

El segundo álbum del dúo, Riot On An Empty Street, recoge el testigo donde lo dejó Quiet Is The New Loud, reafirmando su posición como los Simon & Garfunkel de los países nórdicos. Grabado en los últimos seis meses en Bergen, el disco contiene en esta ocasión una instrumentación un poco más compleja. El sonido acústico está todavía muy presente, aumentado por el banjo (Eirik), la trompeta (Erlend), bajo, batería y otra tipo de instrumentos seleccionados minuciosamente.  

“Es un estilo bastante esquizofrénico,” añade Eirik “Cada uno de nosotros está inspirado por cosas diferentes, así que puede resultar un poco confuso, pero parece que esto es un fenómeno moderno: la gente no sabe en qué género ponerse.” “Estoy deseando que todo el mundo empiece a decir que no es tan bueno como el primer álbum,” dice riendo Erlend, “Es gracioso porque dos de las canciones son de 1998, así que somos nosotros, versioneándonos a nosotros mismos hace cinco años,” añade. 

Al dúo se les unió en el estudio la cantante canadiense Feist, que aparece en dos de los once temas del álbum, “Know How” y “The Build Up”. “Su voz es increíble,” dice Erlend con entusiasmo. “Estoy muy orgulloso de “The Build Up”. Por primera vez en nuestra historia conseguimos hacer algo espontáneo. Feist escribió las letras una hora antes de cantarla, y no suena ni se parece a ninguna otra cosa que hayamos hecho antes.” 

Riot On An Empty Street casi se titula Republic Of Two (República de Dos), una metáfora casi perfecta de sus particulares vidas dispares, separados por la distancia, pero unidos en la música, si no fuese por el hecho de que la canción de la que iban a tomar prestado el nombre casi llegó a ser el título del reciente álbum del grupo californiano del mismo nombre. También estuvo muy cerca de titularse Dire Straits, si no fuese por un inminente grandes éxitos de este grupo y la probable demanda que habrían interpuesto para impedirlo. Riot On An Empty Street tomó, al final, el nombre de… un tema suyo todavía inédito. ¿Por qué? Bueno, ése es otro misterio que aún queda por revelar de este dúo tan particular. 

Xavier Valiño

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